Gato con Lentes

La moneda en el aire; entre el egoísmo o el Nosotros


octaviosolis

2 mayo, 2020 @ 7:13 am

La moneda en el aire; entre el egoísmo o el Nosotros

@octaviosolis

Ustedes dirán ¿Nos hacemos consientes que todo, bueno, casi todo, es crónico, está crisis, a punto de colapsar, obsoleto, esclerótico, inservible, o seguimos como si no pasara nada? Deseosos de regresar a nuestra normalidad sedante.

Sin retorno, la moneda está en el aire

También podemos continuar nuestras vidas con la mirada esquiva ¡Claro que se puede! Aunque la vida misma nunca sea la misma, pues habrá cambios en las leyes, en lo económico y hasta en el humor de la gente; pasará un buen rato antes de que logremos enterrar varios metros debajo de nuestra memoria individual y colectiva lo padecido con esta mutación viral, en esta reinvención, mueca y guiño sarcástico de la naturaleza.

El inframundo de lo “normal”

Nuestra normalidad está sostenida con alfileres y sobre distintas realidades descompuestas que aprendimos a ignorar. Si detenemos la mirada un poco, sobre todo lo que nos han mostrado la contingencia, el encierro, la angustia, el silencio, el mutismo del mundo detenido y postrado ante un enemigo invisible, veremos que hemos aprendido a caminar sobre cadáveres, sobre cuerpos calcinados.

Lo que sostiene nuestro mundo cotidiano es la desigualdad social entre los que pueden guardarse durante meses en cuarentena y los que viven para comer al día; la descomposición del Estado por las privatizaciones y la vorágine empresarial; la crisis de los sistemas de salud (insuficiencia), penitenciario (hacinamiento e injusticia), y educativo (enajenante y desfasado); el periodismo amarillista y chayotero que desinforma; la oposición política carroñera, oportunista; la violencia intrafamiliar; el egoísmo y la ignorancia de mucha gente; la agonía ecológica; narco violencia; y una lista interminable.

Imagen: Internet  www.revistaconsideraciones.com

“Nada humano me es ajeno”

Pero todo eso ya lo sabíamos, sólo que no nos deteníamos a pensar si mínimamente nos afectaba, nos interpelaba, la diferencia de hace unos meses a ahora, es que asomamos nuestra mirada a esa realidad compleja que nos dice que todo lo humano no nos es ajeno, por muy lejano que parezca.

Es el tiempo de Nosotros

Aprendimos a fragmentar la realidad y quedarnos con un trozo de ella, el cual habitamos, dominamos, enfrentamos con sus pequeños problemas muy nuestros, personales, pero hoy entendimos que todo lo que está fuera de ese pedazo de realidad es también personal, y que todo lo personal pertenece a todas y todos. Cuidarme a mi, es cuidar a todos y viceversa.

Pero no todo está perdido, el ser humano nunca es únicamente egoísta, a pesar de que las tareas son muchas y demasiada la carga. No pretendo amargar la vida nadie, pero únicamente con palmadas esperanzadoras (necesarias pero no suficientes), no mejoraremos nada. El primer paso es hacernos conscientes, el segundo, conscientizar al de a lado, darnos alas con ello.

Obviamente que habremos de ignorar algunas de las tantas realidades podridas. Nadie podría vivir con calidad si tuviese que cargar todos los días con los problemas del mundo. Enfermaríamos. Ignorar es saludable. Se puede morir por ignorancia, pero mientras se vive con ella, se es feliz.

La alegría de la felicidad compartida

Es más, yo les aconsejo ignorar buena parte, no todo, pero sí descansar del peso de la vida, para vivir felices también, comprometidos pero felices. Pero no todo, para que probemos también la alegría que provoca la felicidad compartida, la de todos, o la del otro, cuando mejoramos el espacio público, el espacio compartido, porque sólo así pesa menos, cuando cada quien carga un poco de todo aquello que hemos aprendido a ignorar.

La naturaleza agoniza y este nuevo virus pareciera un grito en descampado, con el eco de agonía del sueño civilizatorio que ya no podemos ignorar. Pues sí, la moneda está en el aire; la historia no se detiene jamás, pero en ocasiones como esta, deja abiertas sus puertas para darle un rumbo diferente. Modificar nuestro destino para mejorarlo es hacernos responsables del otro, de los otros, es construir desde el nosotros, sumarle un peso a nuestros problemas personales, pero lo que también es cierto, es que si logramos esa transformación colectiva, mejorará igualmente nuestro espacio privado, se aligerará el peso de nuestra existencia.

Por eso la pregunta es la misma: Ustedes dirán; mejor dicho, nosotros diremos que mundo queremos. La suerte está echada pues aunque queramos, ya no podemos ignorar el grito de agonía de la vida que nos advierte que es tiempo de tomar decisiones entre todas y todos.

Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis

3 comentarios
  1. Rolando Añorve Catalán

    Muy buena reflexión ,que nos toca hacer ahora que estamos en ello y que nos tocará hacer después de que salgamos de ello que desde mi punto de vista no será pronto hablemos de que nuestros nietos y bisnietos estarán en peligro y claro los nietos y bisnietos de estos y de todos nuestros conocidos y de la humanidad hasta claro encontrar algo que detenga este virus (Vacunas) Felicitaciones al Lic Octavio Solis, amigo estimado muchas gracias por mantenernos con la mente despierta, saludos cordiales de Rolando y Yolanda.

  2. Edna

    Apoyo mutuo, habla muy bien de ello y es tanto eso de hablar de un nosotros que siempre es mejor que ese nosotrxs trascienda de una pantalla, hace falta gente haciendo algo más que escribir en un país donde sólo lxs universitarixs leen

  3. […] sugeridos: La moneda en el aire; entre el egoísmo o el Nosotros  y  No podemos volver a la misma […]

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