Las otras muertes por Covid-19 de las que nadie habla

@octaviosolis

Recorre el mundo una fuerte y amarga nostalgia, una profunda tristeza o angustia, es evidente que esta batalla contra la mutación viral ha calado el estado anímico colectivo, y el encierro empieza a hacer estragos, a oprimir los sentimientos.

Las otras muertes, como daño colateral

Últimamente he leído o me he enterado de la muerte de muchas personas conocidas, cercanas o celebridades, curiosamente la mayoría no por contagio de Covid-19, pero aunque nadie lo haya dicho antes, me atrevo a señalar que es por causa indirecta del Coronavirus.

Ya sea porque el sistema de salud, los hospitales públicos y también privados se encuentren saturados, lo que ha provocado una desatención a otras enfermedades, o porque el mundo detenido y postrado por un enemigo infinitesimal ha sufrido pérdida de sentido.

Pérdida de sentido

El último acontecimiento tan grande y catastrófico que alteró y paralizó al mundo con la misma magnitud que la actual crisis sanitaria, fue la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, aquella vez había un enemigo común encarnado en los nazis, el mundo (sobre todo occidental) padeció hambre y muerte, pero nunca perdió el sentido de la vida; sólo al final de la Guerra en Hiroshima y Nagasaki, se cuestionó la antigua gloria de la guerra, por la vergüenza y los excesos de destrucción, pero nunca se abandonó el sentido de la vida, aunque sí la replanteó, a diferencia de hoy, que no podemos ver al enemigo, que ni siquiera tiene vida, y que nos está arrebatando el sentido de la vida misma.

Esta vez no hay un hacia adelante, si no la mirada a nuestras espaldas de todo lo mal que hemos hecho a la naturaleza, de todos nuestros errores como sociedad, desde la mala alimentación, la privatización de la salud, el tráfico de animales, la soberbia de la razón científica, el egoísmo encumbrado.

Nostalgia amarga

El encierro ha agudizado la soledad de las personas, como cuando la gente se jubila sin un proyecto de vida o en las fechas decembrinas, en las que es común enterarnos del fallecimiento de conocidos, pues esos días están cargados de fuertes nostalgias amargas, que en gran medida es la pérdida de sentido.

La nueva reacción de Facebook “me importas”

No es casual que por eso Facebook introdujera una nueva reacción de “me importas”; quienes asesoran a la empresa, hacen estudios sociológicos para adelantarse y proveer las necesidades humanas, para satisfacer la apetencia emocional colectiva. Saben perfectamente que el mundo en este momento atraviesa por pérdida de sentido.

El ser humano puede luchar y sobrevivir, en las peores condiciones, es el animal con mayor capacidad de adaptación, siempre y cuando su vida tenga sentido. Ahí radica su fortaleza y es también su mayor debilidad.

Por eso es muy importante acercarnos emocionalmente a los otros, pues se empieza a resquebrajar el tejido emocional de varias miles (¿o tal vez millones?) de personas.

Igual de importante es la educación en casa y en las instituciones educativas, pues en esos espacios es donde se llena de contenido la vida; esas serán las nuevas trincheras para soportar los efectos de esta crisis, pero también para rectificar buena parte de lo hemos torcido.