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La nueva normalidad debe incluir un Nosotros

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octaviosolis

4 abril, 2020 @ 12:56 pm

La nueva normalidad debe incluir un Nosotros

“No podemos volver a la normalidad,

porque lo normal era exactamente el problema;

debemos volver mejores, más solidarios y menos egoístas.”

Anónimo

La grandeza de lo “pequeño”

Un enemigo invisible, común, infinitesimal, nos ha mostrado lo olvidado. Ha vuelto importante aquello que dejamos colgado en algún perchero y que usamos como prenda decorativa ocasional, volviéndola palabra vacía: Nosotros. La reciente mutación viral, llamada Covd-19, pareciera también un heraldo de la naturaleza para advertirnos que no todo, pero mucho de lo que hemos hecho, es necesario revertirlo. Pero sucede que nada podrá cambiar sin esa mágica y mística palabra “nosotros.”

La carga del “nosotros”

Ahí ha estado siempre en el diccionario, en muchas conversaciones, aprendida como primera persona del plural desde los primeros años escolares, pero jamás nos hemos detenido a llenarla de contenido, a convertirla en acción. Porque el nosotros obliga sacrificio, implica cargar a todas y todos en cada uno de nuestros actos y eso, en un contexto de tanta desigualdad y pobreza, resulta abrumador. Demasiada carga es el sacrificio personal para sobrevivir al día; de ahí que sólo seamos ocasionalmente solidarios, pero muy escasamente un nosotros.

Sí, el mexicano es solidario, y la palabra solidaridad está hermanada con el nosotros, pero aquella puede resultar también una trampa si lo que enmascara es la caridad y la condescendencia. En el nosotros todos somos lo mismo, sin superioridad moral. Emerge de la vulnerabilidad, por eso, la muerte, capaz de democratizar la vida, es quien nos acerca al nosotros. Significa prodigarnos; es una carga que únicamente puede soportarse desde una experiencia amorosa.

No es otra cosa que entender que cuidarme, es cuidar a todas y todos, pensar en las consecuencias de hacer compras de pánico, pasarme el semáforo en rojo, la privatización del sector salud, de la educación, no guardar la cuarentena cuando tengo el privilegio de hacerlo, vender mi voto, tirar la basura en la calle. Por lo que, asumir la falacia anestésica de que “el espacio compartido no es asunto mío”, que no tendrá repercusiones en mi vida privada, es refugiarme en mi coraza individualista.

Un nosotros mutilado

Digo “nosotros mutilado”, porque la existencia humana no puede ser jamás sin la mirada del “otro”. Toda acción humana lleva un sentido, y el sentido significa interpelar al “otro”. Eso lo sabe cualquiera. Pero el nosotros mutilado es reducir al “otro” en una simple mirada de aprobación, en una pálida imagen valuada según los “me gusta” de una red social. Reducirlo a mi familia, mi partido político, mi equipo de fútbol, creer que el sentido de pertenencia es un “nosotros” suficiente para lograr cambios. Es no hacerme responsable de mis acciones como sujeto histórico. Hacer conciencia de ello es tal vez el llamado de atención que hoy nos hace la naturaleza.

Se engaña aquel -o finge engañarse- que cree salvarse por sí mismo. La muerte, o al menos su sombra, es campo fértil para sembrar sentido de vida, alimentar la utopía, pues la vida siempre empuja hacía adelante, sólo que sin un sentido, así que cada quien tiene la responsabilidad de dotárselo. Hacerlo desde un “nosotros mutilado” es acortar la mirada de la vida; es no salvarse, sino refugiarse. El nosotros es semilla, de raíces profundas que muestran su fruto con paciencia. El individualismo procura placer, el nosotros, satisfacción.

Imagen: Psicologia-online.com

La muerte es una oportunidad de vida

Albert Camus decía acertadamente que “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no vale la pena de que se la viva, es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”. La muerte es la única que puede salvar a la vida siempre, es la que mejor puede templar el espíritu; la vida pelea con la muerte y al hacerlo, se reinventa. Las crisis son también oportunidad, y el sentido que emane de la actual crisis sanitaria, dependerá en gran medida de estos días de obligada reflexión en cuarentena o no.

¿El fin del neoliberalismo?

Nos ha tocado presenciar el posible derrumbe de un modelo económico dominante: el neoliberalismo. Que en gran medida se consolidó en todo el mundo por la derrota del nosotros. Por eso es tan importante hablar de estos temas. El nosotros es el espacio público, el espacio compartido, lo que es potencialmente de todos, materialmente de nadie, el lugar de la política, el parque, la calle, la universidad pública, una fuga de agua, la salud pública.

Con tantos años de neoliberalismo, están soterradas en los escombros de un país en ruinas, palabras hermosas como “nosotros”, “camarada”, lo “público”; palabras en extinción, exiliadas, petrificadas, que hoy vuelven a tomar sentido.

El único que puede afrontar el fenómeno de las pandemias, es el Estado. No hay otra institución capaz de hacerlo. Tampoco hay otra forma de reactivar la economía -que ha sido paralizada en las recientes semanas-, sin su intervención. Tendremos que empezar a discutir el tema de la salud pública. Hoy Estados Unidos tiene más infectados por Coronavirus que China, a pesar de que la población de ésta ultima es cinco veces mayor y ahí se originó el virus ¿La razón? EU tiene un sistema de salud pública asfixiado por las empresas privadas de salud.

En el caso de México, con un gobierno progresista, la oportunidad de ampliar la responsabilidad del Estado en áreas estratégicas de la economía, es única. Vientos de cambio soplan en el mundo, de esperanza y oportunidad para pensarnos desde un nosotros no mutilado.

Texto sugerido: Coronavirus; el tiro de gracia al neoliberalismo

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Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis

2 comentarios
  1. […] los medios, en poco tiempo alcanzó el continente, antes de cumplir cuatro meses arribó México. El Covid-19 llegó para quedarse. ¿Las medidas sanitarias son suficientes para enfrentarlo? ¿Un pedazo de […]

  2. […] Modificar nuestro destino para mejorarlo es hacernos responsables del otro, de los otros, es construir desde el nosotros, sumarle un peso a nuestros problemas personales, pero lo que también es cierto, es que si […]

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