Los Óscar, siempre acompañados de la polémica
Por: Ricardo Zepeda
Ganar un Óscar quizá signifique inmortalizar una historia, no obstante, la imparcialidad con la que son entregados evidencia defectos en la sociedad estadounidense y no representa un reconocimiento al trabajo y arte de quienes se dedican a la industria cinematográfica. En ocasiones, la entrega de este premio es un reflejo de sus propias limitaciones y miedos.Es importante recordar cómo la industria del cine más grande del mundo ha sido escenario de eventos memorables, entre ellos, muchos con marcado acento político; como el caso del director mexicano, Alejandro González Iñárritu, quien al recibir el Óscar a mejor película por Birdman, se refirió a los migrantes en Estados Unidos y pidió que México tenga el gobierno que en verdad merece.
En 1940, el clásico Lo que el viento se llevó (Gone with the wind) fue protagonista de un momento histórico. Hattie McDaniel, quien interpretara a Mammy, la sirvienta de Scarlett O’Hara, no pudo sentarse con el reparto original durante la ceremonia de premiación. Estados Unidos seguía siendo un país con segregación racial, ni siquiera su nominación a mejor actriz de reparto enmendó la situación. Al resultar ganadora, tardó varios minutos al llegar al escenario por la lejanía de su asiento. Fue la primera mujer de color en ganar un Óscar.
En 1941, Cuan verde era mi valle de John Ford le ganó el Óscar a mejor película a la que muchos críticos señalaron como “la mejor película de todos los tiempos”, El ciudadano Kane de Orson Wells. El emblemático director fue perseguido por sus convicciones políticas, años después, durante la caza de brujas abanderada por el senador republicano Joseph McCarthy contra los “comunistas”. Esta cinta criticó directamente el capitalismo como estilo de vida y en su tiempo fue recibida con mucha animadversión pues resultó incómoda.
En 1973, Marlon Brando rechazó el premio por mejor actor por El padrino. En su representación, la activista cherokee Sacheen Littlefeather dio un discurso sobre el maltrato a los pueblos originarios de Estados Unidos, el cual fue recibido entre ovaciones y abucheos. Fue otro momento muy difícil en la entrega de los premios.
En 1977, la actriz Vanessa Redgrave ganó como mejor actriz de reparto por Julia. En su discurso de aceptación se pronunció fuertemente contra la cacería de brujas que el presidente Richard Nixon y el senador McCarthy emprendieron, además tomó una posición de rechazo ante el fascismo y el antisemitismo.
En 1979, Kramer vs. Kramer de Robert Benton, un drama familiar sobre la ruptura de un matrimonio fue mejor para la Academia que la favorita Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, que fue al festival de Cannes y se alzó como vencedora con la Palma de Oro a mejor película. Basada en el libro de Joseph Conrad: “El corazón de las tinieblas”, esta novela transcurre en África en el siglo XIX pero Coppola la recrea en la guerra de Vietnam. Pocas películas como esta han retratado los horrores de la guerra. Aunque Vitorio Storaro se alzó como ganador en la categoría de mejor fotografía, muchos no quedaron conformes.
La famosa Forrest Gump, en 1994, vence a la emblemática Pulp Fiction de Quentin Tarantino. Esta última muestra una dinámica novedosa en su narrativa aunque quizá fue demasiado cruda para su momento. A pesar de ello, el tiempo y la crítica la convirtieron en una película de culto.
En 2003, el documentalista Michael Moore recibió el Óscar por Bowling for Columbine. Al hacer uso de la palabra, junto con todos los demás nominados a mejor documental, se pronunció en contra de la guerra de Irak y llamó al presidente George W. Bush “un presidente de ficción”. Al terminar remató con la frase: “¡Qué vergüenza, señor Bush!” lo que provocó ovaciones y abucheos entre el público.
En 2005, la película Crash se corona sobre Secreto en la montaña de Ang Lee. Mientras la primera habla sobre el racismo y la segregación en Los Ángeles de una manera bastante burda; la segunda narra la historia de dos vaqueros que durante años mantienen un romance secreto en un pueblo conservador de Estados Unidos. Para muchos fue uno de los mayores robos de la historia ya que la trama de Secreto en la montaña incomodó a los sectores conservadores de la Academia.
El cine es cultura, y la cultura es política. La importancia del Óscar es reconocida a nivel mundial como uno de los máximos galardones en el cine; más allá que la Palma en Cannes o el festival de Toronto.
La entrega de los premios Óscar siempre causa polémica. Ya sea por su cuestionable repartición, que antes de calificar el trabajo artístico se muestra condescendiente con la coyuntura del momento; o por el furor de los premiados al aceptar o no este galardón.
Fotos tomadas de www.oscar.go.com