Reseña de teatro: Piaf (Vivir por una voz)
Carlos Guerra Jiménez
En Agosto de este año fueron celebradas las 100 representaciones de la obra teatral: “Piaf (vivir por una voz)” de Beatriz González Rubín, misma que estuvo bajo la dirección de Cecilia Angulo, en el Teatro Fernando Soler.
La obra es realizada en torno a los últimos veinte años de la gran diva francesa Edith Piaf, misma que estuvo ligada a cuatro entrañables personajes, los cuales asistieron y amaron a la que fue una de las voces más importantes del siglo XX.
A los veintiocho años de edad Louis Barrier (David Ostrosky) se inicio con Edith como su representante, mismo que la llevó a lo más alto del éxito y de igual forma estuvo enamorado de Piaf hasta sus últimos días.
Momome (Dobrina Cristeva) la fiel e inseparable compañera desde la niñez de Edith, las cuales cantaban por las calles de Paris, recorriendo con la cantante cada uno de los momentos de su vida hasta la desgracia. Más que una amistad, tuvieron una hermandad que las llevó a compartir los menesteres de una vida sin amor, llena de rencores y resentimientos creando una relación entre ambas de amor y odio que ni la muerte puede vencer.
Por otro lado no podían faltar las relaciones amorosas de la famosa cantante. Marcel Cerdán (Julio Mannino) famoso boxeador que marcó la vida de Piaf al fallecer trágicamente en un accidente aéreo, quedando sin ganas de vivir, para tiempo después dar paso a Theo Lamboukas (Hugo Serrano) un joven 22 años menor que ella, mismo que fue juzgado por propios, así como también extraños como arribista, y sin que a él le importara este hecho se dedicó a darle todo su cariño.
Así mismo Arianna presta su voz y talento, para representar a la cantante francesa, interpretando cada una de las melodías que hicieran famosa a Piaf con músicos en vivo. La obra que se mudó al Teatro Libanés para continuar con los éxitos.