Estudios revelan que el regreso no será pronto
Carlos Fernández Moreno*
@CarlosFerMor
En días pasados han sido publicados algunos estudios en los que se busca pronosticar mediante procedimientos estadísticos el fin de la pandemia de la Covid-19, tanto por país como a nivel mundial, entre los que destacan los esfuerzos del Data-Driven Innovation Lab de la Universidad Tecnológica y de Diseño de Singapur, los del Worldometer Info y los del CSSE de la Universidad Johns Hopkins, por mencionar algunos. Dado que los pronósticos emanados de este estudio y de otros semejantes sirven de base para la toma de decisiones que afectarían la vida de millones de habitantes, se plantean algunas consideraciones que pudieran ser de utilidad para un gran número de individuos, instituciones privadas y gubernamentales.
Tres razones que sustentan un pronóstico menos optimista
Entre las principales conclusiones del análisis destacan tres. La primera, que se están generando pronósticos del fin de la pandemia y del número de casos demasiado optimistas por la utilización de modelos de proyección simétricos, semejantes a la Curva Normal o Campana de Gauss.
La segunda, que el comportamiento de la pandemia en México, según los datos oficiales, tiene un comportamiento claramente diferente al de los demás países en el mundo, de los que se dispone información y que no hay evidencia que sugiera que ya se están llegando a la cresta de contagios nuevos diarios.
La tercera, que la información de la Covid-19 generada diariamente por cada país muestran variaciones que no necesariamente corresponden a variaciones en los contagios sino a desfasamientos en el manejo de la información, que dificultan su interpretación.
La cresta de contagio
Lo anterior significa que un regreso pronto a la “normalidad” de nuestras actividades, sólo sería si estamos cerca de la cresta de la curva de contagio, pero el resultado de estos estudios mencionados, arrojan un resultado menos optimista.
Para fundamentar lo anterior, se realizó un análisis comparativo entre los datos a nivel mundial y además de tres paises que enfocaron las primeras etapas de la infección de manera muy diferente.
El análisis a nivel datos globales, tomando los datos del CSSE al 8 de mayo muestra variaciones diarias que difícilmente corresponden a cambios reales en el número de contagios diarios, sino que más bien parecen reflejar desfasamientos en el manejo de la información, como cuando hay un día de atraso porque es domingo, en ese día de atraso los datos estuvieron sub registrados, y al registrarse después, se juntaron con los datos del nuevo día, y por tanto, a su vez estuvieron sobre registrados.
Por tanto, las variaciones mostradas no necesariamente corresponden a variaciones en el número de los contagios. Usando el método de promedios móviles para suavizar las variaciones y tener un mejor análisis se construyeron dos líneas (Gráfica 1), la primera, PM de tres días (en verde), la segunda, PM de siete días (en negro punteado), se observa que Primero: hay un ciclo muy claro de siete días, lo que parece indicar que el flujo de la información se ve afectada por el fin de semana, Segundo: Con estos datos se observa que no hay evidencia de que el número de contagios nuevos a nivel global se estén reduciendo, más bien sugiere que están estables.
Tercero: como se verá más adelante, el comportamiento de nuevos casos a nivel mundial no sigue ninguno de los patrones observados en los países en forma individual. Cuarto: los contagios diarios a nivel global no siguen un patrón semejante al de una Distribución Simétrica (Tipo Campana de Gauss), sino más bien parecen seguir un patrón claramente atípico, con dos etapas, la primera de crecimiento y que va del 6 de febrero al 4 de abril, y la segunda, una de estabilización con ciclos semanales, a partir del 5 de abril hasta la fecha, Quinto: con estos datos NO SE PUEDE pronosticar el final de la pandemia a nivel mundial, Sexto, los datos generados muestran ciclos semanales que no corresponden propiamente a ciclos en los contagios.
El cuarto punto es muy relevante porque inclusive las autoridades de salud de nuestro país están basando sus pronósticos en modelos simétricos, que no reflejan la realidad de la pandemia.
Las gráficas realizadas por país con la información del SUTD Data-Driven Innovation Lab y del CSSE, con cifras actualizadas al 5 y 8 de mayo del 2020, muestran que los modelos de tipo asimétrico son más confiables para pronosticar tanto el número de casos nuevos como la duración de la pandemia.
Los datos de Italia, usando este tipo de modelos, sugieren claramente que en el mejor de los casos la epidemia duraría al menos 2 meses más de lo pronosticado usando una curva semejante a la Curva Normal, pero lo más probable es que dure cuando menos 3 meses más en un escenario corto y 5 en un escenario largo.
En el caso de los Estados Unidos, el análisis revela que la pandemia tiene un comportamiento completamente atípico, pues no hay una disminución clara de los casos diarios y muestra un patrón de olas con crecientes y decrecientes que definitivamente no pueden ser representados por un modelo de curva normal ni tampoco lo haría una curva asimétrica con una sola cresta, también concluye que la epidemia en este país no está cerca de su fase final, cuando menos tres meses más en un escenario corto y cinco en uno largo.
El caso de Suiza como prototipo de país donde el gobierno tomó muy en serio la amenaza sanitaria y su sociedad ha sido muy disciplinada, muestra que la enfermedad parece ya haber superado la pandemia, y el comportamiento de los contagios nuevos si bien es más semejante al de una curva simétrica, la fase de decrecimiento, ha sido al menos, tres veces más larga que la fase de crecimiento. Lo anterior se apreciaría mejor si se suavizan los datos mediante el procedimiento de promedios móviles.
En los datos de los tres países de ejemplo, también permite concluir que, en mucho, la duración de la pandemia depende de la seriedad con que la sociedad y el gobierno la hayan tomado.
El caso de México presenta diferencias muy claras con otros países, Primero: las cifras oficiales indican dos cosas inexplicables desde el punto de vista científico. Que la fase de crecimiento es la más larga de todas, pues lleva más de 65 días, y que no ha tenido una etapa de crecimiento exponencial como los otros países. Segundo: el número de contagios diarios reportados es muy bajo tomando en cuenta el tiempo de llegada del virus a nuestro país y, sobre todo, que somos 126 millones de habitantes, más del doble que la población de Italia y casi el triple de la de España. No hay que olvidar que Italia tuvo un máximo en un día de 6 mil contagios nuevos y España lo tuvo por 9 mil, por lo que se concluye que habrá muchos más contagios y, que la fase crítica será mucho más larga de lo previsto.
Implicaciones. Utilizar curvas asimétricas como modelo de entendimiento y pronóstico de los contagios nuevos en la pandemia de la Covid-19 es de suma importancia para no subestimar el número de contagios y la duración de la pandemia y los números que se ahí se deriven, como el número de enfermos graves y defunciones. Los modelos asimétricos muestran que se ajustan mejor a los datos, y que los casos de Covid-19 serán entre un 20% y un 40% mayores de lo estimado, según el país, también la duración de la pandemia, al ser varios meses más larga de lo estimado y que los costos económicos y sociales también serán mucho mayores.
Sería más prudente estar preparados como país y como sociedad a una situación más severa y enfrentarla de una mejor manera, que estar simplemente esperanzados a que la emergencia pase rápidamente y que luego se tengan que hacer ajustes improvisados y mal planeados, considerando además que análisis independientes serios como el del Dr. Arturo Ederly señalan que el número real de contagiados en nuestro país es ya de varios cientos de miles (Milenio 6 5 2020).
* Dr. en Ciencias de Gestión. Su columna de análisis: Observatorio Social. Es profesor en el Programa de Doctorado de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac. Obtuvo el Doctorado en la Universidad de Grenoble III, Francia.
Nota del editor: El presente artículo revela la complejidad del comportamiento de la pandemia; sin embargo, es necesario agregarle a este estudio riguroso y serio, el contexto político, social y económico, ya que a pesar de que estamos lejos de la cresta de contagio por Covid-19, hay una ansiedad social, una presión política y una necesidad económica que obligarán a forzar el término de la cuarentena e improvisar un plan de contingencia con el regreso progresivo y paulatino a las actividades cotidianas. Porque nadie estaba preparado, ningún gobierno, ningún Estado. Todo se ha tenido que improvisar, pero este tipo de crisis nos deben obligar a ser más previsores para futuras contingencias.
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