“Periodistas”: Ayer eran consentidos, hoy son desechos del sistema

Fernando Martinez (@fernandomtzf ) y Jorge Grana (@cafe_negro_)

 “Una prensa cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico”

Joseph Pulitzer

El cuarto poder

Montesquieu, filósofo político de la Ilustración, es uno de los teóricos más importantes sobre la división de poderes. Según su teoría, el Estado se debía dividir en tres: Legislativo, que posee la capacidad de dictar las leyes; Ejecutivo, que posee la capacidad de ejecutar las leyes; y Judicial, que posee la facultad de aplicar las leyes en casos específicos. A esta separación algunos le agregan—informalmente—un cuarto poder que influye en gobernados y gobernantes: el periodismo.

Desde el periodismo se informa y se critica, pero también se ataca y se miente. Un periodista debe estar comprometido con la verdad—si es que esta existe—e informarla. La ética debe ser el eje de su profesión, no ser cortesano del poder y criticarlo sin que interés alguno obstruya su visión de los fenómenos sociales, políticos o económicos.

Un repaso por la historia

La historia de nuestro país está plagada de periodos donde el abuso de poder y las injusticias eran cosa de todos los días, sin olvidar la impunidad y la corrupción. Está llena de personajes corruptos que se han servido del poder, pero también tenemos figuras y medios que se han dedicado a exhibir y denunciar a esos personajes.

No podríamos concebir el Porfiriato sin la crítica del diario Regeneración. Los años 70 no se podrían entender sin la crítica de Julio Scherer y el golpe a Excélsior que dio origen a la revista Proceso. Para asimilar nuestros días tendríamos que recurrir a los referentes de la Jornada y Carmen Aristegui. Mucho menos podríamos explicar el fenómeno del narcotráfico sin los trabajos de Anabel Hernández.

Plumas mercenarias

Así como hemos visto periodistas que han denunciado los abusos en nuestro sistema político, también han existido cortesanos del poder y plumas mercenarias que no sólo han defendido sus intereses individuales, también han sido secuaces del poder político y económico. Algunos de estos mal llamados periodistas son figuras como Carlos Denegri, Jacobo Zabludowsky, Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola.

El origen del “chayote”

Las élites que dirigen (o dirigían) el país siguen reacomodándose tras la llegada de López Obrador a la presidencia. El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), llegó al gobierno con la consigna ciudadana de cambiar las formas en las que se conduce el poder político. Esto incluye las relaciones entre el gobierno y la prensa, y del gobierno con la ciudadanía.
Julio Scherer en Los Presidentes escribe que en 1966, durante la inauguración de un sistema de riego en Tlaxcala, entre los reporteros se decía: “¿Ves aquel chayote? Están echándole agua. Ve allá”. En ese lugar un secretario de la Presidencia entregaba el chayote. Chayote se le conoció a la cantidad de dinero que se le daba a cada reportero o periodista por hablar bien del gobierno en sus medios. Esta práctica se institucionalizó a tal grado que a los periodistas y reporteros que eran benevolentes con los gobiernos se les conoció como chayoteros.

La caída de los medios tradicionales

Los tiempos y los medios de comunicación han cambiado en nuestro país. Los medios tradicionales, como Televisa y TV Azteca, atraviesan por una crisis de credibilidad y audiencia. Las nuevas generaciones hemos apagado la televisión y la hemos reemplazado con nuevas alternativas de información como las redes sociales y los medios electrónicos.

Ante la falta de credibilidad, estas dos empresas han desplazado a sus principales comunicadores, pues ya no son fiables para el auditorio. Televisa optó por remover de sus noticieros a Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo “Brozo” y Adela Micha. Le fueron útiles a los antiguos poderes fácticos, pero hoy son desechos del sistema.

Nuevas formas de hacer “periodismo”

Desempleados, se inclinaron por incursionar en los medios digitales para seguir des-informando. Adela Micha desde Saga, Brozo y Loret de Mola desde LatinUs. Estos últimos, bajo la bandera de la crítica periodística—cualidad de la que carecen incluso desde sus tiempos en Televisa. —Esta nueva forma de hacer periodismo está basada en el ataque y calumnia al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El rostro detrás de LatinUS

Julio C. Roa, quien reveló la existencia de lujosas propiedades de Genaro García Luna en Miami, semanas atrás descubrió que el dueño de la plataforma digital LatinUS es Miguel Alonso Olamendi, quien fuera secretario particular del gobernador perredista Silvano Aureoles. El poderío económico con el que cuenta se deja ver en la abundante publicidad en redes como Facebook, Twitter y Youtube.

No es ninguna novedad que la única función de este medio sea atacar al presidente. Lo que este y otros medios tradicionales han estado buscando es una figura lo suficientemente fuerte como para poder frenar a López Obrador. Están en busca de un candidato que frene a Morena y al fenómeno político llamado AMLO, candidato que a la fecha no encuentran.

Se solicita político

Desde inicio de sexenio sólo se ha logrado vislumbrar un personaje, Rafael Moreno Valle. Tras su muerte el puesto quedó vacío. Han intentado con Gustavo de Hoyos y no les ha salido. Enrique Alfaro a la fecha no entrega buenas cuentas en Jalisco. Quizá prefieran a Margarita Zavala si es que México Libre logra el registro, y si logra conservarlo tras 2021.

Sin embargo, la relación que guardan Silvano Aureoles y su excolaborador nos podría dar indicios de que por lo menos un medio ya tiene a su aspirante. Harán todo lo posible por darle la mayor visibilidad entre los demás y lograr una posible candidatura a la presidencia. Una eventual victoria de este personaje nos regresaría a las prácticas de sexenios anteriores donde los favores en campaña se pagaban con contratos de publicidad.

Elecciones intermedias del próximo año

En las elecciones intermedias del 2021 se jugará el futuro de la 4T. De perder la mayoría en la Cámara de Diputados se daría un fenómeno conocido como gobierno dividido, donde el Congreso está en manos de un partido y la presidencia en manos de otro. El gobierno dividido dejaría al presidente con poca capacidad para aprobar las leyes y reformas necesarias para su proyecto de nación. Esto lo obligaría a negociar con los partidos de oposición quedando la incógnita de saber si todos aceptarían esta nueva especie de “Pacto por México”.

El próximo proceso electoral es estratégico para “la oposición”. Representan la única opción que tienen para hacerle frente a AMLO y tener alguna posibilidad frente a Morena rumbo a 2024. Los partidos de oposición atraviesan por una crisis de representación y legitimidad que se acrecienta con sus divisiones internas. Ante tales crisis ningún apoyo mediático ha logrado, y parece que tampoco logrará, convencer al electorado para que elegirlos como una opción viable.

Se necesitan periodistas comprometidos con México

Por otro lado, los periodistas no pueden dejar de lado su papel de informar y ser críticos del poder. A la autoridad se le juzga desde la objetividad, no desde la calumnia y escondiendo intereses oscuros. Loret de Mola y compañía son—o eran—esbirros del viejo sistema, cuando la audiencia les dejó de creer inmediatamente los arrojó al basurero de la historia.
Necesitamos periodistas críticos. Ni aplaudidores, como ya los hay; ni plumas mercenarias, como no deja de haberlas. El electorado y la audiencia deciden por quién votar y a quién leer o escuchar. El 2018 nos demostró de qué lado está pueblo. Solo nos queda preguntarnos si la gente sigue del “lado correcto de la historia”.