¿Corderos diplomáticos, lobos políticos?-El encuentro AMLO-TRUMP

Diego P. Alba

Las visitas y reuniones entre diferentes jefes de Estado alrededor del mundo son muy habituales en el ámbito diplomático, pero, ¿Por qué causa tanto furor el encuentro AMLO-Trump? ¿Qué fichas se movieron en este tablero llamado Norteamérica? ¿Qué gana México y qué gana Estados Unidos?

Logros alcanzados

El gobierno mexicano hizo uso de una fina diplomacia entre México y Estados Unidos con la visita de Andrés Manuel López Obrador a la Casa Blanca para encarar las próximas crisis norteamericanas: en lo económico, en lo migratorio y en lo electoral.

Empecemos por la primera; el encuentro tuvo a bien realizarse para celebrar la puesta en marcha del nuevo T-MEC, un acuerdo que promete reactivar la economía norteamericana e integrar la región en un escenario de arranque bastante complicando debido a la pandemia de COVID-19. México requiere de la cooperación de Estados Unidos para fomentar las cadenas de producción en diversos sectores. En los próximos meses la economía se mantendrá a flote a través de las exportaciones que México pueda concretar hacia el norte y la inversión extranjera –que por cierto ya urgía desde antes de la pandemia– para la activación de proyectos de infraestructura y así generar empleos en nuestro país.

En segundo lugar, el tema migratorio es un asunto añejo entre los dos países y aún más relevante debido a la postura antinmigrante de Donald Trump frente a la nacionalista de AMLO. Cabe señalar que es, dentro de esta agenda bilateral, el tema más tenso entre los dos gobiernos; podemos asumir por ello el secreto con el que se manejó el diálogo bilateral con respecto a este tema.

Otros propósitos del encuentro

Para Trump, la certeza de las acciones mexicanas para frenar la migración centroamericana es condición necesaria para una relación económica tranquila (sin “arancelazos” ni amenazas comerciales). Para AMLO, el acercamiento a la comunidad mexicana representa un fortalecimiento en su imagen institucional y de líder, aumentando la simpatía entre los paisanos pues recordemos que los mexicanos en Estados Unidos también pueden votar, y no falta mucho para las elecciones intermedias en México y su tan prometido referéndum.

¿Éxito diplomático? ¿o simple maniobra política?

Finalmente, no solo para el presidente Trump tendrá consecuencias favorables en lo electoral, cuyo propósito es lograr la unión de una parte del electorado castigado por sus políticas proteccionistas y racistas: los migrantes mexicanos (y latinoamericanos, en general). Este grupo vulnerable podrá ser un aliado porcentual para lograr su reelección reivindicando su causa mostrando interés en las clase marginadas y discriminadas en E.U.A. aunque, a juzgar por las acciones de su mandato, este solo será un interés momentáneo para lograr sus fines. Para el mandatario mexicano también será importante crear una imagen de apertura y de cooperación internacional, de fuerza y carácter frente al país más poderoso del mundo, logrando acumular votantes en las próximas elecciones intermedias en favor de su partido.

La reunión de estos presidentes se concibe con un éxito diplomático y en parte la podemos considerar así, aunque es evidente que, cuando las partes se encuentran en una posición de necesidad y crisis, siempre se mostrarán como corderos diplomáticos. Sigamos cautelosamente los resultados de esta visita durante los próximos meses, cuando ambos gobiernos recuperen sus posiciones de fortaleza después de las crisis y vuelvan a mostrarse como lobos políticos.