Regreso a la “normalidad” en Oaxaca

Oaxaca contiene la mayoría de los Municipios de la esperanza a nivel nacional

En la conferencia matutina en Palacio Nacional del día 13 de mayo, se dieron a conocer los municipios de la esperanza, denominados así porque no tienen ni una cifra de contagio, ni están cerca de un municipio contagiado. El Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, presentó una gráfica en donde mostró que hasta esa fecha había 269 municipios libres de contagio en 15 estados de la República mexicana, concentrados principalmente en tres de ellos: Oaxaca, Sonora y San Luís Potosí, de los cuales, Oaxaca tenía 203, lo que había permitido que dicho estado del sur, estuviese en semáforo amarillo, es decir, en un comportamiento estable de la curva de contagio, por lo que podría regresar pronto a la nueva normalidad.

Oaxaca podría regresar a la nueva normalidad este 18 de mayo

Ese mismo día 13 de mayo, se expuso la fecha y el plan para retornar a la nueva normalidad, contemplada en tres fases. La fecha del regreso para las poblaciones que se encuentren en el descenso de la curva de contagio, será a partir del 18 de mayo. Ahí mismo se adelantó que Oaxaca podría ser uno de esos primeros estados en iniciar el regreso a la nueva normalidad. El gobernador oaxaqueño aprovechó para reconocer la disciplina de los oaxaqueños, mencionó algo fundamental que vale la pena retomar, pues ese logro de las comunidades es completamente suyo y de nadie más: “Todos somos corresponsables y todos debemos de participar… Seguiremos los procesos de usos y costumbres que han permitido que hoy Oaxaca sea uno de los seis estados con menor número de contagios, usos y costumbres reconocidos por nuestra Constitución.”

En la conferencia vespertina encabezada por López-Gatell del 16 de mayo, el Subsecretario volvió a mencionar al estado de Oaxaca como un digno ejemplo de la curva de contagio. En esa ocasión, se presentó una gráfica más completa de todos los estados de la República mexicana, en el que es muy evidente el contraste de los municipios del estado de Oaxaca respecto del resto del país. De los 324 municipios libres de contagio en todo el territorio nacional, Oaxaca tiene 213 de ellos.

Esas estadísticas de la esperanza, son resultado de la autodeterminación de los pueblos, su capacidad organizativa y su fuerte comunidad

La única manera de enfrentar una crisis de esta naturaleza, es creando comunidad. Lazos de solidaridad. Cuando esto no es posible, el único que puede enfrentar una pandemia como ésta es el Estado, nos guste o no. Es decir, es la conformación de un Nosotros, ya sea como comunidad o su síntesis: el Estado. Entendido como un Leviatán solidario, no bélico. No en balde hemos visto la ineficacia del gobierno de EU para contener la pandemia, con su sector de salud completamente privatizado.

La mayoría de los pueblos oaxaqueños se rigen por usos y costumbres, tienen su propia policía comunitaria y el consejo de ancianos es de vital importancia para tomar decisiones que discuten en asambleas. Por lo que desde el inicio del contagio de Covid-19 en México, decidieron proteger a sus viejos, los sabios del pueblo, cerrando sus comunidades de todo aquel que viniera de alguna ciudad con posible riesgo de contagio, así sea un integrante de la misma comunidad. Cualquiera puede salir, pero no entrar, o en su caso, pasar dos semanas en aislamiento antes de mezclarse con los pobladores.

Eso fue posible gracias a su enorme tradición cultural, en la que cada uno se ve así mismo como responsable de toda la comunidad. No en balde la Gelaguetza (acción comunitaria en la que todos aportan algo para la realización de la fiesta de un habitante) y el Tequio (acto comunitario en el que cada uno aporta en especie o con trabajo para la construcción de un espacio público como un parque o escuela), con lo que han podido sobrevivir a los embates de la pobreza y el olvido de los gobiernos. Esas comunidades, no necesitan de la tutela estatal para afrontar sus problemas.

Solidaridad mecánica y orgánica

Los chinos superaron rápido su crisis sanitaria porque tienen un Estado autoritario, eficaz, es cierto, pero de un alto costo social. En México no se han implementado medidas drásticas como el toque de queda, lo cual celebramos, pues eso preserva el régimen democrático, pero entonces, lo único que nos queda es fortalecer nuestra solidaridad comunitaria, acrecentar la conciencia del Nosotros para contar con respuestas más eficaces ante este tipo de problemas.

Es imposible importar de manera automática esa organización comunitaria de los pueblos de Oaxaca a la Ciudad de México, simplemente porque en una urbe tan grande la identidad se desdibuja, la mancha urbana nos devora y convierte en una pálida sombra, sin capacidad de reconocernos en el otro. Es lo que Durkheim denominó como la transición de la solidaridad mecánica a la solidaridad orgánica.

La solidaridad mecánica es cuando una ciudad mantiene fuertes lazos comunitarios, pero que inexorablemente cuando crece demográficamente y se industrializa, transita hacia una solidaridad orgánica. Para el sociólogo francés ninguna es mejor que otra, él sólo describe ese proceso histórico que vivieron muchas grandes ciudades a finales del siglo XIX e inicios del XX.

Pero la gran enseñanza es que a pesar de que en las grandes ciudades no desaparece la solidaridad social, sino que muta hacia una interdependencia basada en la división del trabajo, en la profesionalización laboral, me queda claro que el individualismo ha ganado demasiado terreno, mucho más con la imposición del modelo neoliberal; nos ha vuelto una sociedad demasiado porosa, muy egoísta. Nos cuesta mucho trabajo reconocernos como un ente colectivo.

No podemos regresar a una solidaridad mecánica jamás, pero sí podemos aprender un poco de la importancia de hacer comunidad en tiempos obscuros como el que nos ha tocado vivir. Bajarle un poco a ese hiper individualismo acrecentado en los últimos 40 años.