Tv Azteca y su irresponsable invitación al suicidio

El dolor de perder el poder provoca muchos desaciertos. A Tv Azteca le toca pagar por uno de ellos. Tristemente, sólo pagará por uno de ellos. Esa especie de síndrome de abstinencia que debe recorrer el cuerpo de Ricardo Salinas Pliego, debería costarle, como nunca en su historia, un precio más allá del dinero. Esta vez no pudo detener la furia, no consiguió calmar la exasperación por sentirse, desde hace más de un año, un humano como cualquier otro. El exabrupto de sugerir a la gente no hacer caso a las recomendaciones para evitar enfermarse y, posiblemente, evitar la muerte, no es un acto fácil de olvidar.

Como todas las tardes, la conferencia de las autoridades sanitarias por la pandemia Covid-19, se llevó a cabo. Hugo López Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, informó los datos referentes al avance de la pandemia en México. Finalizó la rueda de prensa y citó a la del día siguiente. Todo era normal, hasta el noticiero de Tv Azteca, donde Javier Alatorre, su conductor desde hace 25 años, emitió un reportaje en donde se hace un llamado a la población mexicana para ignorar las medidas de prevención contra el contagio del virus SARS-CoV-2; Javier Alatorre, en un noticiero nacional, invitó a la población a desatender indicaciones que podrían salvar vidas; Alatorre y Tv Azteca podrían provocar, en las siguientes semanas, decenas, quizá centenas o miles, de mexicanos muertos.

Sin chayote no hay felicidad

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia significó la pérdida de mucho, muchísimo dinero, para los grandes medios de comunicación, especialmente para Televisa y Tv Azteca. Desde el inicio del gobierno de AMLO, los medios masivos de comunicación sólo han recibido pagos por publicidad. Lejos quedaron las millonarias gratificaciones para los medios, pagadas, por supuesto, con dinero de los contribuyentes.

Algunos reportajes han señalado, de forma directa, a los comunicadores que se enriquecieron en gobiernos como el de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. El encono de comentaristas, locutores y empresarios mediáticos, ha sido virulento y, de los comentarios críticos, han pasado directamente a la diatriba, a la mentira evidente, y lo peor, a la construcción de noticias falsas.

En los últimos días, el crecimiento de falsedades en diarios impresos, portales de comunicación, programas radiofónicos, redes sociales y televisión, ha sido escandaloso. Sin embargo, cada medio dispuesto a golpear al gobierno de López Obrador había tenido un poco de cuidado para maquillar la información. Hasta el 15 de abril, cuando, el Diario de Juárez, publicó fotografías de otros países donde se apilaban los muertos, e informó que se trataba de hospitales en México con víctimas de la enfermedad Covid-19. La Secretaría de Gobernación emitió un comunicado donde se anunciaban posibles sanciones contra el diario. Se pensó en ese acto como la gota que había derramado el vaso. No era así; en Tv Azteca apenas se estaba redactando la nota criminal.

La invitación a morir

Las palabras exactas de Javier Alatorre fueron: “Como todas las noches, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, encabezó la conferencia sobre el Covid-19 en México. Pero sus cifras y sus conferencias ya se volvieron irrelevantes. Es más, se lo decimos con todas sus palabras, ya no le haga caso a Hugo López-Gatell”.

Primero fue en China, luego en Irán, más tarde en Italia, después, toda Europa. Posteriormente, decenas de gobiernos obligaban a su población a una cuarentena inesperada. México también lo está haciendo así. La idea no es de AMLO, no es de Hugo López-Gatell, sino de las instituciones de salud del planeta. El objetivo es evitar miles de muertos por la saturación de los hospitales. El propósito es aislar a las poblaciones y evitar los contagios masivos que podrían llevar a la muerte. No obstante la emergencia mundial,  Javier Alatorre, conductor del noticiero estelar de Tv Azteca, invita a la gente, a cada uno de sus televidentes, a ignorar las recomendaciones para proteger su salud.

Pero cometieron un error. Específicamente, lo cometió Javier Alatorre: “Ya no le haga caso a Hugo López-Gatell”, es una frase que debería ser su tumba profesional. El reportaje, un video de tres minutos de duración, muestra al gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, señalando como mentirosas las cifras de muertos por Covid-19 en su estado. Acusa a la Secretaría de Salud de imponer falsos números. Todo el reportaje se centra en las palabras de un gobernador enojado, aparentemente digno. Esa era la nota. Pero a Javier Alatorre se le ocurrió hacer el peor llamamiento a la desobediencia, en el peor momento, en medio de una emergencia sanitaria mundial.

Jaime Bonilla es un gobernante molesto con la federación. Quiso modificar las leyes de su estado para permanecer más tiempo como gobernador, y se lo impidió la Constitución mexicana. Su intento de rebelión se enmarca en una sublevación de gobernadores que buscan una especie de “independencia”: quieren más dinero para su estado, pero no desean pagar impuestos. Beneficios sí; obligaciones no.

Bonilla está desesperado porque no tendrá el tiempo suficiente para enriquecerse como lo había pensado. Su acto es un grito para que los multimillonarios opositores a AMLO volteen a verlo. Asimismo, es un pataleo en el piso dedicado al presidente de México. Chantaje, extorsión, coerción… puede tener varios nombres. Pero no esperaba que Tv Azteca emitiera, con su nombre al frente, una invitación a morir. El reportaje se sustenta en las palabras de Jaime Bonilla; cada uno de sus dichos es la fuente del llamado a la desobediencia. El enojo de Jaime Bonilla, gobernador de Baja California, es el pretexto de Tv Azteca para sacar a la gente de sus casas, para romper la cuarentena.

Salinas Pliego: la ilegalidad como sello personal

Debió ser muy difícil ser Javier Alatorre la noche del viernes 17 de abril. O quizá no. Quizá fue sencillo, acostumbrado como está a ser un rostro, una imagen, y no una mente, un ser con albedrío. Quizá percibirlo como una personalidad autónoma es un acto demasiado generoso. Por lo menos es un personaje acaudalado. Ha sabido negociar su credibilidad a cambio de mucho dinero. Pero no es el caso del pequeño periodista que narró el video, un hombrecillo de nombre Óscar Gómez Romero, redactor de la nota, posiblemente, la del final de su carrera. No se sabe. Probablemente su único talento sea dotar de sabor amarillista y pernicioso a las notas que le encargan leer; su único talento para exacerbar la información, para enrojecerla, podría llevarlo a despedirse de los medios. No importa. Nadie lo extrañaría.

También debe ser difícil trabajar para Ricardo Salinas Pliego. Por supuesto, es difícil si se tiene dignidad. Su historia de éxito comenzó con el remate del Instituto Mexicano de Televisión, que más tarde se convertiría en Tv Azteca, la segunda emisora televisiva más importante de México. Su venta generó demasiadas suspicacias, y aunque Salinas Pliego es conocido por ser el dueño, se relaciona a Raúl Salinas, hermano de Carlos Salinas de Gortari, con el remate de la televisora nacional. Después, nadie le puso freno: ahora es dueño de empresas que construyen viviendas de interés social, tiendas departamentales, y hasta del Banco Azteca, el cual fue utilizado por López Obrador para repartir el dinero de programas sociales gracias a la gran cantidad de sucursales en el país.

Ricardo Salinas Pliego es conocido como el mayor usurero de la nación. Su estrategia de pagos en Elektra, tienda de su propiedad, mantiene un esquema de fraude contra la población más ignorante. Los escrúpulos no son lo más significativo de su actividad empresarial. Igualmente, se apoderó, con pistoleros, del Canal 40 sin que nadie averiguara lo sucedido, y utilizó los canales digitales sin permiso de las autoridades. La ilegalidad es lo suyo.

El crimen propuesto por Ricardo Salinas Pliego, a través de Javier Alatorre, tiene un origen nítido. En la conferencia de prensa del 16 de abril, Hugo López-Gatell señaló, de forma contundente, que las empresas con actividades no esenciales que se nieguen a cerrar y proteger a sus trabajadores de los contagios, serían sancionadas. “¿Clausurar? ¿Dije ‘clausurar’? Sí: clausurar”. Este mensaje, al parecer, tenía como destinatarias a las tiendas Elektra, pues el mismo Salinas Pliego se había negado a enviar a sus empleados a aislarse en sus casas. Incluso, minimizó la pandemia y dijo “No dejaremos que el miedo nos domine”. Se sabe, ahora, que los trabajadores de Elektra no han dejado de laborar por órdenes de las jefaturas.

Un castigo ejemplar para “los medios”

El diario Reforma, El universal, Radio Fórmula, cada noticiero y programa de análisis de Televisa y Tv Azteca e Imagen Tv, tienen como única consigna denostar el trabajo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Muchos otros se han unido al golpeteo mediático sin pudor. No obstante, nadie se había atrevido a llegar tan lejos. La impunidad con que se han desenvuelto poderosos empresarios, les refleja un México donde podían manipular a los gobernantes a su antojo. Perdieron ese poder y el desconcierto los arroja por caminos criminales. Mejor dicho, los caminos criminales por donde siempre han transitado, ahora son visibles.

Tv Azteca acaba de cometer un error con tintes criminales. Veremos si su poder aún es capaz de doblegar al presidente. Las palabras de Javier Alatorre causarán, sin duda, fallecidos, porque la televisión sigue como el medio de comunicación más poderoso del país y la gente aún lo percibe como un elemento de información responsable. Por supuesto, en todos los medios contrarios a la presidencia de Andrés Manuel, hablarán de libertad de expresión y censura. Quizá nombren a Javier Alatorre como un paladín de los Derechos Humanos. Nada les importa. Ni siquiera, los posibles mexicanos muertos.

La apuesta de Salinas Pliego debe ser muy alta. ¿Quién está dispuesto a respaldar a Tv Azteca en este golpe? Quien quiera hacerlo, debe pretender la más grande aspiración política del país: la presidencia. Pero es un juego peligroso. Sólo queda resaltar lo siguiente: el apoyo de AMLO, muchos más de 30 millones de personas, serían las mismos que respaldarían el retiro de la concesión a Tv Azteca. Es el momento de un castigo ejemplar. Y, puedo apostar, que lo celebraríamos.

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