Adoran a Ebrard y López-Gatell pero odian a AMLO; es clasismo
La crítica actual
Por su forma de hablar, vestir, tratar a la gente, y en general por su forma de ser, desde su arribo al poder, Andrés Manuel López Obrador ha sido objeto de ataques, burlas y críticas hacia su persona.
Esto no es nada nuevo para el Ejecutivo Federal. Sin embargo, el estilo personal de AMLO, sumado a las novedades de su gobierno, aportan elementos de análisis nuevos. A estas alturas no es necesario recordar, que gran parte de la opinión pública en redes, se reduce a falacias ad hominem.
Los nuevos protagonistas
Las coyunturas del sexenio favorecieron a distintos miembros del gabinete y funcionarios federales. Dignos ejemplos de ello son Marcelo Ebrard Casaubón, Secretario de Relaciones Exteriores, y Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario se Salud. Ambos protagonizan el cuadro del combate en la actual contingencia sanitaria por el Coronavirus, Covid-19.
Este último, además de emerger como un importante liderazgo mediático, se ha ganado el corazón de mujeres y hombres por su elocuencia, paciencia, formación e inteligencia. Tal es la admiración, que trascendió lo profesional para situarse en el ámbito privado; no es raro encontrar artículos que indagan su vida privada, por ejemplo, buscando información acerca de su pareja sentimental.
La tecnocracia
Cómo un profesional de la salud, y experto en enfermedades complejas, López-Gatell despierta asombro y respeto por su estilo técnico y preciso de especialista.
Por otro lado, Ebrard Casaubón es un político consumado. Hábil estratega, internacionalista de formación y con una amplia carrera de respaldo, se granjeó la confianza de Andrés Manuel para llegar a la cancillería que ocupa. Igualmente, los apellidos extranjeros del secretario, son una tarjeta de presentación más que sobresaliente, puesto que detrás se asoma una línea de sangre francesa.
Clasismo en su máxima expresión
Así pues, mucha de la adoración a Gatell y Ebrard no es más que el afán por idolatrar lo extranjero, sofisticado y técnico que se anuncia como la panacea que nos llevará hacia el gobierno de avanzada que se necesita para unas cuantas élites. Pese a que esto implique la negación del México Profundo que resiste y sobrevive diariamente.
De este modo, aunque se insista en dejarlo en segundo plano, las burlas y críticas con dolo, hechas al presidente, no son más que la prueba fehaciente del clasismo imperante en los principales grupos sociales que desean fervientemente ostentarse como una “oposición política importante”.
No se debe olvidar que fue AMLO quien puso a ambos funcionarios, que son parte fundamental de la 4T, aunque muchos quieran ver en ellos su negación.
Se pensará que resulta igual de burdo dedicar una reflexión para los detractores que se centran en una diatriba. No lo es. Mucho menos, cuando “periodistas” como Pedro Ferriz Hijar ocupan su tiempo en burlarse de los zapatos de AMLO, que en realizar una crítica inteligente.