Ni error ni “balazo en el pie”: AMLO tiene razón con guardias a Fox
Este artículo es una réplica al texto publicado por mi respetado compañero de revista, Germán Bernardo, quien el día 7 de abril publicó un artículo titulado “¿Cómo desperdiciar tu popularidad? AMLO te lo dice”. El texto de Bernardo, básicamente, explica que Andrés Manuel cometió un grave error al otorgarle seguridad militar al expresidente Vicente Fox, quien, días antes, acusó que un comando trató de entrar a su casa y le preocupaba su seguridad y la de su familia, por lo que hacía responsable al presidente Andrés Manuel López Obrador de lo que pudiera pasarles. La noticia se desmintió un día después cuando se supo que el “comando armado” en realidad era una escolta de invitados a una boda. La noticia y el artículo de Bernardo se puede consultar aquí: ¿Cómo desperdiciar tu popularidad? AMLO te lo dice
Por el título de su texto, Bernardo entiende la popularidad de un presidente como un elemento, o una mercancía, que lo dota con ciertas características las cuales deben ser útiles a como dé lugar, de manera que hay que aprovecharla lo antes posible antes de que esta popularidad de desvanezca. Evidentemente, Bernardo ignora que la popularidad en realidad sólo es un reflejo de una construcción que hace la sociedad con respecto al presidente que eligió, de tal manera que, conforme avance el tiempo, ésta puede disminuir o aumentar, como es el caso del presidente a poco más de 100 días de gobierno. Me parece que la popularidad de un presidente no está intrínsecamente ligada a las acciones que día con día realice. Es imposible pensar que una acción que promueva una supuesta negatividad, inmediatamente provocará una disminución de ese 86% de popularidad y aceptación, a un 10%.
En su texto, Germán menciona que AMLO “cometió el peor error de su corta presidencia”. Esta afirmación no me parece sorpresiva ya que, ¿no cometió también un error gravísimo e imperdonable cuando cerró los oleoductos de gasolina para eliminar las tomas clandestinas que cuestan al patrimonio público casi 60 mil millones de pesos anuales? Si bien no tengo claridad de una crítica a esta acción por parte de Germán, no debemos olvidar que la sociedad mexicana casi perdía la cabeza por esas semanas cuando la gasolina escaseó y provocó largas filas en las gasolineras, tanto, que se llegó a esperar a una pipa toda la noche.
Pregunto, ¿no cometió el mismo error gravísimo e imperdonable cuando, en materia de política exterior, no apoyó una intervención en el gobierno venezolano con lo cual ponía en alto los valores de la autodeterminación de los pueblos? Semanas completas dedicaron algunos de los exponentes del programa “Es la hora de opinar” en comentar que esta postura por parte del presidente era reflejo de un apoyo incondicional al gobierno de Nicolás Maduro. Si bien esta postura por parte del presidente López Obrador significó una característica que podría estar presente durante todo su gobierno, lo cierto es que no dejó contentos a una buena parte de la sociedad, lo cual no repercutió en su popularidad o, como dijera Germán, que el presidente se dio un balazo en el pie.
Al tema de política exterior puede sumarse las declaraciones del presidente López Obrador con respecto a la complicada situación que se vive actualmente en el país con los migrantes centroamericanos y los comentarios del presidente Donald Trump en forma de amenaza. El presidente de México sostuvo que no caería en un intercambio de palabras con Trump, de tal manera que inmediatamente se le calificó como cobarde por no responder de manera directa a las amenazas, tal como sí lo hiciera el expresidente Enrique Peña Nieto en su momento.
No podemos olvidar el asunto principal con el cual arrancó su sexenio el presidente López Obrador: la cancelación del aeropuerto de Texcoco. Esta noticia generó una infinidad de declaraciones a favor y en contra de la decisión, ya que se habló de una cantidad impresionante de dinero perdido al cancelarlo; por el otro lado, se dijo que existían contratos ilícitos en su construcción, es decir, era una continuación de la corrupción, eso contra lo que el presidente lucha desde el día uno de su sexenio. En la lucha contra la corrupción –sumado a la cancelación del aeropuerto–, recientemente se detectaron irregularidades en el subsidio a las estancias infantiles y éste se canceló, lo cual también alarmó a muchísimas personas, pero hallaron registro de 80 mil niños fantasmas, es decir, niños inexistentes que eran registrados en la lista para supuestamente ser atendidos. ¿A dónde iba a parar ese dinero?
Y podría continuar con la lista de acciones que ha realizado el presidente desde que tomó posesión. Lo que pretendo decir es existen una gran cantidad de hechos a los cuales el presidente pareciera adelantarse, de manera que sus decisiones en algún momento podrían parecer tomadas a la ligera o sin valorar la situación en su totalidad. Lo cierto es que, y ahí están los datos para comprobarlo, cada una de las decisiones que ha tomado el presidente Andrés Manuel han tenido un fin y, bajo esa misma lógica, en sus acciones se ha demostrado que el presidente no avanza un paso sin antes haber estudiado el problema. No son decisiones el aire o intuitivas, sino que detrás existen razones suficientes que, pasados unos días, salen a la luz, confirmando que el presidente tenía razón al haber tomado tal o cual decisión.
Quizá Germán debería pensar nuevamente en lo que aconteció con la muerte de los Moreno Valle, ya que, como bien menciona, trataron de acusar al presidente López Obrador de asesino por sus muertes. Es decir, ¿Se imaginan que el expresidente Fox, con todas las características negativas que Germán hace bien en señalar de él –y que por supuesto comparto totalmente– decida, en un acto de su locura, inventar nuevamente un atentado en contra él y su familia? Y no sólo eso. Es evidente que existen muchísimas personas que comparten un odio común hacia el expresidente Fox, esto podría provocar que alguna de esas personas decida cometer un delito o hacerle algún daño alguno, por lo cual confirmaría y justificaría todas las idioteces que día con día escribe Fox en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cualquier asunto que les llegase a suceder al expresidente Vicente Fox y a Felipe Calderón, inmediatamente la responsabilidad caería en el presidente López Obrador y esto serviría como una campaña sucia durante todo el sexenio. Hace bien Gerardo Fernández Noroña al señalar, en su cuenta de Twitter: “Aunque me moleste, hizo bien el compañero presidente López Obrador en tomar la seguridad del cabeza hueca. Pueden armarle una supuesta agresión a Vicente Fox para responsabilizar a nuestro gobierno”. ¿Así o más claro?
Por último, me quiero centrar en la conclusión que escribe Germán: “AMLO, él solo, se acaba de cerrar muchos caminos. Acaba de inaugurar la desconfianza masiva en su presidencia. Y solamente puede recuperarla si en los próximos días hay un golpe impresionante contra aquellos que dejaron a este país de rodillas y con un arma apuntando a la cabeza, porque acusaciones hay muchas, cientos, miles, pero acciones, a tres meses de ser presidente, ninguna. De no ser así, ese 86% de aceptación en sus primeros cien días de gobierno comenzará a irse al mismo lugar donde yace el respeto que los mexicanos tienen por los expresidentes.”
Dudo mucho que AMLO se haya cerrado caminos y que haya implantado en la sociedad una desconfianza masiva en su presidencia. Como comenté anteriormente, aun con todas las acusaciones y acciones “negativas” que ha tenido el presidente a lo largo de estos más de 100 días, el tiempo le ha dado la razón con el aeropuerto, las estancias infantiles, las declaraciones con relación a Venezuela y, en un futuro, con lo sucedido con los expresidentes de México.
Asimismo, ese 86% de aceptación y esos 30 millones con el bono democrático en alto, automáticamente lo han llevado a estar en el top 5 del ranking mundial de aprobación presidencial, por encima del presidente Vladimir Putin. Esta posición sobresaliente con más del 60% de aprobación, como señala el estudio “Ranking mandatarios América y el mundo 2019”, publicado por Mitofsky del 3 de abril, es una clara prueba de que aún con todos los balazos que intente darse el presidente en el pie, hasta el momento, ha fallado.
No deseo que este artículo se convierta en una apología del gobierno entrante, ya que evidentemente ha tenido fallas y las tendrá en un futuro, sin embargo, lo que sí busco es que no se trate de hacer un juego sucio al presidente cuando lleva poco más de 100 días en el poder. La realidad de los hechos, tarde que temprano, sale a la luz y será un buen momento para decir sin ningún temor: “me equivoqué”. Al final del día siempre habrá posturas a favor y en contra, pero lo que nunca debe dejarse de lado son las críticas constructivas, el debate que enriquezca y el respeto mutuo.