“Demasiado pobres para ser verdes”: los energéticos de los países en desarrollo
“Demasiado pobre para ser verde” fue una frase presentada en el informe Brundtland de 1987 sobre crecimiento sustentable. Un dicho de esta magnitud tiene una carga ideológica a favor del crecimiento económico; lo sabemos porque el Banco Mundial ha utilizado frases similares para asumir, implícitamente que los países en vías de desarrollo no pueden sustituir su dependencia de energía de carbono. Lamentablemente esta máxima encierra una gran verdad.
¿Cómo un país sin crecimiento económico podría sacar de la pobreza a la mitad de su población? ¿Cómo un país sin suficiente riqueza podría siquiera pensar en sustituir parte de su infraestructura basada en energía fósil (barata) por energías limpias y renovables?
Como economista y como sujeto consiente del deterioro del medio ambiente causado por el modo de producción capitalista, es difícil tomar una postura a favor o en contra del crecimiento económico de la mano de los combustibles fósiles.
Por un lado, el caso de China
Hace algunas décadas, China no figuraba en la lista de los países con gran crecimiento económico. Actualmente el país oriental es la segunda potencia económica del mundo y hace unos días logró alunizar una sonda en el “lado oscuro de la luna”. Esto lo logró gracias a un proyecto de nación a largo plazo (donde el fin justificó muchas veces los medios) y a un manejo eficiente de sus recursos, tanto naturales como intelectuales. China ha aplicado por más de tres décadas el modelo de Economía socialista de mercado, es decir, la mayor parte del sector industrial y bancario son regulados y controlados por el Estado. No incumbe al texto precisar en cómo su modelo de economía ha permitido su gran desarrollo, sino en hacer notar cómo el desarrollo económico va de la mano del uso indiscriminado de energías fósiles.
Pero ¿es posible imaginar este increíble desarrollo chino con un uso consiente y moderado de energía fósil? Lamentablemente, no es así. Las cifras lo demuestran: la principal fuente de energía de China es generado por plantas de carbón, específicamente cerca de dos terceras partes.
Las fuentes de energías en carbono (petróleo, gas natural, carbón) continúan siendo muy baratas y, a su vez, destacan por su fácil accesibilidad y disponibilidad en todo momento. No es fortuito que las grandes potencias mundiales continúen siendo las grandes consumidoras de energías fósiles y, por obvias razones, las principales en emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Actualmente, el país asiático cuenta con el capital suficiente para invertir en fuentes de energía alternativas y limpias. Durante los últimos años, China es el país que mayor inversión ha realizado en energías renovables, sin embargo, se debe de tomar en cuenta que esta inversión no habría sido posible sin su acumulación de capital.
Por otro lado…
Como se sabe, Estados Unidos y Europa han emitido gases de efecto invernadero a la atmósfera desde de la revolución industrial (cerca del 80% del total mundial) hasta nuestros días. Estos países con gran riqueza acumulada continúan siendo reacios a dejar su dependencia de carbono. La manera tan lenta con que sustituyen sus fuentes de energía hacia las renovables no ha permitido una reducción significativa en sus emanaciones de CO2 a la atmósfera. Los países desarrollados deben aumentar la inversión hacia investigaciones tecnológicas que permitan una sustitución más rápida hacia fuentes limpias de energía, sobre todo cuando, en la actualidad, los países pobres sólo han emitido cerca de 20% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
México: energía eléctrica por carbón
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se propone construir una central carboeléctrica durante el sexenio, esto con el fin de reducir la dependencia energética estadounidense. Armando Guadiana Tijerina, presidente de la Comisión de Energía, destacó que en Estados Unidos se usan 500 millones de toneladas de carbón, mientras en China son 900 millones de toneladas, comparadas contra los 12 o 14 millones que consume México.
Los países en vías de desarrollo como México deben procurar y garantizar una vida digna a gran parte de su población que vive en la pobreza. Lamentablemente, en un principio tienen que apoyarse del uso de fuentes de energía fósil por su bajo costo. Sin embargo, si algún país en vías de desarrollo logra consolidar una economía fuerte y una distribución justa de la riqueza dentro de sus fronteras, deberá invertir en fuentes de energía limpias y renovables para sustituir la energía fósil.
Para ser verde, primero se debe ser solvente, sobre todo si la mitad de la población de un país vive en la pobreza.