Tú eres artífice de tu propio desabasto de gasolina
Profecías de auto cumplimiento
Esteban Govea
Típico: Vives en Guanajuato, odias a AMLO porque no lo entiendes, ni entiendes cómo estuvo operando el huachicol, ni cómo habría sido imposible que lo hiciera sin el beneplácito y protección de varias instancias gubernamentales, ni sabes que a principios de diciembre el ejército tomó las refinerías para combatir este robo a la nación, ni entiendes que los ductos hubieron de ser cerrados para tener un control sobre el combustible, que se pierde por los millones de litros en las miles de tomas clandestinas practicadas a lo largo de kilómetros de oleoductos, ni mucho menos reflexionas que muchas gasolineras se quedaron sin combustible desde el primer día porque lo compraban del huachicol, y se quedaron sin proveedores cuando comenzó a ejercerse el control; y como no entiendes, te paniqueas, dices la escasez es la primera de las señales de que el Peje nos va a convertir en Venezuela o, cuando menos, en un régimen socialista totalitario. En consecuencia, vas a la gas, gastas para llenar el tanque y un par de garrafones (a pesar de que no llenas el tanque desde el 2015, cuando los gasolinazos volvieron el llenar el tanque un lujo de privilegiados), creas filas kilométricas en las gasolineras, propicias el abuso de los dependientes, que se aprovechan de ti para cobrarte una lanita “porque quién sabe cuánto dure, güero”, en el peor de los casos, recurres al huachicol, que es el mal que se busca combatir en primer lugar. El resultado: se compra mucha, muchísima más gasolina de la que se abastece normalmente, creando… desabasto.
Tú eres artífice de tu propio desabasto de gasolina.
Entiendo, no eres partidario de AMLO, ni te representa. Estás convencido de que el mesianismo es repudiable, a pesar de tu afiliación al Opus Dei. Está bien. Sigue siendo un opositor concienzudo y tenaz, como has sido incansable e imparcialmente en la vida, siempre que un candidato de izquierda gana popularidad, pero especialmente cuando ese candidato es el Peje. Pero no seas presa del pánico. No caigas en la dinámica de masa de la desinformación y el rumoreo.
No vayas con un tinaco Rotoplás en la pickup a prepararte para el inevitable fin de los tiempos. Tu vecino está pensando justo lo mismo, y quiere acaparar esa preciosa, preciosa gasolina. Los únicos que van a medrar con tu actitud son los empresarios del ramo gasolinero, que no tendrán empacho en elevar los precios para hacerlos coincidir con la demanda. Y entonces, cuando veas el litro en 25 pesos, vas a pegar el grito en el cielo y maldecir a AMLO.
Rompe la profecía del desabasto, infórmate sobre el combate al huachicol, compra lo que necesites de gas, pero si puedes utiliza el transporte público o una puta bicicleta. Aprovecha para exigir a la egregia administración de oposición de tu estado que construya más ciclovías, que mejore las rutas, el acceso y disponibilidad del transporte público. Si dependes a tal grado de tu automóvil como para no poder prescindir de él un par de días, quizás, sólo quizás sea hora de reevaluar cuáles son los problemas más apremiantes de tu cotidianidad.
Esteban Govea es lic. en filosofía, poeta, narrador y guionista. Tiene un blog en https://elenervatorio.wordpress.com/ y es autor de tres libros, disponibles en Amazon: Sexto Sol, La Poética Robot y La Música Cósmica. Nació en Guanajuato.