De construirse en Texcoco; daño ecológico irreversible
Hoy comienza la controversial consulta sobre la ubicación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Controversial, puesto que no pudo ser de otra forma. El mismo proyecto desde su inicio ha estado inmerso en una nube turbia, repleta de irregularidades en todos sus ejes: económico, técnico, político, social y ambiental.
Aunque son muchos los aspectos a considerar en una obra de tal magnitud, la disputa sobre la continuación de la obra en Texcoco se ha centrado en dos pilares: económico versus ambiental. No es extraño que sea así, el clima internacional se debate entre la pujante economía mundial y las aterradoras consecuencias del calentamiento global (que traen consigo consecuencias económicas igualmente escalofriantes). Desafortunadamente nuestros líderes siguen en el viejo esquema.
¿Cuándo vamos a dejar de pensar únicamente en términos económicos?
Hace apenas dos semanas el IPCC (Panel Intergubernamental en Cambio Climático, por sus siglas en inglés) de la ONU (Organización de Naciones Unidas) lanzó un grito de atención a la comunidad internacional: “Tenemos 12 años para frenar una catástrofe de ambiental”. Sin embargo en la contienda aeropuerto vs lago, se sigue hablando de la cantidad de dinero ya gastado.
Es lamentable como el discurso de quienes aprueban la continuación del NAIM (Nuevo Aeropuerto Internacional de México) se centra en términos meramente económicos: la cantidad de recursos invertidos hasta ahora, las consecuencias legales de no continuar con el proyecto, generación de empleos (habrá que ver el porcentaje de empleos dignos) entre otros. Cuando estos personajes (la mayoría empresarios y políticos beneficiados del proyecto) son increpados con preguntas sobre la viabilidad ambiental y técnica del proyecto el argumento central es que fue “aprobado por expertos”. ¿Qué nos dice eso? ¡Absolutamente nada!
La polémica respecto al tema ambiental se ha suscitado en una atmósfera de desinformación y posverdad. En el cual medios vendidos como El economista han publicado artículos aberrantes como (Las 12 razones por las que el NAICM es un proyecto verde y sustentable) que de hecho escribe Federico Patiño, el director general del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, ¿qué otra postura podría tener?. Es a través de notas con débil sustento científico e información a medias que buscar consolidar la opinión pública a favor de un proyecto que atenta de forma irreversible al medio ambiente.
La realidad ambiental del NAIM
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe (CEPAL) compartió en su cuenta de twitter “ Aeropuerto necesario en una zona equivocada. Con diseño y tecnología de punta pero en un área de regulación hídrica, inestable sobre Lago Nabor Carrillo. Solución temporal puede ser 2 pistas en Santa Lucía y porque no pensar en Toluca asociado al tren rápido” [SIC]. De continuar con la obra en Texcoco se terminaría con el hábitat de miles de aves acuáticas migratorias (alrededor de 250 tipos de aves) aunado a las graves consecuencias para la población tanto del Estado de México y de la Ciudad de México. En términos llanos el humedal funciona como regulador hídrico, pues evita inundaciones en el oriente de la ciudad (Iztapalapa y Tláhuac, zonas marginadas), y áreas conurbadas así como a recargar los ya de por sí sobreexplotados mantos acuíferos que contribuyen al perpetuo hundimiento de la zona metropolitana.
Ramón Ojeda Mestre, secretario general de la Corte Internacional de Arbitraje y Conciliación Ambiental (CIACA) en entrevista con La jornada declaró que “La huella ecológica (indicador de sostenibilidad) del nuevo aeropuerto es mucho más grande de la que nos habían ofrecido y la que nosotros mismos habíamos respaldado”. A pesar de que diferentes instancias internacionales y grupos de científicos han lanzado alertas desde hace años sobre la importancia de la reducción de gases invernadero, México continúa mandando a sus mandatarios sonrientes a París a firmar convenios internacionales que no se llevan a la práctica.
En la misma entrevista Ojeda Mestre asegura que “el daño es a la flora, fauna, calidad del agua y al resto del ecosistema porque están construyendo para un flujo mayor de pasajeros de lo que se tenía estipulado, más que un aeropuerto es un mega centro comercial, al construirse así se tiene una mayor recarga sobre los mantos freáticos, una mayor generación de residuos sólidos, sin que se contemplen las plantas de tratamiento ni de agua ni de residuos sólidos, como marca la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos”.
Las miradas ya no pueden dirigirse únicamente hacia cuestiones monetarias, desarrollo tecnológico y “creación de empleos”. Tenemos compromiso no sólo moral con el medio ambiente, estamos hablando de la supervivencia de todos los que habitamos el planeta. Es necesario cambiar ahora y de una vez por todas, la forma en la que construimos “progreso”, no podemos erigir obras de infraestructura pública que afecten de forma tan agresiva al medio ambiente.
La consulta ciudadana se llevará a cabo desde el 25 hasta el 28 de octubre. Para participar únicamente necesitas tu credencial de elector. Ubica tu casillas aquí. http://mexicodecide.com.mx