Millennials: el otro futuro negado
José Luis Mondragón Ortiz
La algarabía con la que se festeja el triunfo de Andrés Manuel López Obrador el pasado 1 de julio, es un tema que mantiene en la efervescencia política a la mayoría de los mexicanos. Y no es para menos, pues después de lograr un triunfo que casi nadie podía creer, hoy la mirada de diversos sectores de la sociedad mexicana está sobre las primeras acciones del tabasqueño y su equipo de trabajo.
El nuevo rumbo que propone AMLO para el país sorprende a propios y extraños: reducir el salario a altos funcionarios, recorte de hasta 70% de trabajadores de confianza en el gobierno federal, combatir la corrupción y erradicar los privilegios de funcionarios públicos, impulsar la construcción de dos nuevas refinerías y modernizar seis más, cancelar la reforma educativa, entre otras acciones. Dentro de todas estas propuestas necesarias para comenzar una administración progresista, sobresalta el llamado que AMLO hace para no cancelar el futuro de los jóvenes que hoy en día se encuentran sin recursos para continuar sus estudios, o que no cuentan con una oportunidad laboral para procurarse una vida digna. Los famosos ninis parecen ser una prioridad para el próximo gobierno federal. Y es no es de sorprender este tipo de énfasis en un sector tan vulnerable como son los jóvenes, pues ellos serán en próximos años los que tendrán que liderar el rumbo del país, por lo que deberán contar con la preparación necesaria para tomar decisiones de alto impacto social.
Pero al respecto del tema del impulso a las nuevas generaciones, surge un tema del que casi muy poco o prácticamente nada se ha dicho en las múltiples conferencias que ha dado AMLO y su equipo de trabajo: el tema del relevo generacional y la generación millennial. Es cierto que se promueven acciones para no cancelar el futuro de los jóvenes menores de los 28 años, pero no se habla del otro futuro cancelado que es el de los millennial, los cuales padecen las consecuencias de las decisiones tomadas por las generaciones anteriores a las que mayoritariamente pertenecen los cercanos a AMLO.
Los millennials, que por cierto son el grueso poblacional del país actualmente, tienen que ver nuevamente como su futuro queda en las manos de generaciones anteriores que no comprenden los retos y exigencias a las que se enfrentan; es decir, no existe una inclusión de estos en la toma de decisiones para responder a sus problemáticas. Hasta el momento no se habla de impulsar un relevo generacional en áreas estratégicas del país para dar paso a nuevos liderazgos. No se habla tampoco de ir involucrando a esta generación en la toma de decisiones en asunto públicos.
Es cierto que dentro del nuevo gabinete se cuenta con la presencia de dos millennials: Luisa María Alcalde por la STPS y Román Guillermo Meyer por Sedatu, pero basta saber un poco sobre ellos para comprender el porqué de su presencia en la próxima administración. Luisa María Alcalde es hija de Bertha Luján quien fuera muy cercana a AMLO durante su administración en la CDMX. Por su parte, Román Guillermo Meyer es hijo del historiador y periodista Lorenzo Meyer, quien ha recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes, y es reconocido por su amplia carrera académica. Con esto no se trata de minimizar la capacidad de estos dos ciudadanos, lo que se quiere hacer notar es que como tal no se trata de millennials que solamente hayan destacado por sus capacidades, y por tal se les haya dado la oportunidad de tomar parte de la nueva administración, sino que las referencias con las que cuentan tienen gran impacto en su inclusión en el gabinete de AMLO.
Esta situación es una luz roja para la próxima administración, pues puede adolecer la misma miopía que las administraciones pasadas donde no se tenía previsto o planeado el relevo generacional para ir incluyendo a las siguientes generaciones en la toma de decisiones. Un dato curioso al respecto y que no se debe pasar por alto, es que los millennial fueron los que más votaron por AMLO y su partido en las pasadas elecciones. Esto demuestra que esta generación ve con gran agrado las propuestas del tabasqueño; ahora es momento que el futuro presidente voltee a ver a quienes esperan de él más que un simple paternalismo político.
La próxima administración tiene el reto histórico de incluir en su Plan Nacional de Desarrollo el relevo generacional, pues si lo que se buscan es lograr la cuarta transformación de la vida pública del país, se debe atender esta situación para que los logros alcanzados queden en manos de la generación millennial y generaciones venideras, para que la responsabilidad en la toma de decisiones quede en manos de quienes han de vivir el futuro del país.