De Norte a Sur Opinión

El fantasma del fraude ¿se podrán robar la elección?

Alam Yael Bernal Avendaño


1 julio, 2018 @ 12:14 am

El fantasma del fraude ¿se podrán robar la elección?

Un miedo recorre México, es el miedo del fraude. Y es que nuestro país tiene una larga y sangrienta historia, que se remonta desde los tiempos de México como nación independiente. Desde las elecciones de 1827, los partidarios de Vicente Guerrero acusaron a Gómez Pedraza, de haber intentado hacer un fraude, con lo cual se llevó un motín que logró poner a Guerrero en la presidencia.

El movimiento armado surgido después de 1910 hizo que los diversos movimientos se enfrentaran por obtener el poder, la única manera que se pudo apaciguar la lucha fue mediante la creación de un partido político que pudiera contener las diversas ideologías políticas, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecedente del PRI.

Este partido cimento las bases de un sistema político corrupto, autoritario y represor, que se sostuvo por más de siete décadas en el poder político a través de la maquinaria priista, que hizo del fraude una forma de hacer política para retener el poder.

 

En 1988, cuando el PRI, había clausurado la posibilidad que el ala liberal del partido pudiera acceder al poder, decidió continuar con la ala tecnocrática y neoliberal, con Carlos Salinas de Gortari a la cabeza, por lo que Cuahútemoc Cárdenas y otro grupo de priistas decidieron buscar otro espacio para participar en la trama electoral, uniéndose con varios partidos políticos de izquierda.

Sin embargo, los intereses políticos y económicos, les pareció imposible cambiar el rumbo del país, por lo cual el sistema se cayó y la ventaja de Cárdenas fue remontada por el priismo y Salinas. El primer gran fraude electoral contra la izquierda mexicana.

La historia parecía repetirse en 2006, con una alternancia política en el poder seis años atrás, se pensó que México, había sido capaz de tener una alternancia, pero el panismo retomó las practicas del PRI y en la noche de la elección, el favorito para ganar la elección, Andrés Manuel López Obrador, abanderado por el PRD, fue superado por el panista, Felipe Calderón, en una elección manchada por la duda y el enojo social.

En 2012, la situación fue distinta, el fraude ya no fue en las máquinas de computo, sino fue un fraude procesal, en donde se evidenció la compra masiva de votos con tarjetas departamentales de Soriana y bancarias de Monex, para coaccionar el voto.

Pero ahora en 2018, ¿es posible otro fraude? Claro que es posible, aunque la situación es muy distinta a por lo menos los últimos tres procesos electorales en que se ha acusado de fraude, principalmente las instituciones han ido evolucionando, en 1988, el órgano electoral estaba en manos de la Secretaria de Gobernación.

En segunda instancia, un fraude electrónico como el de 2006 sería muy difícil, pues en aquel año, se buscó primeramente acortar la brecha entre el primer y el segundo lugar, para hacer posible el cruce de votos y lograr hacer que Calderón superara a AMLO en la elección. Situación que no se logró está vez, pues la distancia entre el PAN y morena -según las encuestas-, está entre 15 y 30 puntos, una distancia muy grande.

Un fraude como el del 2012, donde se llevó una masiva compra del voto, también se ha comenzado a realizar, pero también sería una tarea titánica, pues como se menciona anteriormente, es muy grande la distancia entre el primer y el segundo lugar.

Para concluir, hay que tener en cuenta que, en los casos mencionados anteriormente, hubo una coalición entre el PRI y el PAN; en 1988 cuando sospechosamente el candidato panista Manuel J. Clouthier sufrió un accidente, Diego Fernández de Cevallos, logró tomar las riendas del partido y pactar con el salinismo.

Por su parte en el 2006, varios sectores fuertes del priismo intentaron acercarse a López Obrador, como el apoyó que intento hacer Elba Esther Gordillo con éste. Sin embargo, no se logró concretar nada, por lo cual la segunda opción, fue apoyar a Felipe Calderón, que recibió apoyo de gobernadores priistas.

En 2012, la situación fue la misma, pero de manera inversa, el periodista Álvaro Delgado, en su libro “El Amasiato: el pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas”, documenta el apoyo recibido por Peña Nieto a Calderón en 2006 y de manera inversa en 2012, cuando el propio panista, dio la espalda a la candidata de su partido, Josefina Vázquez Mota, y de manera indirecta, apoyar al mexiquense.

La situación en 2018 es muy distinta, el PRI y el PAN no lograron hacer la histórica alianza, por el contrario, Ricardo Anaya dividió a su partido, con tal de hacerse de la candidatura y peor aún, amenazo con cárcel al presidente Peña Nieto. El PRI por su parte, quien tiene la gran maquinaria electoral y el control de las instituciones, se encuentra en un lejano tercer lugar, y peor aún, sin lograr aglutinar el apoyo de sus bases a un “no” priista.

Quien tiene la única forma de lograr un fraude es el PRI, pero hacerlo, sería algo muy arriesgado, pues sería pasar de un lejano tercer lugar a obtener el triunfo, en un  momento en que el PRI tiene un gran desprecio por la grave situación en que ha dejado al país, con lo cual se enfrentaría a un pueblo que quizás sea capaz de desbordarse en una protesta incontenible, que generaría una grave inestabilidad política.

 

Alam Yael Bernal Avendaño

Alam Bernal estudií Ciencias Políticas en la UNAM. Ha colaborado en revistas, periódicos y medios electrónicos de comunicación.