El problema del MAES
Miguel Ángel Maciel Galindo
Twitter: @miguelmg28
Nuevamente, como cada seis meses, el MAES (Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior) sale a las calles para exigir al gobierno que amplíen la matricula en las Universidades de mayor prestigio como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Su exigencia es sumamente respetable y de gran importancia para un amplio sector de la población que se preocupa por tener un espacio educativo dentro estas universidades. Exigencia que debería ser atendida con firmeza y preocupación por parte de las autoridades responsables.
Sin embargo, parte de esta respetable exigencia, pierde un poco de sentido cuando miembros del MAES, dentro de su discurso, afirman que las opciones presentadas por el gobierno no son suficientes ya que “no van al fondo del problema”.
Una de las opciones que el gobierno proporciona para dar solución a la problemática que mueve al MAES, es presentar seis opciones educativas para que los rechazados de las “grandes Universidades” no se queden sin un lugar y continúen con sus estudios. Las opciones pueden ser consultadas en la página http://www.unlugarparati.mx./, las cuales incluyen: La Universidad Abierta y a Distancia en México, universidades tecnológicas y públicas, entre otras.
Ante las opciones presentadas por el gobierno, el MAES afirma que estas universidades “no tienen la calidad que las universidades de gran prestigio tienen”. El mayor problema, a mi parecer, consiste en no saber con exactitud a qué se refieren cuando hablan de calidad. Pareciera que existe un mismo entendido de que calidad es equivalente a prestigio social (sí, es prestigio social porque la etiqueta de calidad se la ha atribuido la misma sociedad en tanto que la UNAM y el IPN son vistas como lo máximo).
Sería interesante que ellos mismos hicieran el ejercicio de preguntarse por qué es que en realidad desean pertenecer a la UNAM y al IPN y no a otras universidades que, incluso, pueden tener la misma o mayor calidad que ellos mencionan (por ejemplo la UAEM, la UACM, Chapingo, etc).
Es interesante el discurso que manejan algunos miembros del MAES, ya que pareciera que el deseo intenso que los mueve, antes que estudiar, es en qué escuela estén; pertenecer a la UNAM o al IPN para, entonces así, formarse una identidad como miembros de las mismas.
Quizá la solución que propone el gobierno no sea la definitiva ni la panacea del problema, sin embargo, creo que deberían tomarse un espacio para revisar las ofertas educativas que ofrecen otras Universidades que no son propiamente la UNAM, el IPN y la UAM.
Por otro lado, es importante que los miembros del MAES se cuestionen a ellos mismos qué es lo que realmente desean y a dónde los lleva sus peticiones, porque decir que quieren entrar a la UNAM o al IPN porque ahí y sólo ahí se ofrece una educación de calidad, es tirar a la basura a las demás universidades junto con su oferta educativa y sus sistemas de enseñanza.