De Norte a Sur Opinión

De la operación Cóndor a la guerra en Siria


13 abril, 2017 @ 8:28 am

De la operación Cóndor a la guerra en Siria

Alam Yael Bernal Avendaño

El 22 de diciembre de 1992 en la ciudad de Lambare, Paraguay, fueron encontrados varios documentos en que se encontraban las comunicaciones policiales y militares durante la dictadura de Alfredo Stroessner, así como las demás dictaduras de la región sudamericana como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

Estos documentos conocidos como los “Archivos del Terror” dan cuenta como los Estados Unidos promovían las represiones a actos subversivos, mediante la tortura y desaparición forzadas, mediante grupos paramilitares durante 1970 y 1980. Este apoyo por parte de los Estados Unidos que apoyaba y promovía las dictaduras en el cono sur del continente Americano, es conocido como “Plan Cóndor”

Por esta larga lista de apoyos militares no sólo en el continente Americano, el entonces candidato Donald Trump, prometió durante su campaña en 2016 “Vamos a emplear la fuerza militar sólo cuando surja una necesidad vital para la seguridad nacional de Estados Unidos. Vamos a dejar los intentos de imponer la democracia [fuera de los EUA] y de derrocar regímenes” y también agrego que los Estados Unidos dejarían de “involucrarse en las situaciones en las cuales no tiene ningún derecho de intervenir”.

En 1993 el politólogo estadounidense Gene Scharp escribió From dictactorship to democracy (De la dictadura a la democracia), este texto es utilizado como un manual de lucha no violenta contra el poder, mismo que fue promovido en Medio Oriente en los levantamientos sociales de 2011, suceso conocido como “La Primavera Árabe”.

En ese contexto la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, respaldó la intervención militar en Libia por parte de las fuerzas armadas norteamericanas; organizó un aislamiento diplomático y promovió sanciones internacionales contra Irán, por su programa nuclear.

Fue desde aquel episodio que Siria comenzó a vivir una guerra civil, por lo cual Estados Unidos ante la ONU impuso sanciones económicas al gobierno Sirio y pidió la destitución del presidente Bashar al-Asad. Sin embargo, en 2014 al-Asad se postuló por tercera vez a la presidencia por el Partido Baath Árabe Socialista –considerado como laico, nacionalista árabe y socialista-, en las primeras elecciones multipartidista del país y obtuvo 88.7% de los votos.

El 19 de junio de ese mismo año surgiría un movimiento terrorista insurgente en la región de Siria e Irak, conocido como ISIS o EIIL que significa Estado Islámico de Irak y el Levante, de naturaleza fundamentalista yihadista con lo que aspiran a controlar políticamente aquella región y  mantener una autoridad religiosa sobre todos los musulmanes.

El presidente al-Asad junto con su principal aliado, el gobierno ruso, que preside Vladimir Putin, comenzaron a finales de 2015 a atacar cazabombarderos rusos Su-34, camiones-cisterna del Estado Islámico, en el que se transporta petróleo y otros hidrocarburos, la principal fuente de ingresos para el grupo terrorista.

Donald Trump acusó durante un mitin en Florida, durante la campaña electoral a su contrincante Hillary Clinton y al entonces presidente de los Estados Unidos, Barak Obama de ser los fundadores y promotores de ISIS.

Imagen: diariomovil.com

Sin embargo el 7 de abril, el ya presidente Donald Trump ordenó lanzar desde dos de sus destructores de la Armada estadounidense en el mar Mediterráneo, 59 misiles Tomahawk contra la base aérea Shayrat en Siria, donde murieron seis personas. La cadena de noticias BBC señala que la base de Shayrat, estaba ganando una posición importante para el gobierno sirio y ruso, en su lucha contra el Estado Islámico en la provincia de Homs.

Según el Pentágono, de ese lugar partieron los aviones que arrojaron armas químicas contra civiles, dejando un saldo de 80 muertos. El presidente Bashar al-Asad ha negado haber utilizado ese tipo de armas.

Estos acontecimientos dejan en claro lo que alguna vez diría el revolucionario argentino, Ernesto el “Che” Guevara:

“Que no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantito así, nada”.

Alam Bernal estudií Ciencias Políticas en la UNAM. Ha colaborado en revistas, periódicos y medios electrónicos de comunicación.