Opinión

México 2017: año convulso que debemos enfrentar

Raúl González


raulraulgonzal1

11 enero, 2017 @ 8:33 pm

México 2017: año convulso que debemos enfrentar

Raúl González

Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas.

George Orwell

La jornada de acontecimientos que acaeció la semana pasada estuvo marcada por tres factores: incertidumbre, desinformación y derrota. Está por demás hablar acerca de los supuestos saqueos que ocurrieron en diversos puntos de la ciudad, el Estado de México y varios estados de la república, pues ello sólo alentaría a rememorar un acontecimiento vergonzoso e inaceptable en estos momentos.

Sin embargo -considero necesario- resaltar un factor clave en la ola de psicosis exacerbada que sobrevino a este hecho; la desinformación, misma que sirvió entre otras cosas para mermar las legítimas protestas en contra del alza a los precios del combustible, y con ello poder descalificar dichas acciones. Apostando a la objetividad estoy convencido de que el origen de esta desinformación se debió al uso de los medios digitales como base para crear una organización destinada a generar miedo entre la sociedad civil. Esta afirmación es sustentada en el artículo: ¿Quién infundió miedo en redes y WhatsApp y llamo al saqueo? Identifican acción coordinada (del portal Sin Embargo MX) el cual nos menciona el uso de “agentes” conocidos como “Bots” y “Trolls”, personas que son organizadas para realizar diversas operaciones en redes sociales con distintos fines, mismas que son pagadas de distintas maneras. Difusión de información falsa son algunas de las “operaciones” que realizan este grupo de figuras digitales.

Distintos materiales audio-visuales fueron las principales armas de estos grupos para apoderarse de la estabilidad cotidiana y generar una histeria colectiva que se prolongó durante varias horas a mediados de la semana pasada. Aunque he de decir que la estrategia utilizada resulto ser un total éxito, de estar discutiendo el problema del alza de los combustibles, pasamos a comentar -única y exclusivamente- vivencias del pasado miércoles.

Para poder entender lo que está ocurriendo debemos de remitirnos al panorama de los últimos meses del año pasado. Desde la depreciación del peso mexicano -pasando por la crisis social y política del país- hasta el efecto Trump, aunque debemos de enfatizar que la gota que derramó el vaso fue el alza a los precios de la gasolina, éstos fueron elementos que nos proyectaban el año que nos esperaba, el convulso 2017 en el que nos encontramos.

Dicho panorama sólo se limitaba a previsiones que se planteaban con base en los fenómenos previamente mencionados, lamentablemente los resultados superaron lo que esperábamos. Transcurridas las primeras horas del año en curso ya nos encontrábamos frente a un ambiente de descontento nacional (que, aunque siempre ha estado presente, esta vez se elevó aún más con motivo del gasolinazo) mismo que se pudo observar a través de las diversas manifestaciones -las cuales se convocaron a finales de diciembre-, cierre de carreteras y toma de casetas. Sin embargo, lejos de analizar y comprender el fenómeno muchos se dedicaron -y se siguen dedicando-a defender dos facciones comunes en esta clase de tópicos: izquierda o derecha, bueno y malo, acertado o erróneo. Estos mismos personajes cargan con la responsabilidad de provocar la división de opiniones en vez de unirlas con un fin común: entender lo que está ocurriendo para poder actuar de forma concreta.

Las siguientes horas (y como todos sabemos) sucedieron una serie de hechos vandálicos que fueron deliberadamente exageradas para poder generar psicosis en la ciudadanía, aproximadamente al mismo tiempo que se generaba histeria colectiva en varios puntos del país, el presidente encabezaba una ceremonia para “reorganizar su gabinete” designando como nuevo titular de Relaciones Exteriores al ex titular de la cartera de hacienda, dejando de lado a Ruiz Massieu, un hecho interesante que ya ha dado de que hablar, especialmente por la pauta que marca el tío de la ex titular de relaciones exteriores; él expresidente Salinas de Gortari.

Lo más importante  que debemos de rescatar del “miércoles psicótico” es el efecto que provoco(reiterando lo que en párrafos anteriores mencione), mediáticamente  se cambió de forma radical el tema a tratar, del gasolinazo al de los “saqueos”, socialmente  se deslegitimo las protestas sociales para convertirlas en culpables del supuesto caos ocurrido, algo que sin duda alguna mermo no solo a la población -mediante el miedo- sino que resultó ser un golpe certero a la serie de manifestaciones, logrando con ello más incertidumbre y una lamentable derrota para la articulación de un movimiento social.

Ahora bien, ¿Qué es lo que debemos hacer? ¿Salir a las calles y protestar a diestra y siniestra sin directriz alguna? O ¿Alentar a la desinformación mediante las redes sociales? o bien ¿Dividirse en un mar de opiniones para que después de tanto debate acabar en el mismo punto de partida? Nada de lo anterior ayudara a cualquier movimiento que piense concretar una lucha continua para poder pasar a cambios específicos, en este sentido  debemos  de concentrarnos en la organización social activa, promoviendo juntas informativas creando comités ciudadanos, luchando-mediáticamente hablando- contra la desinformación, protestar mediante la resistencia civil y cualquier tipo de expresión que pueda tener una idea.

Acerca de esto se pudo observar el pasado 5 de enero -el mismo día que la histeria colectiva sacudía el centro del país-en el estado de Chihuahua a un grupo de manifestantes ue dio muestra de lo que se puede lograr mediante una buena organización y una excelente muestra de resistencia civil, y es que el grupo de manifestantes se arrodilló, con las manos en alto y entonando el himno nacional se enfrentó al grupo de la policía federal que intentaba desalojarlos en la caseta de peaje Camargo, dicha información fue difundida por el  Diario Chihuahua bajo el siguiente título: “Brillante reacción de manifestante ante antimotines; se arrodillan y cantan el himno” estoy plenamente convencido de que acciones como esas son punta de lanza para poder mejorar y cambiar la percepción que se tiene de lucha en el país.

A su vez es necesario generar día con día una crítica al movimiento para poder mejorar. Aglutinar a cientos sectores de la población, que como sabemos están fragmentos por su gran diversidad, pero que son necesarios para lograr un movimiento bien articulado, esto con el fin de apostar a la creación de un movimiento -no solo bien articulado y organizado- sino que sea fructífero y eficaz para que nos pueda brindar los cambios que estamos esperando y sobre todo para poder hacer un frente común a los retos que se presentaran en los próximos meses, pues hay que recordar que esto es apenas el comienzo.

De lo contrario sigamos encerrados en casa (renuentes a cualquier forma de lucha), descalificando a todo aquel que intente brindar ayuda mediante la crítica, y sobre todo sigamos creyendo de conspiración que se nos venden para dejar de lado el pensamiento autónomo y la conciencia social, esto con el fin de aislar la organización social, que puede convertirse en una lucha; plural, democrática y pacífica.

Raúl González

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.