Bridget Jones y cómo la violencia es admisible

Conviene mirar los chick-flicks (películas románticas) con nuevos ojos y cuestionar lo que sútilmente nos enseñaron, sobre todo si de roles femeninos se trata.

Unos de los filmes románticos más populares y divertidos

Hace 18 años se estrenó uno de los chick-flicks más populares y divertidos: El diario de Bridget Jones. Esta película, basada en un libro con el mismo nombre, narra la historia de una británica que escribe en su diario sobre sus problemas para bajar de peso, dejar de fumar, reducir su consumo de alcohol y por supuesto, encontrar una pareja.

Renée Zellweger no puede ser más simpática en este papel y el filme es sumamente entretenido. Además, en la época de su estreno, hablar de contar calorías, del miedo de quedarse soltera a los treinta y tantos y de trivialidades femeninas convertidas en serias preocupaciones se consideró una propuesta transgresora.

Reexaminado Bridget Jones

Hoy en día, por fortuna, podemos examinar las preocupaciones de Bridget Jones con el ceño fruncido y preguntarnos si la perspectiva cómica de los mismos aún es conveniente. Esto no quiere decir que todos los personajes femeninos deban encarnar valores feministas, ni que ese deba ser el propósito de los chick-flicks. Lo que intento enfatizar es que esta película es un buen ejemplo de los mensajes erróneos que aprendimos, sin darnos cuenta quizá, sobre nuestro género femenino.

Pánico a la soltería

Mensajes erróneos, por ejemplo, como ese terrible temor a la soltería.  Bridget Jones se llama a sí misma “solterona” y se lamenta constantemente de ello. En una ocasión, mientras entona en estado de ebriedad All By Myself de Céline Dion, Bridget se imagina —con ese sentido del humor que la caracteriza— que muere sola y que su cadáver es devorado por perros. Sin embargo, no es la solterofobia el elemento que más reservas me provoca de su historia, sino la idea de tolerar el abuso masculino.

El abuso masculino como constante

Me explico: Bridget Jones protagoniza un triángulo amoroso entre su jefe, Daniel Cleaver, un macho que hace comentarios despectivos sobre su vestimenta, le hace cumplidos sobre sus pechos en el trabajo y la enamora para luego serle infiel, y Mark Darcy, quien con nulo tacto la llama solterona y critica su “incontinencia verbal” y su manera de vestir diciendo que jamás saldría con una persona que se viste como su mamá.  Resulta que uno de ellos es el amor de su vida. Y resulta que si ellos la aprueban, ella se aprueba a sí misma, aunque la historia se proponga presentar a Bridget como una mujer que descubre su valía por sí sola.

Alerta: spoiler inminente

No quisiera encender una campaña en contra de estas y tantas películas —en su mayoría gringas— por los mensajes nocivos que transmiten, tales como: “detrás de un hombre abusivo y que reprueba tu manera de ser se esconde el hombre de tu vida”.  Porque es verdad que el cine no es un medio inocuo, es un difusor masivo de valores y creencias y seguro más de alguna mujer encontró inspiración en la historia de éxito de Jones y en el giro positivo del final: Mark Darcy le declara su amor, le compra un diario nuevo y se besan apasionadamente. Atrás queda su poca cortesía porque él sólo estaba ocultando sus verdaderos sentimientos, los hombres son misteriosos y si te pegan, significa que les gustas.

¿Y si volvemos a mirar esas películas con nuevos ojos? Nunca está de más deconstruir los discursos de la cultura popular,  sobre todo aquellos que normalizan la violencia contra la mujer.