Grupo México, la empresa devastadora, debe llegar a su fin
Alberto Pulido A.
Debe llegar el final de Grupo México y su minería depredadora. Ésta es una de las empresas que ha contaminado más ecosistemas en nuestro país, además de haber abandonado a su suerte a cientos de trabajadores mineros. El Grupo México, capitaneado por Germán Larrea, a través del influyentismo, los cochupos, corruptelas con políticos y gobernantes, ha obtenido concesiones para explotar la minería a cielo abierto. Con esta técnica –su favorita– se destruye, arrasa y contamina con mercurio, ácidos y cianuros miles de hectáreas de ecosistemas terrestres y, ahora, hasta marinos, debido al derrame de ácido sulfúrico que provocó sobre el Golfo de California, aunque se diga que éste no tuvo grandes repercusiones.
El diablillo minero ha amasado la gran fortuna de 17,300 millones de dólares, con la cual se ha colocado, después de Carlos Slim, en el empresario más adinerado de México y se ha posicionado como el millonario número 74 del mundo.
Las concesiones que ha recibido, obviamente, debieron haber requerido de aprobaciones previas de impacto ambiental por la Secretaría de Medio Ambiente y recursos Naturales (Semarnat), los cuales, hace años, sin problemas le han sido otorgadas. Pero con el reciente derrame sobre el Golfo de California, Larrea vuelve a salir a balcón y las críticas a su depredadora política industrial están en boca de mucha gente, de políticos, de medios de comunicación y fundamentalmente de ambientalistas. A éstas se ha sumado, con fuertes declaraciones, el Dr. Víctor Toledo, secretario de la Semarnat, el cual ha manifestado que “Estamos ante una situación especial de una firma industrial que ha tenido repetidamente 22 accidentes; no es para menos. Cuando una compañía o industria está con este currículum, con esta trayectoria, la Semarnat tiene la capacidad legal para suspenderla, claro que nos estamos enfrentado a una enorme empresa”.
Así pues, por fin a Larrea se le ha colocado en el ojo del huracán y debe responder de manera clara y precisa a los señalamientos hechos por la instancia ambiental del gobierno federal, de cara a la sociedad. Debe ser prioritario y hasta de seguridad nacional el cuidado del medio ambiente, la protección de los ecosistemas y la megadiversidad de nuestro país, ya demasiado dañada por la imposición de políticas económicas depredadoras que se han llevado a cabo durante décadas por los diversos gobiernos.
Que preferimos: ¿dejar que sigan vigentes esas políticas destructoras o ponerles un final?