25 pasos para ser publicada por editoriales bien
Alma Karla Sandoval
Hay un modo de ser escritora que los medios en México y su entorno intelectual clasista, racista, celebran. Dejo acá las primeras veinticinco instrucciones para ser publicada por editoriales bien, entrevistada por periodistas connotados o no, pero que sí dan a conocer tus respuestas. Podría escribir un libro, no obstante, esto es sólo un pequeño borrador, un divertimento dominical:
1. Vete a CDMX. La provincia no existe en el imaginario mediático intelectual mexicano.
2. Debes haber sido becada del FONCA o la Fundación para las Letras Mexicanas. Si no, ni te hablan. Los FOECAS y PECDAS son de chocolate por su origen.
3. Tu obra no debe tocar temas sociales. De inmediato serás tachada de naca o resentida.
4. No publiques nunca, pero nunca, en editoriales independientes. Si lo haces, te quemas. De inmediato eres vista como un fracaso, como una arribista que paga sus propios libros.
5. Apuesta por los premios grandes o prestigiosos. Aguanta lo que tengas que aguantar, pero trata de ganarte uno de ellos. No participes en juegos florales ni te “ensucies” mandando tus engargolados a provincia. Si te ganas un premio internacional, te consagras: malinchismo puro, es decir, también clasismo del mejor.
6. No parezcas demasiado combativa, rebelde ni inteligente. No les gusta el brillo sin modular. El medio intelectual mexicano aplaude tu mesura, tu simulación, tu poca originalidad, tu fuerza medida, tu conservadurismo que no les exige dar más, sino mirarte con cierta admiración: “Mira, es buena escritora”, lo único que les falta decir es que “te portas muy bien”.
7. Si tus respuestas son superiores a las preguntas en las entrevistas, olvídate de que las publiquen. Ningún reportero quiere pasar por tonto. Además, desde el momento de la charla te tuercen la boca por “sabelotodo”, porque se dan cuenta de que ellas o ellos no han leído lo suficiente. A un hombre hasta le dan la primera plana. Ellos sí tienen permiso de ser demasiado.
8. Así que no puedes andar exhibiendo a nadie ni mostrarte auténtica. Tienes que ser “fácil de trato”: condescendiente, una buena chica escritora limpiecita, sin lo que llamo perfume de sintaxis sucia. Hay muchos ejemplos. No es necesario dar nombres.
9. Vete al extranjero a hacer una maestría, un doctorado, una especialidad, una residencia, lo que sea, y vuelve con aire de que el mundo no te merece.
10. Si vas a ser una escritora maldita, una “femme fatale”, una vampiresa, disfrázate a todas horas del personaje elegido. Así saben que estás fingiendo, que en realidad eres una persona común. Por lo tanto, no los angustias.
11. No condenes nada. Aplaude como foquita blanca y dulce. Quédate callada. A eso le llaman “inteligencia”, a participar en la simulación, a ser cómplice de un circuito editorial donde las niñas bien con talento le dan la espalda a la literatura que vale la pena. Aclaro: nadie niega que tu obra vale la pena, pero para que no le corten el paso, debe respetar las reglas y tú tienes que arrodillarte con mucha clase ante el orden establecido.
12. Vístete lo mejor que puedas, combinada, sin fodonguez; arréglate rara, vintage, dark, pero con estilo. Huele bien, a fragancia costosa.
13. Haz amigos con buenas relaciones y no pierdas el tiempo con gente a la que debas enseñar o escuchar. Júntate con editores elegantes, con traductores que viajan por todos lados, con autoras cuyos jefes o maridos pueden ayudarte o recomendarte a encuentros, festivales, etc.
14. No tengas el mal gusto de vivir en México una vez que te hayas ganado una beca, un premio gordo o conseguido una pareja en otro país, etc.
15. Condena las marchas porque huelen mal (sí, todos sabemos el nombre de la joven escritora millonaria a quien me refiero, alguien que cumple al pie de la letra más de diez puntos de esta lista).
16. No se te ocurra pelearte con alguien de cierto poder en el mundillo cultural de México.
17. Cero ironías, sarcasmos. Cámbialos por silencio y por una obra que toque la naturaleza humana sin compromiso de ninguna clase porque la literatura, repite, hasta el cansancio, “no es sierva de nada ni de nadie”.
18. No te autopromociones porque es de mal gusto. Si de por sí silencian tu obra por buena, porque denuncia, por original, hazles caso: lo tuyo no vale nada, con esos temas no llegarás a ningún lado.
19. Si vas a ser poeta, no se te ocurra escribir narrativa. No brinques de un sitio a otro porque eso es promiscuidad y la crítica mexicana es mocha, es machista, es envidiosa. Cuidado si te ganas premios en más de dos o tres géneros. Si eso ocurre, dirán que no son reconocimientos valiosos, que eres aprendiz de todo y que tu voz no madura en ningún registro. Sí, los argumentos del mediocre, del que sólo puede o tiene ganas, porque es flojo o necio, de escribir en una sola dirección; del que tiene miedo de experimentar.
20. Si eres lesbiana, te darán una palmadita varonil en el hombro y entenderán que por eso eres tan buena escritora, te perdonarán porque, después de todo, lo tuyo sí importa porque no escribes como mujer. Pero si no, si eres heterosexual, no fea, segura, afirmada, talentosa, crítica y fuerte, te van a destrozar o ningunear para que no avances. Se van a unir para volverte invisible o participar, juntos, en el escarnio. Insisto, abundan los ejemplos.
21. Si eres morena, gorda, con un defecto físico, si perteneces a una etnia indígena, será más complicado si no capitalizas, si no vendes bien esa diferencia. Pero ojo, más allá de lo evidente, si eres pobre, despídete. Eso sí lo tienes que esconder.
22. Acuéstate con alguien que te dé “categoría”, pero haz como que no lo sabes. Finge demencia. Si eres talentosa y sabes moverte en las aguas apestosas de la doble moral, tienes el éxito garantizado.
23. Tus vicios serán multiplicados siete veces siete. Es decir, mientras ellos son vistos como tipos duros, valientes, arriesgados, bohemios, por beber y/o drogarse, tú no. A ti te harán cachitos. Una escritora bien es una niña bien en México.
24. Prepárate para las comparaciones y asume que saldrás perdiendo.
25. No hagas listas, no escribas en tu muro lo que te da la gana, no seas libre y, mucho menos, feminista declarada abiertamente. Preocúpate por el qué dirán, cuida tu imagen, engáñate y engaña.
Ciudadaha Herzeleid
¡Aaaaaaaaaaaahhhhhh! ¡Se mamón! ¡Me encantó mucho! Pues ni pedo, vámonos pa' las periferias, pa' la independiencia, pa' la autopromoción y pa'lante y pa' donde no hay nadie, total, ya estamos ahí ¡total! 😂😂😂