La Televisión no mató a la radio… ¿Será que la 4T si?
Eran las ocho la noche del día de ayer (25 de junio), cuando se emitió un comunicado en todas las redes oficiales de las estaciones pertenecientes al Instituto Mexicano de la Radio (IMER). En el que se mencionaba que todas las estaciones empezarían a transmitir únicamente música a partir del día 1º de julio, pues los programas en vivo serían cancelados.
Esto es consecuencia de un recorte presupuestal que sufrió el IMER, mismo que provocó el despido total de 242 empleados de confianza y de honorarios.
Hemos de recordar que el IMER ha existido por varios sexenios con recursos económicos muy ajustados, pero ha logrado salir adelante justamente con los denominados “freelancers” o trabajadores de honorarios asimilables. Pero a partir de este año sufrió una disminución en su presupuesto, recibiendo solo 159 millones de pesos, esto es, 10% menos que el otorgado el año pasado. Cabe destacar que este es el presupuesto más bajo otorgado a la institución en siete años.
Y es que el recorte ya se veía venir, aseguran trabajadores del IMER, ya que, a principios de año se les había informado que iba a haber un despido masivo en un periodo de seis meses. Que todo ese tiempo lo aprovecharan para poder conseguir un nuevo empleo en otros lugares.
Las víctimas
Según cifras oficiales, se dejarán de transmitir 2,900 horas de contenidos no musicales en las 17 emisoras de AM y FM del grupo IMER.
También se eliminará el programa Impacto Deportivo, donde sólo se quedarán una reportera, un redactor y conductor. Personal insuficiente para una tarea titánica como lo es sobrellevar un espacio de esta índole.
El recorte implica además prescindir de espacios de emisión de fin de semana, cortes informativos y el programa Réplicas.
Finalmente serán cuatro las estaciones que cerrarán de forma definitiva, Radio México Internacional, Música del Mundo. Interferencia HD y Jazz Digital.
La respuesta del presidente
“Se va arreglar, vamos a buscar la manera, no lo sabía. Me estoy enterando ahora. Lo voy a revisar…” Estas fueron las palabras que mencionó el Presidente Andrés Manuel López Obrador al preguntársele por el IMER.
Este comunicado fue dado durante su conferencia matutina, y además mencionó que habrá ajustes en los medios públicos de comunicación para que también haya austeridad.
Estamos en una etapa de transformación, en una etapa de cambios, una donde muchas instituciones empiezan a desaparecer o perecer, donde los recortes se hacen al por mayor y se juega a los malabares con estos, otorgando más a unas instituciones y destrozando a otras, especialmente aquellas dedicadas a la cultura. Todo esto bajo la insignia de la austeridad tan prometida por el Presidente.
Ante estos recortes, ya excesivos, urge una reforma fiscal profunda
Hemos tomar mucha atención a las palabras del economista Daniel Castañeda, “Para lo único que están sirviendo los recortes que ya son excesivos a mi parecer, es para mostrar por qué urge una reforma fiscal. El estado no puede canibalizarse a sí mismo y dar los servicios que se requieren, invertir lo que hace falta. Como experimento de qué tanto se puede redirigir a otras áreas ya llegó a sus límites. Urge discutir cómo le vamos a dar al Estado mexicano la capacidad fiscal que necesita y que lleva necesitando décadas sino es que siglos.”
Hoy la radio pública es la que sufre estos cambios, donde una voz tan importante ha sido silenciada, donde varios trabajadores han sido despedidos, hemos de mencionar que varios de estos que trabajaban en este espacio son por el amor al arte; el arte de difundir una voz apartidista, aquella que busca difundir su mensaje de forma auténtica y libre, aquel que invita a reflexionar sobre los hechos de la vida cotidiana, un libre espacio para todo aquel que desee manifestarse.
Con este golpe presupuestal se cierra un espacio que desea hacer las cosas un tanto diferentes, darle una pluralidad a la radio, aquel espacio de media noche para los noctámbulos que simplemente desean escuchar jazz o escuchar a su artista alternativo favorito siendo entrevistado, escuchar aquellas canciones que son censuradas por su contenido en otras estaciones, pero que en la radio pública pueden ser libremente reproducidas.
Pueden escuchar al artista independiente que apenas ésta escalando en su trayectoria, o todo aquel mundo alternativo del cuál no se le da difusión en otros medios. Escuchar los análisis políticos y sociales desde diferentes puntos de vista para invitar a la reflexión y a la crítica constructiva.
Pero hoy todo esto se encuentra en vilo, ya no podremos escuchar más que un incesante bucle musical que nos llevará a la nada, será algo vacío y hueco, placentero por momentos, pero superfluo finalmente.
Si antes se creía que la televisión habría de matar a la radio, hoy hemos visto que no es así, que la radio supo sobrevivir, adaptarse a estos tiempos vertiginosos y pos modernos, pero hoy se enfrenta a un reto mayor, y es, el financiamiento público, una tarea obligada del Estado para contribuir a la formación de ciudadanía crítica y un entretenimiento inteligente, algo que la iniciativa privada nuca tendrá el valor de asumir.
Esperemos que esto sea una etapa transitoria, y que se vuelva un recuerdo lejano, de mal gusto y que efectivamente la 4t no sea quien acabe con la radio pública.