Un “modus vivendi” llamado FONCA

Ivan Cruz Osorio

En septiembre de este año, el Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) cumplirá 26 años de existencia. Se trata de un mecanismo de apoyo económico para artistas con trayectoria; tiene una duración de 3 años, durante los cuales se debe desarrollar uno o varios proyectos artísticos. Tras la creación del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y del SNCA, diversos escritores de izquierda como Enrique González Rojo Arthur, Roberto López Moreno, Carlos Eduardo Turón, Max Rojas, Jaime Reyes, manifestaron que se trataba de una cooptación de escritores, una medida para congraciarse con la intelectualidad mexicana después del fraude electoral de 1988. Con el tiempo, las peleas intestinas sobre quiénes tienen las becas, los apoyos, quién acapara estos, ha crecido.

FONCA: opacidad y modo de vida

En el gremio existe una confusión entre lo que es un apoyo de creación y producción artística, y ver al FONCA como modus vivendi. Durante años, se ha señalado a varios escritores por ser favorecidos recurrentemente con las becas. Ahora, con la aparición en Notimex del reportaje “Los estímulos del FONCA: entre la opacidad y el despilfarro” –basado en datos concretos y duros–, resurge la polémica de quiénes han recibido tantos apoyos.

Durante años he acusado esto, desde mi etapa como pequeño burócrata de la Secretaría de Cultura y como creador y editor. Los escritores, indignados por exhibir nombres de autores y la cantidad de ocasiones que han obtenido la beca del SNCA, no se indignaron cuando los maestros de Oaxaca, Chiapas y Guerrero fueron exhibidos con sueldos y nombres, para impulsar la reforma educativa de Enrique Peña Nieto. Entiendo que la forma es cruda y parece una línea de golpeteo, pero aquellos que pedimos transparencia en el gremio, la tenemos aquí: ¿temen ser exhibidos o les da pudor ser vistos como creadores subvencionados? Se trata de un apoyo, no de un trabajo asalariado.

Es acaparador y poco ético que algunos autores hayan tenido seis apoyos, es decir, han tenido un total de 18 años de mecenazgo en 25 años de existencia del SNCA. Quiero decir que he recibido la beca de Jóvenes Creadores y el apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, y no escribo como un resentido, sino como un ciudadano que cree que los escritores, en lugar de disputarse becas o apoyos, deben luchar por conseguir la Seguridad Social General para todo el gremio; deben presionar para revivir la propuesta de ley que en este sentido formuló la actriz María Rojo en 2011, la cual fue congelada por el PRI y el PAN. Como trabajador de la cultura, creo en el trabajo de autogestión y considero que no se debe pedir al Estado más de lo que se necesita.

El FONCA es un sistema asistencialista

La editora Gabriela Astorga, bien dice, que no estamos haciendo las preguntas correctas a raíz de este reportaje. Al presidente y la Secretaría de Cultura quizá debemos preguntarle: Si tanto se comentó que la cultura serviría para ayudar a curar el tejido social, ¿por qué no dar trabajo a los creadores para que realicen esta labor en estados de la República que requieren esta atención con mucha urgencia? El creador requiere trabajo, como cuando el General Cárdenas mandó a escritores como Efraín Huerta, Octavio Paz y José Revueltas a los campos de henequén para alfabetizar a los campesinos de Yucatán y también para organizarlos en gremios y sindicatos. Trabajo para ganarse la vida y ganarse el arte.

Debemos asentar que el FONCA no representa a la cultura nacional: es un sistema asistencialista. Muchos artistas y gestores construyen los proyectos culturales más dignos sin recursos del Estado, en lugares remotos, como la Mayordomía Cultural en la Mixteca Alta con resultados encomiables para la comunidad. El arte está en otras partes. Los datos son fríos y contundentes.