Cinco genios que de niños fueron malos alumnos
Es muy sabido que muchos grandes genios de distintas áreas y disciplinas en su infancia no destacaron como alumnos o se les consideró como rebeldes, es el caso de Albert Einstein de quien se dice que llegó a reprobar la materia de matemáticas o de Napoleón Bonaparte, que sacó pésimas calificaciones en la academia militar. Aquí te presentamos cinco genios que en su infancia incluso fueron malos alumnos.
Albert Einstein
Este genio de la física tardó en hablar, ya que la mayoría de los niños lo hacen a los dos años, pero Albert tardó hasta los tres años. Introvertido, callado, sus padres lo consideraban de lento aprendizaje, quienes lo sometían a una vida de disciplina. A pesar de ello, desde los nueve años se vuelve autodidacta con temas de biología, filosofía, geometría. A los 15 años, su timidez y condición de judío, le dificulta tener amigos, padece entonces una fuerte depresión que lo vuelve un mal alumno en el instituto, al grado que un profesor le dice que no llegará nunca a nada, que mejor deje la escuela, y sin más, Albert abandona sus estudios de bachillerato.
Años después intenta retomar la escuela, hace el examen para la universidad politécnica de Zurich y fracasa. Logra entrar hasta el segundo intento, pero de igual forma, tiene problemas con el extremo rigor escolar, por lo que un maestro le dice: “usted es muy inteligente, Einstein, pero tiene un defecto: no admite que se le haga ninguna observación”.
Al terminar sus estudios todos sus compañeros encuentran trabajo menos él, por su carácter y condición de judío. Aunque poco después obtiene la nacionalidad suiza y logra entrar a trabajar en la oficina de patentes de Berna, donde podrá meditar y trabajar en sus ideas que habrán de revolucionar la ciencia para siempre.
Napoleón Bonaparte
Nacido en Córcega, dos meses después de que Luís XVI comprara la isla a Italia. Es decir que Napoleón estuvo a punto de no ser ciudadano francés sino italiano. A los nueve años se traslada a Borgoña, Francia, para estudiar en un colegio, donde se burlan de su acento. Uno de sus profesores dirá sobre él que: “No se divierte con nadie. Tiene un carácter simple y pensativo. se pasea generalmente solo…”
Entra de muy chico a la Real Escuela Militar de Brienne-le-Chateau. Se pelea constantemente por las burlas que le hacen por su acento. “Es un niño que sólo será bueno en geometría” dirán algunos maestros en la Escuela Militar. Pues a pesar de que es un voraz lector de historia, filosofía, estudioso de las matemáticas, no destaca en sus primeros años en estrategia militar, aunque pasa mucho tiempo estudiando al respecto.
El resto de la historia es conocida por todos…
Charles Chaplin
Nacido en un barrio pobre de Londres, Inglaterra, crece en la miseria, con un padre alcohólico. Decide muy joven irse a Estados Unidos. Son tan pobres que ni siquiera pueden ir ni él ni su medio hermano a la escuela de niños. Sin embargo, en casa vive una educación informal, no sólo teatral sino en el manejo de su léxico, gramatical y de modales. Su madre es internada en un psiquiátrico y los dos son llevados a un hospicio de Lamberth, donde recibe una educación con extremo rigor.
La escuela no lo entusiasma, la historia le parece violenta y llena de ambiciosos de poder, pero todo está a punto de cambiar cuando:
“En el recreo Charlie recita para sus compañeros El gato de la señorita Priscila, un chiste que su madre le enseñó: El señor profesor Reid levantó la nariz de su trabajo y se divirtió tanto que me hizo repetir el cuento. Después de eso mi reputación se extendió, y al día siguiente me hicieron pasar de aula en aula. A los cinco años ya me habían hecho reemplazar a mi madre delante del público, pero, en rigor, era la primera vez que gozaba conscientemente de la gloria. El colegio se volvió un lugar apasionante“.
Poco después entrará a una compañía de teatro itinerante y empezará a leer a Dickens, para convertirse él mismo, en el cómico más importante del siglo XX.
Alexander Graham Bell
Nace en 1847 en Edimburgo, Escocia. Hijo de una pintora, creció en un ambiente familiar de músicos. Alex odiaba el colegio, pues prefería caminar y pasear. A muy temprana edad huye de su casa (15 años) por problemas con su padre, quien era en extremo autoritario. Se va a vivir con su abuelo, pues él lo deja hacer lo que le da la gana. “Juntos declaman a Shakespeare durante horas. La felicidad dura tres años, hasta la muerte de ese viejo excéntrico.”
Tiene que regresar a casa de su padre, con quien no logra entenderse, pero esta segunda oportunidad lo pone a prueba para llevar acabo proyectos ingeniosos junto con su hermano. Por ejemplo, ambos se ponen a construir un autómata parlante, ante el desafío de su progenitor que les dice que eso es imposible.
“Como no tienen detalles sobre la laringe, sacrifican primero a su gato y después comprarán a un carnicero la laringe de un ternero para estudiar su anatomía. Con montones de cosas, madera, algodón, un embudo y láminas de caucho, logran que su maniquí grite mamá.”
De nuevo sale de su casa. Para sobrevivir se dedica a dar clases de música y dicción en un internado de chicos. Se apasiona por la electricidad. “En 1970 él y su hermano caen gravemente enfermos de tuberculosis. Edward muere. Poco antes en un momento de fervor, se prometen que aquel de los dos que muera primero tratará de comunicarse con el otro desde el más allá. La familia parte hacia Canadá. En el barco, Alex lee un libro que lo inspira para después imaginar el principio del teléfono: Las sensaciones del sonido.
Ya instalado en Ontario e impulsado por el amor de Mabel, una joven sordo muda, inventa el teléfono el 10 de marzo de 1876. Poco después, un adversario de Alex dirá sobre su invento que: “El teléfono parlante de de Bell es un lindo juguete para científicos, pero no tiene ningún interés comercial, no aporta nada más que el telégrafo.”
Charles Darwin
Hijo de médicos. (Inglaterra 1809). Tuvo una infancia normal hasta que su madre desaparece teniendo él ocho años. Su padre lo ingresa a una escuela religiosa y después a un internado. En todo ese periodo escolar tiene una vida académica mediocre, sobre todo porque no le representa nada, ninguno de los contenidos que le enseñan. “La caza y la pesca contaban para él mucho más que el latín, la historia y la geografía.”
Le dedica mucho tiempo a caminar, observar la naturaleza, coleccionar plantas, insectos. algo que hoy sería visto como una pérdida de tiempo. Su padre le reprocha sus pasatiempos, le injuria y acusa de ser una vergüenza para a familia.
Entra a la Universidad de Edimburgo, Escocia, para estudiar medicina por la presión familiar. Ahí descubre dos cosas, la primera es que se da cuenta que no quiere ni será médico, pues le repulsa la sangre, y lo segundo, es que se aficiona por algunas materias de al medicina como la taxonomía y la zoología, así como los trabajos de Lamarck, que tratan sobre la evolución de las especies.
Posteriormente ingresa a la Universidad de Cambridge, para ser pastor de campo, en la idea de compensar la desilusión de su padre por abandonar sus estudios de medicina. Una vez ahí, continua con su pasión de clasificar especies animales. Lo que lo vuelve de nueva cuenta un mal alumno en sus estudios teológicos. Pero ahí empieza a leer los relatos de los viajes de Humboldt, que lo inspiran para aventurarse poco después en el célebre viaje del Beagle.
Es en ese viaje donde obtendrá las notas más importantes para su teoría de la evolución de las especies…
A manera de conclusión, podríamos decir que los motivos principales para ser un buen alumno son la pasión y el gusto por lo que se hace. Un buen desempeño intelectual está basado en un equilibrio emocional, en un, saber lo que se quiere en la vida. Llenarla de contenido, dedicarse con entrega. Regularmente los genios suelen ser detractores de la moral y las normas de su época. Rebeldes incomprendidos. El inicio será complicado, pero siempre vale la pena intentarlo, aunque no seamos genios.
Fuente: Enciclopedia de malos alumnos y rebeldes que llegaron a ser genios, Catapulta Editores, Novelty Ediciones, Argentina, 2015.