Más allá de la SEP, el SNTE y la CNTE: el hacer docente
María Inés Hernández Morgado
La Secretaría de Educación Pública (SEP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación(CNTE) son, desde mi punto de vista, enormes estructuras en constante contradicción con posibles puntos de acuerdo (a veces también pienso, que están de acuerdo y sólo simulan contradicción), todos los días y por más de seis años surge una noticia en relación a los miembros de estos grandes grupos, que si los docentes están poco preparados para favorecer aprendizajes, que si por culpa de los maestros los alumnos no acceden a los aprendizajes, que los maestros ganan demasiado, que si sus niveles de formación, que si se hacen ricos con las cuotas de los padres. Actualmente que si la maestra Elba Esther regresará como líder magisterial o si se democratizará a los sindicatos (uno de ellos el más grande de América Latina). Y en medio de todo este mar de información, el docente común, él mundano, se encuentra en su aula, en el Estado de México con no menos de 35 alumnos por grupo, generando en muchos de los casos las estrategias para que los alumnos accedan a los aprendizajes esperados, dando respuesta a las necesidades educativas de los alumnos.
Y ha sido en los últimos dos años con más intensidad y frecuencia en los últimos meses, al menos en el Estado de México que los representantes sindicales y las autoridades escolares llaman a reuniones para dar a conocer lo que es posible solicitar en el pliego de incremento salarial, esto es nuevo, de verdad nuevo, pues algunos docentes llevan más de 30 años y jamás, jamás se había realizado, cabe señalar que orientaron las solicitudes, pero… paso a paso, Roma no se hizo en un día.
También se realizó una reunión para hacer una encuesta sobre seguridad social y se dijo fuerte y claro: es necesario informar a nuestro presidente de las condiciones que vive el magisterio en relación al ISSSTE, de los tiempos de espera, de las necesidades que se tienen, de la falta de medicinas. Y cuando escuchaba lo anterior, me preguntaba: ¿de verdad mi coordinadora sindical, en más de 30 años de servicio nunca se dio cuenta del mal servicio que ha brindado el ISSSTE en los últimos años? Que hoy, es tan importante manifestarlo. Que los coordinadores sindicales están bajando con los mundanos, actualmente el discurso es estar cercanos a la gente (no necesariamente para resolver sus necesidades), hoy marzo del 2019, se convoca a los docentes a realizar ponencias a hacerse escuchar, a participar en los foros, ¿Cómo? me pregunto yo, si durante muchos años nuestros líderes parecían saber lo que los docentes necesitaban, entonces nuestros líderes Sindicales no nos conocen, no conocen nuestras necesidades, que están bajando a las escuelas para hacer presencia, para mostrarnos una y otra vez los beneficios de estar unidos, parece más bien un adoctrinamiento para los nuevos y un recordatorio para los antiguos docentes.
Y entre todo esto parece que a los docentes se les olvida que son ellos la fuerza del Sindicato, no sus representantes, son los docentes, ya que es la escuela la segunda institución formativa (primero es la familia). Es en el aula, con su maestro y con sus iguales en donde un niño refuerza los valores adquiridos en la familia, en donde se confirman o no las creencias de los alumnos, en donde se gestan nuevas formas de socializar y se confirman o no los acuerdos de convivencia en sociedad. Es en el aula, con su grupo de iguales, en donde se gestan aprendizajes, conocimientos, actitudes, se promueve el reconocimiento de las emociones y la regulación de las mismas. Ese grupo, esa aula, es responsabilidad de un docente, es a ese docente a quién reconoce el padre de familia cuando su hijo avanza, cuando logra algo que no se creía lograría hacer, es ese docente quién está cercano a sus alumnos, a los padres de familia a la comunidad y esta es la fuerza del docente, el poder convencer al otro de su trabajo en favor de la comunidad, y este es un discurso que no se escucha en el sindicato o en la SEP.
El hacer docente está ubicado en el aula, en los patios de la escuela, en la comunidad. Son estos espacios en donde se genera el cambio y la reflexión, en donde cada alumno construye o inicia la construcción de su proyecto de vida.
Es el aula un lugar de encuentro, es en donde se escucha la voz de los alumnos que viven violencia en sus casas, o de aquellos que su aprendizaje destaca o de quién presenta una necesidad educativa especial, o de aquel que se presentó sin desayunar y posiblemente sin cenar, de los alumnos que no pueden ser apoyados en casa para hacer sus tareas ya que su madre trabaja o que están bajo el cuidado de la abuela, y en tanto el tejido social se restablece, muchos de estos alumnos encuentran un espacio de desarrollo en el aula, es el maestro quién apoya al alumno a ese otro ser humano. No se trata de revalorizar al maestro, de dejar una campaña de desprestigio que por años se implementó (porque ninguna campaña de desprestigio tendrá fuerza si no cuenta en que sustentarse) se trata de reconocerse como promotor de cambio desde el hacer y no del decir. Es el hacer lo que construye un camino.
Por último, posiblemente ese discurso no se escuche porque implica un posicionamiento, romper estructuras dejar los compadrazgos, los amiguismos, pues a pesar del examen de oposición para el ingreso al servicio profesional docente en los últimos años no se dejó de apoyar a la familia, al compadre, al amigo para ingresar al servicio y claro cada apoyo significaba un favor y con ello una deuda. En tanto, no se restablezca y se coloque a los alumnos como prioridad en la escuela y sólo se trate de mantener estructuras de poder esto difícilmente cambiará.