De Norte a Sur Opinión

Ir a la escuela y nunca volver: el temor diario de las universitarias


1 febrero, 2019 @ 1:29 pm

Ir a la escuela y nunca volver: el temor diario de las universitarias

Dafne Bocanegra

Estudiante de la FES Cuautitlán

Entro a Facebook, deslizo y veo la noticia de una chica que quisieron secuestrar en algún lugar; sigo deslizando y hay otra noticia, diferente, de una chica golpeada que gracias a “algo” logró escapar; deslizo nuevamente, hallaron el cuerpo de una joven violada y golpeada; deslizo y leo sobre unos chicos que ayudaron a una niña a quien se iban a llevar en una estación del metro –paso seguido por ahí, ella tiene la edad de muchas de mis amigas y familiares–; volví a bajar y hay un cartel de “se busca” –tiene mi edad, iba en pantalón casual y suéter, cerca de casa–. La imagen de mi madre llorando me vino a la mente; un escalofrío seguido de miedo me invade. Apago el móvil y lo boto en la cama. No quiero leer más…

Prendo la televisión y siguen las mismas noticias de cuerpos de chicas o niñas secuestradas.

Imagen: hispanTv

Salgo de casa. Aún está muy oscuro. Son las 5 am y voy hacia la escuela, mi paso es muy acelerado, mi corazón late muy rápido. ¿La parada del camión siempre estuvo tan lejos? Siento a alguien detrás de mí, se está acercando, mi paso se va haciendo más rápido y llega al trote, tomo firmemente mis llaves dentro de mi chamarra por si se necesita. Lo siento aún más cerca; el extraño simplemente pasa de largo, la parada aquí está, al fin llegué bien otra vez, aviso que voy de camino a la escuela al mayor número de personas posibles. “Estoy bien mamá, te aviso cuando llegue, te amo.”

Son las 6 pm, debo volver de la escuela. Tomo el camión y nuevamente aviso que ya he salido y voy de camino.

Se oscureció muy rápido, apenas son las 7:30 pm. Bajo del camión y empiezo a andar por las calles. Casi no veo gente. Vuelvo a apresurar el paso sólo para avisar que ya llegué y tomar un respiro. Ya estoy en casa con bien y siento el alivio de todos.

Esto parece un juego de azar donde ayer fueron esas chicas, pero hoy o mañana puedo ser yo quien no mande el mensaje de “Ya llegué mamá…”

Imagen: noreste.net

Ellas pudieron ser mi madre, mis amigas, hermanas, primas.

No vamos con “copas de más”, no vamos “provocativas” y si así fuera, respétanos por favor. No somos un juguete sexual, no “nos lo ganamos” y tampoco lo merecemos.

Últimamente hay muchas noticias de este tema; si eres hombre, ayúdanos, no actúes como si nada pasara. Somos madres, hijas, amigas, esposas, novias, primas, somos humanos y nos duele, lloramos y sentimos miedo, mucho miedo…

Si son padres enseñen a su hijo a respetar a todas y todos; si es hija muéstrale que no debe permitir maltrato de ningún tipo, que no tenga miedo de hablar y también enséñenle a respetar a todas y todos.

Esto no es de hombres contra mujeres o viceversa.

Algunas dicen “ni una menos”. Algunos dicen “ni uno menos”. Pero yo digo: “nadie menos”.

Espacio para nuestros colaboradores ocasionales, quienes amablemente nos comparten sus reflexiones. En la Revista Consideraciones caben todas las opiniones.