Vamos a hablar de Roma, otra vez y para siempre
Gianina Ferreyro
Mucho es el revuelo que hay sobre Roma. Desde su estreno en centros culturales y su posterior estreno en Netflix, pocas personas han dejado pasar la oportunidad de dar su opinión sobre el asunto porque, obviamente, hay muchas cosas que decir. En esta ocasión lo diré en 10 puntos.
- Si no te gustó Roma porque la historia “no te llega”, es una opinión válida; si no te gustó Roma porque “te aburrió”, probablemente lo que te falta es un curso de apreciación cinematográfica antes de publicar tus opiniones en las redes sociales a tu alcance.
- Primero lo primero: debemos admitir que la realización es impresionante. La toma larga de presentación de personajes es una de las mejores en el cine contemporáneo, si no es que en el cine de todos los tiempos. La dirección de fotografía es preciosa, cada toma es una postal. La dirección de cámara ES la historia, es decir, el movimiento de la cámara define el punto de vista desde el que se cuenta Roma, y se encuentra en directa relación con el proceso de la protagonista en todo momento. La producción es cuidadosa hasta la perfección. Si hay alguna objeción es que los diálogos están bien hechos y ya, es decir, esta historia no se cuenta a través de las palabras y en algunas escenas se nota. Las actuaciones de Yalitza Aparicio y Marina de Tavira son sobresalientes; cada personaje tiene un objetivo claro en la historia (excepto tal vez el chofer). Si te sobra uno de los niños, recuerda que es la historia personal de Cuarón. El único personaje que me molestó es Fermín. En alguna conversación me sugirieron que el punto de su personaje recae en estar tan desconectado de la realidad de la Casa #21 de Tepeji y Monterrey, que es una cualidad que aporta a la historia. Este argumento no me parece convincente, puesto que el actor avienta las líneas como si estuviera pidiendo tortillas, pero así fue elegido en el casting.
- Vamos con la historia. Alfonso Cuarón contó una historia muy personal, que no es suya sino de Cleo (en la vida real, Libo), a la vez que cuenta la historia de México en los años 70-71. Una de las genialidades de la dirección es el tejido entre lo interno y lo externo. Cada escena sobre el exterior complementa y refuerza el proceso interno de la historia. Como ejemplo están dos escenas con distinto tono que se contraponen en la relación mundo interior-exterior: la escena del incendio y la escena de Latin Lover. La primera refiere románticamente a la unión de todos sin condición ante un desastre natural, y con la canción en lengua tradicional brinda la poética interna de toda la película. La otra escena, la contraparte, es la de Latin Lover, porque te saca del mood que se ha construido hasta ese momento. Es una escena totalmente ordinaria, en un tono cómico, que a la vez que es otra postal del México de los setentas
- Los símbolos son soberbios, en el mejor sentido de la palabra. Se me pueden escapar muchas cosas, pero aquí van algunos: la forma del agua durante toda la película, como reflejo, como sanadora, como destructora, como la vida misma. Todos los presagios de lo que saldrá mal: el avión que se cae en cuanto Fermín sale del cine, el incendio que empieza como unas chispas que recuerdan a luciérnagas, sale de control y nadie lo puede apagar, el sismo cuando Cleo mira los cuneros, una abuela y una niña se ponen a rezar pero ella solo observa, el bebé al que le cae escombro encima pero no puede llorar, pero sobre todo el vasito de barro lleno de pulque (pulque más que cualquier otra cosa) que se rompe en la celebración de año nuevo.
- Los paralelos y las diferencias entre la historia de Cleo y la historia de la señora Sofía, así como su relación misma, a la cual le han dado lecturas de romantización del clasismo, aunque me parece que no va por ahí. Roma no es una película sobre clasismo, Roma es la historia de una mujer. La relación entre Cleo y Sofía tiene muchos matices, son mujeres que comparten una misma casa y a los mismos hijos, que se diferencian, sí en su relación de poder, pero que también muestran compasión una por la otra en distintas formas, pero ambas con el apoyo incondicional de saber consciente o no, que se tienen la una a la otra para salir adelante. “Estamos solas, no importa lo que te digan, siempre estamos solas.” En plural, pero solas. Qué palabras tan poderosas y reales sobre las vidas de estas dos mujeres.
- La historia de la familia, que se cuenta como el segundo plano, pero que también lleva el proceso hasta la playa. No vemos a una familia de alcurnia, con problemas de gente rica. Vemos una familia sí de dinero, pero con problemas cotidianos. La señora Sofía sabe que su marido se va a ir y lo deja irse, porque espera que vuelva. Toda la película no sólo alberga la esperanza de su regreso, sino que lo busca activamente, incluso cuando eso no lo veamos. Sí vemos en cambio, cómo lidia ella con el abandono, cómo las relaciones con sus hijos se desgastan porque no quiere admitir que papá se fue, vemos cómo los niños lo notan sin saberlo. Después vemos su decisión para avanzar, para decir “papá se fue” y también conocemos a los cuatro niños en cuatro edades distintas y sus reacciones al abandono. “Está horrible”, dice el mayor; “A mí me gusta así”, dice el segundo; “¿Qué libreros?”, dice la tercera. Diálogos que reflejan la relación con su padre porque ya no la pueden tener. Todos los “No sé” en la escena de la revelación familiar, que no son la mejor respuesta, pero es la respuesta verdadera, y el helado para consolar las penas, durante la boda de otros porque la vida sigue y no todo es malo.
- La historia de México, años 1970-71. ¿Podríamos encontrar un momento de la historia de México más infravalorado que nos hable sobre el pasado sexenio como el año 71? El tejido entre la historia de nuestro país y la historia de la familia es impecable, cambios violentos, por los mismos de siempre. Por un lado, las postales son maravillosas, nostálgicas y entrañables sobre todo para los habitantes de la gran ciudad. Por otro lado, el tratamiento de las cuestiones políticas es adecuado, nos deja clara su postura de izquierda, pero es una escena bastante acotada a la realidad. Aunque las cuestiones estudiantiles siempre son sensibles, diré que no sólo es una escena con una realización coreográfica excelente, sino que nunca cayó en el tono telenovelesco del pobre e inocente estudiante ni del policía malvado. En momentos como los que vivimos, eso se valora. Uno de los excesos, que Fermín sea el halcón que llega a apuntarle a Cleo, sin duda el momento más melodramático de toda la película. Si bien no es suficiente para alejarnos de la narrativa, y aunque al analizar el arco del personaje tiene sentido que sea un halcón, rompe con la tensión que sentimos hasta ese momento para soltar un pequeño: “¡ay ajá!”.
- Último pero no menos importante, la historia de Cleo. En una opinión personal respecto a los comentarios de personas a quienes les aburrió o piensan que la historia “no está bien contada”, creo firmemente que refleja su clasismo, falta de empatía y sensibilidad artística y personal. ¿Por qué? Porque dado que no están acostumbrados a meterse en la piel de alguien en las condiciones de Cleo sin que les cuenten el melodrama barato de que es pobre porque así nació o de que un príncipe azul la va a rescatar, o de que llore como Magdalena cada vez que algo le sucede, entonces la salida fácil es descalificar la película. Quizá pensaban que iban a ver una cosa bien bonita sobre la colonia Roma y no la historia de una trabajadora doméstica. Roma NO está hecha para hipsters apreciadores del cine de arte. Es Cuarón hablando sobre México. El México que está ahí y que muchas veces no queremos ver. Con esto no me refiero a que la historia sea impresionante y que deba ser nominada como mejor guion original, ya mencioné que la escritura no fue mi parte favorita. El debate sobre Roma es sobre la historia de Cleo y eso saca a relucir, sin que nos demos cuenta, muchas opiniones sociales que tampoco queremos ver. Por ese mismo lado es que es difícil hacer crítica sobre esta historia porque las aristas de clasismo y de feminismo son fibras muy sensibles. Entonces diré lo siguiente: Es una historia común, de muchas trabajadoras del hogar, de muchas mujeres mexicanas de cualquier clase. No, no está escrita de una manera extraordinaria, pero sí está dirigida de una manera sobresaliente. Sí, la primera hora es lenta, especialmente la primera vez y si es en cine, pues más. Pero al verla en una pantalla casera visualmente pierde muchísimo, aun con los ajustes indicados por Cuarón mismo. La cuestión con esa “lentitud” es que cada parte construye para el desarrollo posterior de la historia, es decir cada una de las escenas que se desarrollan con parsimonia infinita, es un muestrario emocional que se impregna a nosotros para que cuando todo comience a caer, el impacto sea mayor. La actuación de Yalitza Aparicio es impresionante. He visto muchísimos comentarios que dicen: “no hace nada”. Esto esclarece la educación telenovelera del mexicano promedio, y es necesario apuntar que justamente es la contención lo que hace la actuación impresionante. Muy pocas actrices podrían controlar de esa manera su emotividad. No entraré en el debate de: “¿Yalitza es actriz o fue suerte de principiante?”. Debemos admitir que, definitivamente, sus características físicas aportan al papel. No empecemos a reclamar cuestiones discriminatorias. Es una decisión de casting que responde a las necesidades del personaje. Y sí, la dirección de Cuarón es imprescindible para que ella comprenda y comprehenda a Cleo. Sin embargo no hay que demeritar el trabajo actoral que por fortuna o por capacidad realizó Aparicio, como ejemplo claro está la escena del parto, en la que ella dice una sola palabra: “No”. Nada más es necesario. Allí reside el talento.
- Otros apuntes que me parece importante agregar después de unos días con la cabeza fría y muchos comentarios extras. Roma tiene el ritmo de la vida misma, tiene la lentitud de la realidad, pero en una época donde se prioriza lo inmediato. Sobre la “falta de reacción de Cleo”, me parece que es una opinión de quien no puso atención al tejido de la película pues las respuestas no están dentro de Cleo sino alrededor de ella; o de quien espera una respuesta verbal para que exista una respuesta, a esos les tengo noticias: el silencio suena. ¿Les falta una reacción cuando abrazando a los hijos de otra ella dice “yo no quería tenerla”? Es la única respuesta que se necesita.
- Ya, es todo. Tienen que verla, de preferencia en un cine, para que la disfruten completamente.