De Norte a Sur Opinión

Vientos de cambio #AMLO2018


raulraulgonzal1

2 julio, 2018 @ 6:10 pm

Vientos de cambio #AMLO2018

Cronotopos

No acabará con la corrupción, es muy probable que tampoco revierta muchas de las decisiones tomadas por los gobiernos de los últimos años, posiblemente a mitad de sexenio desencante, pese a ello, logró un hecho histórico: ser el primer candidato de izquierda, en ocupar la silla presidencial. Y ese hecho, por sí sólo, aventaja por mucho todas sus limitaciones.

Con más de 18 años en campaña, Andrés Manuel López Obrador, en un hecho sin precedentes, logró arribar al poder. El ambiente es más que alentador, representa al oasis en medio del desierto que tanto esperaba México. Aunque es importante no engañarnos, y mucho menos creer que todos los problemas del país, se solucionarán a partir del primero de diciembre. Si bien es cierto AMLO generará cambios importantes en el país, no serán suficientes como para terminar de construir la república de la esperanza que prometió.

Por otro lado, dentro de los aciertos más importantes de Andrés Manuel, será permitir la reconfiguración de las izquierdas, lo que traerá como consecuencia mejores escenarios en comicios a futuro. Lamentablemente siempre existe la otra cara de la moneda, en este caso, del mismo modo que las izquierdas empezarán a reorganizarse, tanto el Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como el Partido Acción Nacional (PAN) y la Revolución Democrática (PRD), aprovecharán su derrota para guarecerse a nivel estatal y legislativo, todo, con miras a preparar su regreso para el 2024. Luego entonces, viene la pregunta central: sí López Obrador abrirá la puerta a la reagrupación, tanto para la izquierda como de la derecha, ¿cuál será la ventaja para el país, si ambos tendrán las mismas posibilidades de renovarse y mejorar?

Sencillo, la politización más allá de la simple participación ciudadana. Las elecciones del día de ayer—dejando de lado las simpatías entre candidatos—demostraron que la ciudadanía mexicana comienza a empoderarse; empieza a confiar en la participación, cómo medio de cambio. Datos de corte (hasta la 1:43 a.m.), proporcionados por el Instituto Nacional Electoral, (INE) demuestran que hubo una participación del 62.8% de la población, lo que significó una estabilidad de participación, en relación con los comicios de 2012, teniendo cómo diferencia porcentual, una disminución del 1.3%.

Retomando el futuro de los espectros políticos, la sucesión presidencial del primero de diciembre, es el inicio de la búsqueda del cambio, mismo que no logrará Andrés Manuel, sino más bien—tal como lo había mencionado–permitirá las condiciones para el lento, pero vertiginoso desarrollo en la reorganización de las izquierdas; sindicalistas, campesinos, obreros, estudiantes, feministas, ambientalistas, comunidad LGBTTTI, etc., desde mañana, es preciso comenzar a desempolvar la lista de acuerdos, ideas, debates y propuestas pendientes, que han quedado encajonadas con el paso de los años. Sí, y sólo así la esperanza de México podrá ser construida entre todos.

El texto no aspira a ser un panfleto, busca mirar a futuro; en los próximos días, la fiebre del cambio no cederá en todo el país, lamentablemente, a veces es mejor abrir los ojos más temprano que tarde, es por ello, que se debe rastrear con lupa, el devenir del horizonte político. Todo, con la finalidad de trascender del fenómeno social a la reconstrucción nacional.

AMLO condensa la lucha que se inició en el siglo XX; los jóvenes del 68, sindicalistas como Demetrio Vallejo y Valentín Campa reafirman su memoria, la muerte de Rubén Jaramillo fue valorada, la desaparición de decenas de personas desde la guerra sucia hasta nuestros días, es reconocida. López Obrador, acaba de cerrar un ciclo de lucha, muerte y desesperación, lucha que las élites del país se niegan a mirar, por la simple y llana razón, de qué representa eso que tantos años han combatido: el pueblo mexicano.

Por lo pronto, como reza el anónimo: “La noche del 2 de julio de 2006 concluyó la noche del 1 de julio de 2018. La noche más larga de México”.

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.