De Norte a Sur

Dos Períodos de Paz en la Historia de México


raulraulgonzal1

29 julio, 2022 @ 10:05 am

Dos Períodos de Paz en la Historia de México

La violencia es un elemento omnipresente en la historia de México. Desde la consumación de su independencia, en 1821, el terror producido por el derramamiento de sangre ha sido una constante que se manifiesta con fuerza. Nunca se le ha podido erradicar del todo. Sin embargo, existen períodos en los que se logró controlar, modificar o redirigir hacia otros espacios. Así pues, creer que la violencia es propia de la actualidad, resulta un error que ignora la fuerza del pasado. Veamos porqué.

Tipos de violencias

Pero antes, vale la pena intentar clasificar las múltiples variantes de la violencia. Es decir, considerar que no es la misma aquella que se produce a consecuencia de una guerra, que la resultante de conflictos regionales, o bien, la generada por el deterioro de comunidades sociales y la inoperancia de las autoridades. Desde una perspectiva de larga data, en nuestro país, la violencia bélica fue sustituida por la criminal. Esto queda demostrado al revisar cuales son los principales conflictos que marcaron su desarrollo histórico.

Una vez consolidado el pacto entre el ejército insurgente y el ejército realista, los grupos políticos más sobresalientes iniciaron una disputa por el poder, a la vez que pugnaron por definir el modelo de Estado-Nación, lo que sucedió hasta finales del siglo XIX, en 1867, con el triunfo del bando liberal encabezado por Benito Juárez. Mientras todo esto pasó, los pronunciamientos militares y las intervenciones extranjeras fueron los factores fundamentales que generaron violencia a lo largo y ancho de un país con muy pocas vías de comunicación, sin ingresos suficientes para costear los gastos de la burocracia, y en general, con un estado incipiente.

Repaso histórico

Todo esto cambió parcialmente, con el arribo de Porfirio Díaz al poder en 1876. Cuando se inició una fase en la que se impuso la versión conservadora del liberalismo triunfante. Como sabemos, gracias a su régimen es que se lograron instalar los cimientos del Estado mexicano, especialmente, la pacificación generalizada del país, a través de la fuerza de las armas y la negociación política. Baste observar las medidas que se llegaron a tomar en casos como la rebelión de los yaquis (de 1870 a 1880), o bien, la poderosa figura del jefe político en los estados.

Entonces, sin ninguna duda puede afirmarse que, en mayor medida, la paz lograda en el porfiriato, se consiguió por medio de la represión. Símbolo del régimen autoritario alabado por unos y defenestrado por otros hasta nuestros días. Tras su caída en 1910, con el comienzo de la primera revolución política del siglo XX, México volvió a experimentar el impacto de la guerra civil y con ello, del incremento de la violencia. Su prolongación a lo largo de las primeras décadas de dicha centuria, se dio a consecuencia de la renegociación del contrato social, que implicó la guerra de facciones, y más adelante, la creación de un mecanismo político para suceder el poder de forma pacífica, legal y aparentemente democrática.

La historia se repite

Lo anterior quedó representado con el nacimiento del partido oficial en 1929, a raíz del asesinato un año antes del presidente electo, el general Álvaro Obregón. En el marco de la configuración y perfeccionamiento casi una década más tarde, cuando en finales de 1938 y principios de 1939, el general Lázaro Cárdenas impulsó una reforma que lo convirtió en el mítico Partido Revolucionario Institucional (PRI). Quién juntó a la figura todopoderosa del presidente de la república, estableciendo la mancuerna que gobernó desde 1940 hasta el 2000. En este período, a diferencia del porfiriato se consiguió crear un instrumento que garantizara la sucesión del poder, pero a semejanza de él, la paz que logró fue conseguida a fuerza de represión.

El perfeccionamiento de los aparatos de represión

Para este momento los medios se perfeccionaron, se tratara de las fuerzas armadas, la policía política, paramilitares o grupos de choque. Demostrando que el Estado mexicano, era fuerte, capaz de cumplir con el deber de cualquier estado: mantener el orden y la seguridad de todos los habitantes. Aunque ello implicara el asesinato y la desaparición forzada de críticos y disidentes. Las medidas del pasado se repiten. Únicamente se puede pacificar a México vía la fuerza de las armas. Aunque dicha pacificación sea relativa y sostenida con alfileres, pues la guerrilla y el naciente crimen organizado, iniciaron a finales del siglo pasado.

Precisamente cuando el Estado comenzó a debilitarse con la llegada del neoliberalismo al poder. Y muchas regiones del país fueron abandonadas a su suerte, para que grupos criminales comenzaran a hacerse de las suyas. Concluyendo, en la historia del país, solamente han existido dos momentos en los que, aunque fuera parcialmente, se reconoció el predominio de la paz: el porfiriato y el régimen priista. Fuera de ahí, la presencia de guerras, conflictos locales, regionales e incluso, internacionales ha sido la responsable de la muerte incalculable de personas. Aunque siempre será necesario un análisis pormenorizado de las diferentes etapas históricas, queda la pregunta: ¿Es posible pacificar el país sin recurrir al autoritarismo?

Imagen: Lifeder

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.