Gato con Lentes

México será una República de lectores


7 septiembre, 2021 @ 8:12 am

México será una República de lectores

Frida López Rodríguez*  @FridaLopRod

A cien años de la odisea cultural y educativa protagonizada por José Vasconcelos, la República mexicana vuelve a ser definida como un territorio de lectores. Este aliento republicano cuyo vigor comenzó con grandes pensadores clásicos como Platón y Cicerón, tuvo sus repercusiones en las misiones culturales que dirigió el filósofo oaxaqueño cuando fundó la Secretaría de Educación Pública en 1921. En dichas misiones, Vasconcelos se planteó la titánica labor de sentar las bases de un programa educativo que recorriera todo el país, cuyo objetivo primordial fue “darle forma social al pensamiento”. Actualmente, los caminos de la historia se han reencontrado de nuevo con el programa de fomento a la lectura presentado hace tan sólo unos días por el titular del Fondo de Cultura Económica, el escritor Paco Ignacio Taibo II.

Para quienes han insistido, de forma totalmente infundada, en el supuesto desdén que tiene el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador hacia la cultura y el arte en general, la conformación de un programa de fomento a la lectura llamado República de lectores es una clara y contundente señal de que el papel del Estado ha dado un giro que retoma la estafeta cultural de los tiempos de la Revolución Mexicana. Es un verdadero prodigio que en una de las peores crisis espirituales y económicas originada por la pandemia, la cual aún no ha llegado a su fin, en nuestro país se inicie el programa de fomento a la lectura más ambicioso de América Latina.

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Imagen: FCE

De esta manera, la ruta trazada por Vasconcelos se renueva y se adapta al tiempo presente; los clásicos ahora no son solamente los grandes referentes de la cultura universal sino todos aquellos escritores mexicanos que han logrado capturar la realidad social con la suficiente sensibilidad estética para ser parte de nuestra historia. Las misiones culturales y las cruzadas contra la alfabetización lideradas por el filósofo ahora son un combate contra la desigualdad social y el empobrecimiento de la cultura originado por una clase política que perdió la brújula histórica durante el régimen neoliberal. Tal y como escribió Emilio Uranga, la Revolución Mexicana debe ser entendida como “una doctrina de universal compasión”, sentimiento e ideal que implica, entre otras tantas ideas, la democratización real del acceso a la cultura y a la educación. Sin esta compasión universal, las políticas culturales han perdido su razón de ser, impotentes para ofrecer verdaderas posibilidades artísticas al alma nacional.

La colección “21 para el 21”, comprendida por veintiún títulos imprescindibles del pensamiento y de la literatura nacional será distribuida por el Fondo de Cultura Económica a lo largo del país, enfatizando en la población joven, las zonas rurales, las bibliotecas públicas y las redes o círculos de lectura creados por ciudadanos entusiastas. La llama del saber ha vuelto a encenderse para el pueblo, reforzando la propia misión de una institución pública como lo es el Fondo de Cultura Económica, cuyo fundador Daniel Cosío Villegas insistió sobre la importancia de que la población mexicana tuviera acceso a la educación en condiciones de igualdad, un objetivo de la Revolución Mexicana que para él quedó inconcluso.

Los simbolismos y las coincidencias históricas involucradas en este proyecto de gran calado dirigido por Paco Ignacio Taibo II son una prueba irrefutable de que el gobierno actual tiene una posición que dignifica el papel de la cultura y el arte en un momento tan complejo como el nuestro. Devolverle al pueblo la oportunidad de reencontrar la bondad en su propia tradición literaria es un objetivo que trasciende la institucionalidad; en nuestro tiempo su significado es mucho mayor, implica brindarle a cada lector la oportunidad de afrontar los arduos destinos que ha traído consigo la peste de nuestro siglo. Resta por evaluar el desarrollo de este gran programa de fomento a la lectura con la esperanza de que logre resarcir el impulso de aquellos proyectos del pasado que quedaron inconclusos. Para ello resulta indispensable que la distribución de esta colección de libros gratuitos se acompañe de un proyecto responsable tanto de vinculación, gestión y memoria cultural; sin estos aspectos, el programa podría resultar limitado puesto que los libros distribuidos por sí mismos no podrán llegar a ser, cabalmente, la república de lectores añorada.

Dicha república, como sueño e ideal, tendrá que pasar por años de colaboración y por una reiterado análisis llevado a cabo no sólo por las plumas reconocidas del país sino también por el relevo de jóvenes filósofos, artistas y letrados que heredaran la misión cultural de resguardar este brío histórico. A su vez, también tendrá que hacerse frente a los retos que vayan presentándose, quizás el más importante sea la articulación de los círculos de lectura con el debate público y la toma de decisiones para fortalecer propiamente el ideal democrático, el cual, necesariamente, es republicano en su sentido más entrañable y filosófico.

 

* Tesista de la Licenciatura en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Integrante del Consejo Consultivo de Jóvenes de Cultura UNAM y del Consejo Editorial de la Revista de la Universidad. Fue representante estudiantil en el Consejo Académico del Área de las Humanidades y las Artes de la UNAM de 2016 a 2018.

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