Antecedentes y origen de la actual crisis en Afganistán

Fuente: Al Otro Lado del…. #SOSColombia @OLMB14

Para entender lo que pasa hoy en Afganistán. Nos tenemos que remontar, cosa que se omite en Occidente, no al 11-S de 2001, sino a la fecha real que determina todo lo que ha pasado desde hace 43 años en Afganistán: La revolución de Saur de abril de 1978. El 27 de abril de 1978 Afganistán elegía la senda del socialismo y la modernidad. El triunfo de la Revolución llevaba al poder al Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA), y en unos días hacía a Muhammad Taraki presidente.

El nuevo régimen socialista tenía una tarea titánica. Afganistán era una sociedad atrasada y muy pobre, con una desigualdad brutal y una pobreza considerable. La tasa de analfabetismo era superior al 95%. Las medidas más importantes que la revolución de Saur y el nuevo gobierno socialista de Afganistán iba a tomar se centraban en la educación, la economía y la sociedad. 1- Construcción de miles de escuelas y contratación de maestros, 2- Estudio por primera vez de lenguas locales.

En 5 años un millón de personas en Afganistán había pasado por los programas de alfabetización, al tiempo que la política sanitaria dotaba de infraestructuras en este ámbito también, aumentando casi un 100% las camas hospitalarias y un 50% el número de médicos. Una reforma agraria integral que dotaba de tierra a los campesinos, liberándoles de la esclavitud basada en las deudas al terrateniente, condonadas por un Decreto. El Estado pasaba a proveer de semillas y ayudas a los campesinos, creando cooperativas

Y otras medidas en el ámbito cultural y social. Por enumerar solo unas pocas: 1-Igualdad jurídica entre hombre y mujer, 2- Abolición de matrimonio infantil, 3- Ley de Divorcio Derecho a la mujer a no usar velo, 4- Legalización del trabajo femenino, 5- Prohibición cultivo opio.

Todas estas medidas enfurecieron a los sectores más reaccionarios: burguesía rural, terratenientes, clero islámico, etc. Los primeros disturbios sangrientos, con asesinatos y degollamientos de maestros, funcionarios y comunistas, tuvieron lugar en Nuristán en junio de 1978. Una de las grandes mentiras repetidas en Occidente fue que la Revolución de Saur tenía patrocinio soviético. Sin embargo, el Gobierno de la revolución de Saur disgustó a la URSS, que tardó en reconocer al Gobierno. Los primeros países en hacerlo fueron Persia, India y Reino Unido.

Sin embargo, la dictadura reaccionaria de Pakistán y EEUU combatieron desde el inicio al régimen de Saur. El 3 de julio de 1978, Carter iniciaba el proceso de financiación y armamento a los islamistas, padres del talibán actual, que combatían al Gobierno socialista afgano. Como reconocía en 1979 EL PAÍS, la principal oposición al régimen socialista afgano era el islamismo, lo cual no impidió a Occidente apoyarles, llorarles, curarles, financiarles o darles tribuna.

En marzo de 1979 hubo una insurrección en Herat, donde los islamistas asesinaron, decapitaron, pasearon cabezas o violaron a comunistas, funcionarios del Gobierno y maestros/maestras. Occidente solo condenó la “represión” posterior del Gobierno afgano a los terroristas.

Los campamentos de Pakistán, con el patrocinio de EEUU, estaban infestados de terroristas desde al menos junio de 1978. En Occidente, estos muyahidínes (es decir, luchadores de la fe islámica) eran presentados de “luchadores de la libertad”. Los cargamentos de armas llegaban de China, Pakistán y EEUU durante todo 1979. Era una guerra no declarada contra la revolución de Saur.

Los terroristas que ponían una media de 60 bombas al mes y mataban a unos 1.000 civiles, según cálculos del Gobierno afgano en 1978 y 1979, eran asesorados y financiados por EEUU, Arabia Saudí y Pakistán. Como se señalaba en un artículo a inicios de 1980 en EL PAÍS, era la reforma agraria y la alfabetización los elementos que más alimentaban a los islamistas radicales en la lucha contra el Gobierno comunista en Afganistán.

Es a raíz de esta escalada bélica, los atentados islamistas y el complot de Amin contra Taraki, que, en virtud del tratado de amistad entre Afganistán y la URSS y a petición del Consejo Revolucionario, la URSS acude en ayuda de su aliada. Esto sucede en diciembre de 1979.

Afganistán, al tiempo que sigue la guerra contra los terroristas islamistas (freedom figthers en Occidente hasta que las bombas se las pongan a ellos como fue en 2001), siguen modernizando el campo y la economía. La industria pasa del 3% en 1978 al 10% en 1984.

Afganistán contaba con su primera mujer ministra, Anahita Ratebzad. Durante su mandato se crearon escuelas infantiles públicas, se alfabetizó a miles de mujeres en el campo y se introducía a la mujer al ámbito de la educación y la sanidad. Las mujeres eran incluídas en las Fuerzas Armadas y en cuerpos de seguridad del régimen socialista de Afganistán. Muchas de las integrantes, al ser capturadas por los muyahidín amigos de Occidente, eran sistemáticamente violadas y ejecutadas. La prensa de Occidente omitía esto.

En 1981, Margaret Thatcher, la Primer Ministra del Reino Unido, daba un mitin ante miles de fundamentalistas afganos que combatían al Afganistán socialista: “Los corazones del mundo libre están con ustedes”. Ese año, hay documentados 245 atentados con bomba, 198 ejecuciones por degollamiento y 2.500 muertos en atentados.

Y aquí tenemos a Ronald Reagan reunido en la Casa Blanca con Mohammed Yunus Khalis. Es el padre teológico e ideológico de la milicia talibán. Tras su reunión, Reagan dijo “Estos muyahidín tienen en sus entrañas el espíritu de los padres fundadores de EEUU”.

Hay muchas personas que erróneamente dicen que EEUU “fundó” a los islamistas afganos. En realidad es exagerado. EEUU les financió y armó, eran los elementos más reaccionarios de la sociedad. Pero sin EEUU en su lucha contra los comunistas, no habrían llegado al poder.

Todos los atentados y brutalidades, las matanzas, los abusos, degollamientos eran silenciados en prensa occidental. Mientras, en ciudades occidentales, grupos de derecha y anticomunistas hacían actos de solidaridad con el islamismo afgano.

Pese al esfuerzo bélico y el cada vez mayor apoyo occidental (y de China) a los fundamentalistas afganos conocidos como muyahidín (mismo nombre con el que se designan hoy los talibanes), el régimen socialista afgano seguía sacando adelante su programa reformista.

En 1988, la URSS acuerda retirar sus tropas. Sin embargo, pese a la creencia occidental que el régimen socialista afgano se derrumbaría en unos meses, aguantó CUATRO AÑOS MÁS. Muestra del apoyo de un importante sector de la población. El régimen socialista había modernizado el país, aumentado el porcentaje de la industria en el PIB nacional y había aumentado el porcentaje de población urbana, zonas donde tenía el control absoluto frente a la zona rural, más afin al islamismo fundamentalista aliado a EEUU

Sin embargo, el régimen socialista afgano estaba perdiendo la guerra. La experiencia modernizadora de Afganistán, el sueño de un país mejor, el régimen que había llevado la educación a miles de hogares o un astronauta al espacio antes que España, estaba languideciendo.

Los reaccionarios apoyados por EEUU, Pakistán y Arabia Saudí estaban ganando. Jamás soportaron un régimen como el de Saur. Como señalaba este reaccionario islamista “Los comunistas querían que todos fueran iguales, mujeres y hombres, y eso va contra la ley de Allah”