Nacional

¡Hasta siempre Tomás!


24 junio, 2021 @ 8:32 pm

¡Hasta siempre Tomás!

Citlalli Hernández Saad @citlatopia

No tengo fotos con Tomás Rojo, nomás encontré ésta de agosto de 2014, para ese entonces aún no comenzaba su exilio en la Ciudad de México. Me acuerdo cuando lo conocí, estaba sentado en el tronco que ocupan los que alguna vez fueron gobernadores de Vícam. Fue en una de las sesiones de la Consulta a la Tribu Yaqui sobre la operación del Acueducto Independencia; la primera vez que viajé a Sonora y conocí a la Tribu Yaqui.

Tomás estuvo exiliado en la Ciudad de México porque tenía una orden de aprehensión en su contra como parte de una estrategia de criminalización del gobernador panista Guillermo Padrés. Para una persona yaqui hablar de exilio es hablar de una historia profunda de despojo y violencia en su contra.

Tomás era fuerte, pero esos meses, casi un año, fueron muy duros. Sus zapatos ya estaban muy desgastados de la suela, su sombrero ya estaba todo lleno de agujeros, extrañaba con una nostalgia contagiosa sus tortillas de harina (aunque a cada rato algún viajero sonorense le traía un poco). Un día le pregunté qué era lo que más extrañaba, me dijo suspirando que extrañaba su caguamanta; un platillo típico de la región hecho con un caldito de raya. Me dijo que era lo que más extrañaba porque era lo único que no le podían traer desde allá porque era imposible. A mí me pareció que no era tan imposible, así que en el próximo viaje que hice a Obregón armé un plan para traerle caguamanta.

Iba yo con Andrea y llegando a Obregón le pedí al compa que fue por nosotros al aeropuerto, que me llevara a comprar la caguamanta, la anduve paseando todo el día y la llevaba conmigo a donde hubiera aire acondicionado para que no se me echara a perder. Ahí el botesote antojando a todo mundo que entraba a las juntas. ¡Casi no lo logro! Le avisé que llevaba aquello y entonces me dijo que llegaba a la oficina para comer. Al día siguiente llegó con otros 5 compas y armamos una comilona súper chida ahí en la salita de juntas, con la bandita de Serapaz mientras nos contaba cómo iban los preparativos de la Caravana que estaba organizando.

tomás rojo yaqui asesinado

Así transcurrieron los días del exilio de Tomás, anduvo recorriendo todo el país, conectándose por las noches con la gente de la Tribu, hablando en lengua yaqui para evitar que los orejas que infiltraban los teléfonos entendieran todas las comunicaciones. Yo tuve esos meses el privilegio de aprender un montón de cosas del vocero de la Tribu Yaqui.

Me duele profundamente su asesinato y saber de la difícil situación que atraviesa la Tribu. Pero estoy segura de que Tomás dejó bien sembrada la semilla, lo vamos a extrañar, y desde acá le recordaré también como el maestro y el luchador social que fue.

¡Hasta siempre Tomás!

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