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#PoderPrieto En México se matan los sueños por el color de piel


30 mayo, 2021 @ 9:21 am

#PoderPrieto En México se matan los sueños por el color de piel

Hace unos años ya, en mi periodo de universitario en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, salía de clases con uno de mis mejores amigos y debatíamos sobre el racismo en México. Ingenuamente le decía que en este país ese no era el mayor problema, que había prioridades como la pobreza y la lucha por la igualdad de los salarios entre hombres y mujeres, por mencionar algunas. Mi amigo, Mauricio, con su peculiar liviandad de carácter me detuvo con la mano en el pecho en seguida, con una sonrisa en el rostro y me propuso un reto: “el día de hoy ponte a observar a todas y todos los policías de esta ciudad de regreso a tu casa, y si tienes oportunidad observa a la gente de intendencia, a los obreros, a la gente más humilde… cuéntalos; me dices mañana cuantos güeros viste”. Confieso que no entendí su comentario en el momento, además de burlón me pareció clasista, cambié de tema y me retiré de inmediato e incómodo.

Existe en México una gran correlación entre el color de piel y la condición socioeconómica

El investigador Federico Navarrete en un artículo reciente titulado La blanquitud y la blancura, cumbre del racismo méxico (Revista de la Universidad, 2020) logra visualizar a partir de estudios sociológicos como el del proyecto PERLA de la Universidad de Yale (2010), el de la encuesta de Movilidad Social del INEGI (2017) y el del Seminario sobre Desigualdad Socioeconómica de El Colegio de México (2019) que existe en México una gran correlación entre el color de la piel y la condición socioeconómica. El reto propuesto por mi amigo universitario iba más allá de un juego estudiantil, Mauricio estaba analizando el problema del racismo en México con una perspectiva más amplia que la mía. Años después descubro, no sin pudor, el error de mi obstinación al creer que el racismo en México era un problema “secundario” y que en el calor de aquel debate yo sobresalí solamente por mi ingenuidad.

El racismo en México es un problema que debe atenderse con urgencia y prioridad. Con prioridad si entendemos que es acumulativo y estructural (No es lo mismo ser mujer u hombre blanco de ciudad con oportunidades de acceso al estudio, que ser mujer u hombre indígena, no habitante de la ciudad, hablante de una lengua originaria sin acceso a educación). Con urgencia si entendemos que este racismo es silencioso.

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Imagen: AristeguiNoticias

#PoderPrieto

El activismo antirracista a través de la campaña “Poder prieto” que recientemente ha promovido el actor Tenoch Huerta junto con Maya Zapata, Yalitza Aparicio, Mabel Cadena, Ianis Guerrero y más es un grito, un rugido que este país debe escuchar, no es ni el primero ni el último, pero es real, justo y necesario. En un país donde no queremos ver lo que se nos presenta de frente, donde no queremos escuchar, es necesario gritar más de una vez, hacer aparecer el problema una y mil veces. “Al sororo rugir del cañón” han tenido que gritar los últimos años las mujeres, tu madre, mi hermana, tu hija. “Poder prieto” han, hemos y tendremos que gritar de ahora en adelante para que este país no se hunda en el pantano de la violencia sistémica por un racismo silencioso.

Las actrices y actores, artistas en sentido general, están cansados de interpretar el papel del delincuente, de la señora que limpia la casa, del violador, de la muchacha chambeadora poco inteligente, de no poder acceder a un protagónico. ¿El motivo y/o justificación por parte de productoras, guionistas y gente de poder en la industria? Que todas estas personas son morenas, o mejor dicho “prietas” como se suele decir comúnmente. Durante años las y los artistas se quedaron callados. ¿Para qué hablar de más? “Es que no le echas ganas”, “¿Cuándo has visto a un blanco robar?” “Confórmate con lo que te están dando y agradece”: el racismo silencioso en el ápice de su violencia opresora.

Aquí se matan los sueños por el color de piel

No lectora y lector, aquí no es tan grave la situación como en Estados Unidos, aquí no se mata a las personas como el caso de George Floyd por su color de piel. Aquí se matan los sueños, las posibilidades de crecimiento y de un gran desempeño social. Aquí en México no vemos a un policía blanco pisándole la cabeza a un hombre de su color opuesto hasta disfrutar verlo morir. Como lo decía mi amigo menos ingenuo que yo, “¿Cuántos policías “gueros” contaste el día de hoy?” Y nadie ha dicho que está mal ser policía, trabajo por más respetable, de gente honesta que trabaja para ser mejor cada día. La pregunta es ¿Por qué las personas privilegiadas “gueras” le tienen tanto odio a las y los policías de este país?

El filósofo francés Jacques Ranciere nos ha dejado bastante claro que el odio que existe por lo general hacia una democracia es el odio hacia la igualdad. Por su parte, una sociedad igualitaria sería aquella en la que se respetara la igualdad de las inteligencias sin importar el género o el color de piel de cada sujeto político. Dicha igualdad, nos dice Ranciere, conduce al poder de todos, al poder de cualquiera. El grito reciente del #PoderPrieto es el grito por la igualdad de las inteligencias, es decir, el Poder Prieto ha de ser el poder de todas y todos, el poder de cualquiera para acceder a las mismas oportunidades, a los mismos espacios protagónicos, de decisiones importantes para el país, sin importar su pigmentación de piel porque “mi piel se respeta, mi piel suda, en mi piel no hay duda, mi piel ama, mi piel es pura sabrosura”.

Raciel Rivas, prieto a mucha honra

4 de marzo, 1990. Tehuantepec, Oaxaca. Estudiante de posgrado en Filosofía Política y Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM.

3 comentarios
  1. Hortensia Carrasco

    Hola Raciel, mi hija estudia Ballet y por su color era molestada por sus compañeras, quienes, efectivamente le decían Prieta y la veían como una apestada, incluso las maestras en ballet eligen a las blancas para los papeles principales y si se da el caso de que alguna morenita haga el Cisne blanco, las alumnas se burlan diciendo: y ese cisne café, qué hace ahí.

    • Iván Avilés

      Hola Hortensia, regularmente no comento o respondo pero pues entiendo lo que pasa tu hija, lo lamento, pero mientras cuente con el apoyo de su familia y amigos y ella entienda la diferencia de los tipos de piel y como esta no hace a la persona podrá dar un gran paso para no generar heridas emocionales profundas, orientenla, platiquen, que conozca ejemplos de muchas personas que no solo en México sino en todo el mundo han tenido que luchar contra esta visión del ser blanco superior, que se sienta orgullosa de lo que es, de su color y de su raza, seguramente un cisne blanco de piel morena bailando en otro país será mucho más atractivo que un cisne blanco que se ve siempre, no sé, hay muchas cosas que comentar pero que el amor de madre sea tu guía para ayudar a tu hija y que el amor a ella misma sea su fortaleza y faro, abrazo! Y Saludos Raciel

    • Raciel Rivas

      Hola Hortensia, lamentablemente este país sigue operando así. Como bien dice Iván Avilés más abajo, ella lo que necesita en principio el apoyo en su familia. Si la familia modifica estos modos de pensar estarán ustedes haciendo (y no lo digo en broma) una verdadera revolución. La estructura de la sociedad es la familia, por ahí empieza el machismo, el racismo y todos sus derivados. Te sugiero que le des mucho amor y confianza a tu bella hija y que le hagas entender que no es un tema personal con ella, es social. Poco a poco iremos transformando estos modos violentos de tratarnos diferente por nuestro color de piel. Abrazo a ambas y que ese hermoso cisne cumpla todos sus sueños.

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