AMLO no polariza a México; refleja su desigualdad
Rafael Reséndiz Rodríguez
La polarización en México no es nueva. Se ha manifestado claramente en varios momentos de nuestra historia reciente, aunque casi siempre ha sido neutralizada por el silencio y complicidad de los actores políticos y mediáticos durante décadas.
Algunos ejemplos: 1968 (con el Movimiento estudiantil-popular); en la Guerra sucia de los años 70s.; en 1988 (con el fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas y la incipiente izquierda electoral); en 2006 (con el fraude electoral contra AMLO) y en 2018-2020 (con la derecha “moralmente derrotada” y su corifeos contra el gobierno de López Obrador). A qué se refieren esos susodichos corifeos cuando, categóricos, afirman que hay polarización en México. Que den gracias esos jilgueros y sus patrones de que nos ha salido barata este medio siglo de polarización, gracias a la paciencia y estoicidad del pueblo mexicano.
La polarización evidenciada hoy día, se manifiesta gracias al trastrocamiento del orden comunicacional, donde los medios horizontales (redes sociales y sus emergentes comentócratas) compiten de tú a tú con los medios verticales (la prensa, la radio y la televisión chayoteras).
Si éstos apenas se percatan de que hay polarización, pues ése es su problema, por falta de perspectiva histórica de un fenómeno de comunicación que fue emergiendo paulatinamente, desde el fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, quien por cierto nunca tuvo la mínima atención de los medios chayoteros de entonces, y aún así compitió de tú a tú en una elección de Estado contra el poderoso PRI… y lo derrotó.
Hoy día que se visibiliza y se verbaliza la polarización a través de los nuevos “medios horizontales”, es cuando les preocupa a los “moralmente derrotados” que se manifieste, pues ya no son ellos los únicos dueños de la “verdad”, y se ven impedidos para inhibir y neutralizar la polarización que han negado y ocultado durante medio siglo. A esos actores políticos y mediáticos les hace falta, además de un “baño de pueblo”, conocer de cerca las distintas realidades que se viven en este país, que lo tienen polarizado desde hace cincuenta años.