FRENA: pedagogía de la reacción
Mauro Jarquín Ramírez @MaurroJarquin
El Frente Nacional AntiAmlo (FRENA) representa una avanzada estratégica del segmento más radicalizado de la oposición de derechas a la 4T, lo cual resulta claro en su programa y liderazgo.
Gilberto Lozano ha sido el rostro más visible de la organización. Ex directivo de FEMSA, exfuncionario federal en el sexenio de Vicente Fox y vinculado también a distintas organizaciones élite en el medio empresarial, consolidó su discurso antipartidista durante el sexenio de Felipe Calderón, periodo en el que conformó el Congreso Nacional Ciudadano, antecedente del FRENA.
El origen de FRENA
El Frente se presentó en el mes de abril del presente año. Desde entonces distintas organizaciones anticomunistas, provida y “liberales” han mostrado gestos de simpatía o adhesión. Es importante decir que el FRENA no es una ocurrencia momentánea, sino parte de un proyecto elitista de restauración conservadora que permea en ciertos sectores dominantes.
Considerar lo anterior resulta útil en un contexto en el cual, ante el gran apoyo popular del cual aún goza López Obrador, la caricaturización de las formas de participación política de las derechas ha sido un lugar común. Esto tampoco es extraño dado el material polémico que han ofrecido las recientes protestas de la organización, incluidos sus desangelados campamentos en la Avenida Juárez o el Zócalo: casas de campaña vacías, manifestantes que se asisten de cargadores para transportar sus pertenencias, carteles en inglés con la leyenda “AMLO you are not qualified for this job”, plegarias católicas a los cuatro vientos o un “¡Lárgate López, te odio con toda mi alma, perro!” dirigido al presidente.
Para la gran mayoría de mexicanos, el FRENA es considerado básicamente como una secta ultraderechista dirigida por un vehemente líder. Sin embargo, quienes forman parte de él, consideran que están conformando un movimiento social que -aunque mucho más virtual que real- busca hacer frente a una imprecisa “amenaza comunista”, producto de una conspiración regional denominada Foro de Sao Paulo, misma que busca destruir los cimientos de la democracia liberal, la propiedad privada y la familia tradicional.
Frenar la “dictadura”…
Sus esfuerzos se han encaminado en caracterizar al gobierno actual como una “dictadura” para, posteriormente interpelar a la ciudadanía respecto a lo que consideran son implicaciones negativas del lopezobradorismo. De esa forma, el FRENA es presentado, en palabras del propio Lozano, como el aglutinador de una “masa crítica” conformada por “líderes” que han de articular a los “cinco millones” de ciudadanos necesarios para derrocar la amenaza totalitaria. Es decir, es un actor primordial en la pedagogía pública de la reacción.
Para Jennifer Sandlin y otros, la pedagogía pública se define como “actividades educativas y de aprendizaje que se desarrollan en espacios y discursos extra institucionales”. En este proceso pueden intervenir medios de comunicación, intelectuales, movimientos y discursos políticos de variada naturaleza con sus respectivas prácticas sociales.
Ahora protestan los que siempre se quejaban de las marchas y plantones
El Frente ha intentado desarrollar dicha práctica pedagógica a partir de dos dimensiones: a) la apuesta por el aprendizaje en la organización social por parte de élites que nunca habían pisado las calles con el motivo de la protesta y b) la difusión de un mensaje de alerta a la población en general, aunque con dedicatoria especial a sectores empresariales, religiosos, burocráticos y partidistas que han visto amenazados sus intereses a la luz del gobierno de la 4T y de las fuerzas sociales que le acompañan.
La pedagogía de la reacción desarrollada por el Frente busca generar capacidades organizativas en sectores dominantes, articular a otras expresiones derechistas a un programa común de resistencia al lopezobradorismo y difundir un discurso alarmista sobre la situación política en curso con el apoyo de las redes sociales y medios de comunicación nacionales e internacionales.
Sharp, el gurú intelectual de los integrantes de FRENA
En gran medida, la práctica política del FRENA es producto de una interpretación muy particular de los postulados de Gene Sharp, intelectual estadounidense de la Guerra Fría vinculado a la “CIA en Harvard”, a quien los líderes del Frente reconocen como su “gurú” intelectual. Sharp desarrolló una prolífica obra sobre los movimientos sociales no violentos y la “destrucción de las dictaduras” que ha gozado de amplia aceptación en movimientos a lo largo y ancho del planeta que, dicho sea de paso, a menudo han gozado de cobertura mediática por parte de las grandes cadenas televisivas estadounidenses. Su libro más discutido se intitula “De la dictadura a la democracia”.
El texto ha sido tomado como un manual para la acción no-violenta por parte de movimientos en todo el mundo, incluidos segmentos de la derecha venezolana en el contexto regional. En dicha obra se encuentran algunos “métodos” como la utilización de banderas nacionales en manifestaciones, el desfile de vehículos, la realización de procesiones religiosas o la mofa de funcionarios, así como la búsqueda de encarcelamientos por parte de la supuesta dictadura a combatir, con el fin de minar paulatinamente su capacidad de respuesta, sus bases de apoyo y su aceptación en la ciudadanía. Los métodos mencionados previamente han sido utilizados en la estrategia del Frente. De esta forma, aquellas intervenciones públicas que han sido descritas como un remanente cristero, apuntan también a algo distinto.
¿Cuál es la estrategia de FRENA?
Con el desarrollo de dichas formas de protesta, el Frente plantea tensar la coyuntura lo más que se pueda, aunque ello no necesariamente conlleve a derrocar una dictadura que simplemente no existe. Sin embargo. lo importante aquí no reside en la argumentación de dichos sectores conservadores, sino las puestas en escena que buscarán llevar a cabo de forma más recurrente, con el fin de “evidenciar” cada vez más la naturaleza represiva del actual gobierno, y con ello sumar más voces a su causa, la cual, por cierto, trasciende con mucho el sexenio actual.
Pese a lo inconsistente y políticamente irrelevante que ha parecido hasta el momento la intervención del Frente en el espacio público, resulta importante dar un seguimiento puntual a sus procesos pedagógicos. No es que la ultraderecha “no tenga proyecto alguno”, sino que hasta el momento, se ha mostrado sumamente limitada respecto a su impulso de restauración. Considero que es necesario tomar esto en consideración para el fortalecimiento de contra-estrategias que permitan consolidar el campo popular y hacer avanzar cada vez más la agenda democrática, progresista y de izquierdas en ese gran campo en disputa denominada 4T.
Por lo pronto, ante la movilización de días recientes, el Financial Times ya ha mencionado que “El presidente populista de México enfrenta una reacción violenta del pueblo”, sectores provida se han mostrado solidarios a la causa (particularmente aquellos aglutinados en el Frente Nacional por la Familia) y otros abiertamente neofascistas buscan sumarse de alguna manera, aunque aún tímidamente. Pese a actuar en un escenario complicado, la ultraderecha se sigue moviendo.
Ante la pedagogía de la reacción, resulta imperativa una de carácter transformador. ¿Cómo re-construirla en tiempos de la 4T?