México y Argentina distribuirán vacuna contra Covid-19
Diego P. Alba
@diegop_alba
La necesidad de una nueva diplomacia para la salud global
La pandemia por covid-19 ha exhibido la necesidad global por la renovación de los mecanismos de cooperación internacional y seguridad sanitaria. Desgraciadamente, la diplomacia para la salud no había sido considerada como una de las prioridades en la agenda de la “alta” política internacional, específicamente, en América Latina.
A partir de los embates sufridos por la pandemia, los gobiernos han decidido afrontar esta problemática poniendo en marcha distintas estrategias de cooperación no solamente sanitarias, sino también económicas, sociales y comerciales para beneficio del continente. Este es el caso de la nueva estrategia conjunta entre los gobiernos de México y Argentina, laboratorios científicos del sector privado e instituciones académicas para el desarrollo, producción y distribución de una de las vacunas más prometedoras contra la covid-19.
El primer acercamiento se dio durante la reunión de empresarios en la Casa Blanca
El primer acercamiento para el esbozo y la posterior planeación de este ambicioso proyecto se gestó en medio de la reunión entre empresarios mexicanos y estadounidenses en la Casa Blanca celebrada en honor a la visita de Andrés Manuel López Obrador a Donald Trump en julio pasado. En ella, se hizo efectivo el cabildeo del gobierno mexicano logrando que Fundación Carlos Slim pudiera financiar la producción y distribución de la vacuna en México sin fines de lucro, lo que se traduciría en un costo final que rondaría los 3 o 4 dólares estadounidenses (alrededor de 90 pesos mexicanos), una vez lista y aprobada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
La importancia diplomática de esta reunión radica en el adecuado manejo de las relaciones entre sector privado y gobierno en un ámbito internacional con fines humanitarios. Históricamente, la colaboración entre estos dos grupos ha sido complicada debido a la desconfianza por la susceptibilidad de corrupción. Pese a ello, en esta ocasión, la estrategia se vislumbra más transparente que en otras ocasiones en razón de la emergencia sanitaria y la cooperación internacional.
Cooperación científica
En un segundo aspecto, se encuentra la cooperación en materia científica. A saber, la Universidad de Oxford en Reino Unido y el laboratorio anglosueco Astrazeneca, acordaron colaborar en la creación de la vacuna contra el covid-19 desde hace ya varios meses. Actualmente, dicha vacuna se encuentra en fase tres, momento en que estará siendo probada en un grupo grande de la población evaluando su eficacia y seguridad. Una vez garantizada, la vacuna comenzara a distribuirse entre los países que la soliciten.
Ahora bien, para los gobiernos de México y Argentina, el conocimiento de este avance científico en Reino Unido significa una posibilidad para hacerse de la vacuna en un mediano plazo una vez que la solicitasen pero, la alternativa de generar la vacuna dentro de territorio de Latinoamérica resultaría en la reducción de ese plazo de entre 6 meses y un año.
Una cadena de producción latinoamericana
Antes esta posibilidad, la comunicación e interés de los dos gobiernos fue clara: Lograr una cadena de producción latinoamericana que acorte el tiempo de espera por la vacuna.
La diplomacia mexicana y la argentina, en conjunto, lograron entablar un acuerdo de tres bandas entre la Universidad de Oxford y Astrazeneca, por un lado; el laboratorio argentino mAbxience y el mexicano Liomont, por otro; y los gobiernos de ambos países. Astrazeneca aceptó trasladar la producción a Argentina para que mAbxience fuera el encargado de crear la vacuna en Latinoamérica para su posterior exportación a México, en donde Liomont fungirá como el responsable de su envasado y distribución regional.
¿Una relación ganar-ganar?
La nueva estrategia para la salud planteada para la producción y distribución de la vacuna en Latinoamérica puede ser un logro mayúsculo para su población y los gobiernos de Argentina y México pues habrán obtenido muchas ventajas de ello:
- Argentina y México estarían en condiciones de aplicar la vacuna en sus países entre seis meses y un año antes de lo que lo hubieran podido hacer en caso de no establecer la cadena de producción latinoamericana. Esta ventaja busca ser extensiva a toda Latinoamérica con excepción de Brasil, país que cuenta con un acuerdo vigente similar con Rusia.
- Lograrán atender una de las preocupaciones sanitarias más grandes de los últimos años cuyas consecuencias inmediatas se verán hacia la reactivación de las economías en ambos países. El flujo de las exportaciones Reino Unido-Argentina-México ayudará a aumentar el flujo económico y fomentará la creación de empleos; además, una vez suministrada la vacuna a la población, las políticas de distanciamiento social podrán ser removidas, de esta manera que las empresas y negocios volverían a laborar con mayor normalidad.
- Argentina y México se posesionarían en el escenario regional como líderes latinoamericanos, aumentando su reconocimiento e influencia en asuntos de interés general. México no deberá dudar en ayudarse de esta estrategia para refrendar su posición en su próximo periodo como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, mostrando un profundo compromiso por la cooperación para el desarrollo y el mantenimiento de la seguridad internacional.