¿Cómo funciona el sistema inmune ante virus y bacterias?
En la última semana hemos leído en redes sociales y medios de comunicación sobre la “inmunidad de rebaño” a raíz de los resultados que tuvo esta estrategia en Suecia. Por ello, en esta ocasión entrevistamos a la doctora en ciencias, especializada en inmunología y toxicología, Susana Godina González, investigadora de Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas, para que nos explique cómo funciona el sistema inmune ante el Covid-19.
La madre de todas las batallas
Primero, y lo más importante, ¿qué es la inmunología? “en términos llanos la inmunología estudia la respuesta de un organismo ante un agente que le causa daño, puede ser un agente patógeno externo como un virus, bacteria o parásito; o puede ser un agente interno como una célula tumoral, un agente físico, una quemadura, la temperatura, el calor, un golpe, un compuesto químico, etc., que despierta señales de alarma en las células que identifican como agresión y genera una respuesta. El sistema inmune responde a todo lo que cause un daño”.
Entrando en materia, la Pandemia por Covid-19 la causa el virus SARS-COV-2, pero ¿cuál es la diferencia entre un virus y una bacteria? “una bacteria es un organismo (célula) que tiene capacidad de reproducirse por sí misma, tiene membrana celular y al interior tiene el material genético y toda la maquinaria que requiere para replicarse bajo ciertas condiciones y de manera independiente. Por el contrario, un virus, por sí mismo, no puede replicarse. Se trata de una partícula que tiene una membrana (cubierta o cápside) y en su interior está el material genético, por sí mismo, un virus, no puede replicarse, requiere de una célula, incluso puede infectar una bacteria o una célula eucarionte (célula humana), es decir, que tiene núcleo. Ahí toman posesión de toda la maquinaria de la célula para poder reproducirse y generar muchas copias de sí mismo.”
Organizando a los ejércitos, ¿es posible fortalecer al sistema inmune?
Sí es posible, si no hay ningún tipo de mutación o alteraciones genéticas, es posible fortalecerlo, explica la doctora Godina González. “El sistema inmune se compone de células que para reproducirse requieren proteínas, vitaminas; por ello, una buena alimentación, variada, que contenga frutas, verduras y los componentes proteicos necesarios, así como sales y minerales, ayudará a fortalecer el sistema inmunológico y su adecuado funcionamiento.” Pero también, nos explica, ya desde tiempos de Tucídides, que describe las guerras del Peloponeso, se hablaba de que las personas enfermas decaen anímicamente, es decir, que el estado de ánimo desata neurotransmisores capaces de inhibir al sistema inmune y viceversa, los estímulos positivos y agradables también generan que las células del sistema inmunológico responda más eficientemente. Por eso, se recomienda liberar el estrés, por ejemplo, con ejercicio”. Y apunta que actualmente hay estudios que analizan la relación entre el estado de ánimo (neurología), el sistema inmune y el endocrinólogo.
“Si conoces al enemigo y a ti mismo, no debes temer el resultado de un ciento de batallas”
Después de explicarnos qué es la inmunología, la diferencia entre bacterias y virus y la forma en que podemos fortalecer el sistema inmunológico, la doctora Susana Godina nos explica cómo funciona este sistema ante la presencia de un patógeno externo desconocido. Primero, explica, “el sistema inmunológico tiene muchas barreras, las primeras son la piel y las mucosas y en ambas hay células que se encargan de detener a las bacterias o virus. A esas células se les llama fagocíticas, porque ingieren o comen a los agentes infecciosos y los destruyen. También hay células citotóxicas que destruyen a las células que han sido infectadas por un virus, por ejemplo. Estas son las primeras barreras, cuando una persona está sana, sin alteraciones, estas barreras funcionan bien.”
“Si los agentes extraños han entrado al cuerpo por vías respiratorias, las células de las mucosas tienen vellosidades y moco y ahí se acumulan los agentes externos y se forman partículas de gran tamaño que se empiezan a sentir en la garganta, así como una sensación de ganas de toser y estornudar que son mecanismos de respuesta innatos para expulsar esas partículas. Estas células, que se comen al virus, en este caso, también lo cortan en pedacitos, como si lo cocinaran, y esos pedacitos los transportan a las membranas de las células fagocíticas y hacen una presentación que se llama “presentación antigénica” y luego lo llevan a los Linfocitos T que son los ganglios, como las amígdalas, que están en todo el cuerpo.”
“Estos Linfocitos T reconocen el pedacito de virus que está en la membrana de las células fagocíticas, a las que ahora se les llama “células presentadoras de antígenos”, lo reconocen y lo activan y si son linfocitos citotóxicos matará a las células infectadas produciendo citocinas (proteínas) que activarán a más células como las “células asesinas NK” o natural killer y a los Linfocitos B que van a producir anticuerpos que tienen muchas funciones: neutralizar al virus, ya no permite que reconozca a la célula blanco, activar mecanismos inmunológicos, favorece la fagocitosis por parte de las Células NK, etc.”
“En cuanto los Linfocitos T se activan, comienza otro proceso de la respuesta inmune denominado “respuesta adaptativa” que es un reforzamiento y también se genera memoria; es decir, que los Linfocitos B y Linfocitos T activados en un futuro encuentro con ese virus van a responder más rápido. La primera vez este proceso tarda siete días más o menos, pero la siguiente vez ya habrá linfocitos de memoria que en uno o tres días responderán.
Este virus es particularmente agresivo, debido a sus características no se pueden dar tratamientos adecuados porque ataca a los neumocitos Tipo 2, que se encuentran en los pulmones, y que tienen una proteína por donde entra el virus a la célula infectándola y provocando inflamación, en estas condiciones no se ha podido utilizar el antiinflamatorio más común, Ibuprofeno, pues está contraindicado porque induce la expresión de esa proteína, es decir, que si aumenta esa proteína aumenta la infección.
Así, “la enfermedad se agrava por no poder controlar la inflamación que produce. Debido a la inflamación hay una sobreproducción de citosina generando un desequilibrio y como hay receptores en todos los órganos se produce “una tormenta de citosina” o algo similar a un “choque séptico” y destrucción de glóbulos rojos. También, la acción de las células citotóxicas, al matar a la célula infectada, liberan muchas sustancias que generan la destrucción de los neumocitos Tipo 1, que se encargan del transporte de oxígeno, y por ello el paciente empieza a sentir que le falta el aire, que no puede respirar, porque ya no puede oxigenar a los glóbulos rojos. Al mismo tiempo se activan vías de coagulación de la sangre y se produce la “coagulación intravascular diseminada” provocando la posible formación de coágulos en el riñón, en el cerebro o en otros órganos.”
Inmunidad de rebaño, todos para uno y uno para todos
En las últimas dos semanas se ha hablado de “inmunidad de rebaño” ¿nos podría explicar de qué se trata y si es una estrategia útil? “si una persona produce células de memoria se producen anticuerpos que pueden durar meses en el plasma y las células de memoria duran años y están produciendo anticuerpos y, cuando es así, esa persona ya no se infectará y por tanto no infecta a los que tiene cerca.” Entonces, “la inmunidad de rebaño, o más bien inmunidad colectiva, se refiere a que hay un porcentaje de la población suficiente para que la bacteria o el virus ya no se transmita de una persona a otra. Se trata de individuos inmunizados, así está protegido él y quienes están a su alrededor.”
¿Cuál es el porcentaje de población suficiente para lograr la inmunidad colectiva?
Para el caso el caso de Covid-19 alrededor de 70% porque es un virus muy infeccioso, pero también como es un virus nuevo este es un cálculo que hoy tenemos con base en los casos de contagio que ha producido un contagio activo y que es de tres personas, es decir que una persona puede contagiar hasta tres más. No es que la estrategia de “inmunidad colectiva” no funcione, sino que estamos ante un virus muy agresivo.
También, la doctora Godina nos informa que en la UAZ están por empezar un análisis sobre inmunidad colectiva “vamos a tomar plasma de individuos, primero a la población universitaria, pues al rector le interesa la salud de la comunidad, y vamos a hacer pruebas serológicas para identificar si hay anticuerpos IGM e IGG. Si se presentan estos anticuerpos quiere decir que el individuo estuvo en contacto con el virus y no presentó la enfermedad; individuos que tuvieron contacto con personas que presentaron la enfermedad, y también vamos a analizar a individuos que se recuperaron, serán tres grupos a estudiar. El objetivo es ver cuánto se alcanzó de inmunidad colectiva en el estado de Zacatecas y saber cómo se distribuyó el virus en todo el estado, cuál fue su comportamiento.
Plasma convaleciente ¿arma de destrucción masiva contra Covid 19?
También hemos escuchado en la última semana que a algunos pacientes se les ha tratado con plasma de pacientes recuperados por Covid-19, ¿nos puede explicar cómo funciona esto, de qué se trata? “Los primeros anticuerpos que se producen son los IGM (capacidad neutralizante) y luego los IGG (fagocitosis, etc.) presentes en sangre, principalmente, y los IGA principalmente en mucosa. En la sangre de los que estuvieron infectados se encuentran esos anticuerpos y por ello el plasma, que es la parte líquida de la sangre, donde se encuentran, entre otros, los anticuerpos IGM e IGG, que neutralizan la proliferación del virus, por ello se está aplicando a las personas que inician el proceso de infección. El plasma convaleciente va a generar mecanismos que neutralicen al virus en células infectadas de los pacientes.
“Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas”
Por último, ¿las vacunas cómo funcionan, cómo ayudan al sistema inmunológico? “tenemos dos formas de inmunizarnos ante un agente infeccioso, la natural y la artificial. Esta inmunización artificial, a través del uso de vacunas, es activa, es decir, que a un individuo se le introducen restos de un virus o bacteria atenuada y el organismo identifica a ese agente o proteína extraña y desarrolla una respuesta inmune ante ese agente. Como se trata de un microorganismo muerto o bacteria atenuada, no va a infectar ni a causar daño, se trata de una simulación de exposición y así el organismo produce anticuerpos contra ese agente patógeno. El organismo genera la memoria sobre este virus y así produce inmunidad.”
Nota: Los subtítulos entrecomillados son frases extraídas de “El arte de la guerra” de Tzun Tzun