La conspiración de los reptilianos

Actualmente padecemos un exceso de información y sobre todo accedemos a malas fuentes de la misma: nos enteramos de los acontecimientos relevantes a través de memes o youtubers. Por lo anterior y debido al ritmo vertiginoso del surgimiento de acontecimientos relevantes, nos vemos obligados a navegar entre “fake news” y en contraparte, a descubrir fuentes de información confiables por la red.

En medio de este difícil contexto social resultado de la pandemia y el confinamiento de la cuarentena, la gran mayoría hemos estado pensando la “verdadera” razón del surgimiento del virus SARS-CoV-2 y entre todo lo que he visto publicado en el Facebook, despertó mi interés la siguiente hipótesis:

Los reptilianos “soltaron” el virus para llevar a cabo el nuevo orden mundial. El coronavirus como una “cortina de humo” para poder lanzar los satélites e instalar las antenas de la nueva red 5G.

Aquí el aspecto conspiracionista radica en el encadenamiento de los siguientes supuestos: 1) crean una pandemia, 2) encierran a todos (cuarentena), 3) se prohíbe el uso del efectivo y las concentraciones masivas, 4) instalan 5G, 5) crean un chip nanométrico de control social y 6) lo inyectan en vacunas para administrarlo a la población mundial.

La dominación reptiliana

Una raza de reptiles humanoides se han hecho del control del planeta al inmiscuirse en las máximas cúpulas del control religioso, económico y político, con la absoluta convicción de esclavizar a los seres humanos y poder alimentarse de ellos. La existencia de los reptilianos constituye una de las más fuerte hipótesis (término que considero correcto en lugar de “teoría”) de conspiración. El investigador más destacado al respecto es el inglés David Icke, quien tiene una larga lista de libros publicados (más de veinte).

Hace un par de años un gran amigo me compartió un libro electrónico de Icke titulado “Hijos de Matrix. Cómo una raza interdimensional controla al mundo desde hace miles de años”, el cual consta de 20 capítulos y más de 600 páginas. Me atrevo a decir que dicho libro fue escrito consultando de manera rigurosa una infinidad de fuentes bibliográficas.

Las estrellas de Sirio son el probable origen de los reptilianos, quienes llegaron al planeta Tierra para dominar a los seres humanos, haciéndose pasar por Dioses que venían a enseñar los secretos de la vida; de ahí se deriva el interés y gran conocimiento astronómico propio que ostentaron diversas civilizaciones antiguas.

La apuesta de Icke radica en una minuciosa  revisión de los mitos y símbolos originarios de diversas civilizaciones (con muy distantes localizaciones) que tienen en común la figura de la serpiente como deidad fundamental: el simbolismo original fue disfrazado por los propios reptilianos mediante la creación del cristianismo y el islam, así como sus derivados.

Los orígenes de la humanidad controlada por los reptilianos se remonta a los extintos continentes de Lemuria y la Atlántida, los cuales se hundieron debido al cataclismo ocasionado por la irrupción de Júpiter en nuestro sistema solar, pues impactó a Venus, Marte y la Tierra hasta quedar “atrapado” en su órbita actual. Lo anterior, hizo que la tierra sufriera una grave alteración en su eje de rotación, provocando terremotos, erupciones e inundaciones que dieron lugar a una nueva configuración geológica de la Tierra.

Sí, según esta hipótesis, el gran Diluvio que orilló a Noé a crear su arca fue real. Con base en lo anterior, David Icke afirma que la primera gran civilización que señala la “historia oficial”, la de los Sumerios, fue en realidad una reconfiguración de las sociedades existentes en Lemuria y la Atlántida luego del cataclismo.

Las dimensiones son grados de vibración en las que habitan diferentes seres y los reptilianos viven en las más bajas frecuencias de la cuarta dimensión, mismas que colindan con los límites de la tercera dimensión, que es en la que habitamos los seres humanos. Los reptilianos tienen la capacidad de realizar metamorfosis, adquiriendo una apariencia completamente humana y así poder ingresar a la tercera dimensión y dominarnos.

Los reptilianos llevan miles de años entre nosotros, trabajando mediante las sociedades secretas (masones o illuminati, por ejemplo) y sus linajes actuales son lo que llamamos “realeza”. Icke también explica que todo lo que conocemos como magia, ocultismo, hechicería, etc., es una configuración de la triada palabra-color-símbolo para invocar a seres de otras dimensiones: los humanos, sin saberlo, invocan a los reptilianos y conjuran energías que no están listos para manipular.

Entonces, podemos decir que una hipótesis de conspiración plantea que un grupo de seres se reúne de manera secreta para trazar planes que implican la manipulación de los seres humanos.

Las posturas en torno a los reptilianos

Existe una infinidad de artículos que se pueden agrupar en dos bloques: aquellos que apoyan este tipo de posturas y aquellos que la tildan de ridícula. La explicación para desacreditar que me pareció más coherente parte de la psicología conductual: el ser humano tiende naturalmente a prevenir cualquier tipo de ataque y por ende, adopta este tipo de hipótesis para protegerse de diversos peligros.

También indica que la duda sobre el origen de ciertas situaciones hace que notemos patrones de regularidad en acontecimientos completamente aleatorios; así obtenemos una creencia que nos proporciona seguridad a través una explicación (por más disparatada que ésta sea) de lo desconocido. Añaden que la utilidad de las hipótesis de conspiración son alterar la opinión pública en los acontecimientos políticos de gran envergadura.

El pensamiento crítico y su desprestigio

El detener las protestas sociales extinguiendo las concentraciones masivas y la implementación del uso obligatorio de cubre bocas (algo muy simbólico en esta rúbrica), son otros supuestos de los partidarios de la hipótesis de la conspiración. Sin embargo, basta pensar que sería por demás difícil que a nivel mundial se implementaran medidas para que por ejemplo, el transporte público funcione permanentemente al ritmo de una contingencia viral; es decir al 30% de su capacidad de traslado para evitar aglomeraciones de personas y con ello la transmisión de enfermedades.

Lo cierto es que como ya todos lo percibimos, la atención mediática está completamente puesta en el coronavirus, dejando de lado otro tipo de sucesos de impacto social y ello alimenta la sensación de querer ocultar algo.

Se manifiesta una paradoja del conocimiento y sus fuentes de acceso: si son los reptilianos quienes controlan al planeta y quieren llevar a cabo sus malévolos planes, pondrán a nuestro alcance información que nos engañe y confunda; es decir, toda la información que podríamos considerar como fidedigna sería por definición, falsa. Y por el otro lado, toda la información que podría ser verdadera, difundida por valientes rebeldes  sería desmentida por la ciencia hegemónica controlada por los reptilianos.

Lo relevante de este asunto es el manejo de la información la actualidad y el futuro: todos sabemos que cada día nuestra realidad se desarrolla más y más en el ciberespacio y partiendo de ello, no basta guiarse con el dominio de una página para poder tomar su información como fidedigna. Incluso yendo más allá, podríamos hablar de un fin de la hegemonía de los estímulos audiovisuales como medios de transmisión de información (libros y videos). Pronto la realidad virtual nos hará literalmente sentir y no solamente escuchar y observar.

La investigación de David Icke es sólida. Sin embargo, al estar dentro del escabroso terreno de las ciencias sociales, no se puede llegar a hablar de una teoría porque sus explicaciones sobre el origen de los reptilianos son meramente hermeneúticas. Simplemente se trata de una hipótesis, que desde mi punto de vista, no está de más conocer, pero si el lector lo hará, debe ser de manera rigurosa y sin caer en el error de sólo acercarse a ella de manera superficial, mediante artículos en Facebook sin autor o videos de You Tube que no señalan sus fuentes de información.

 

Es asombrosa la polarización que se gesta en las redes: no por la expresión de diferentes formas de pensar, sino por el desborde de lo que se ha nombrado como “tirar hate”. Nos enfocamos en tratar de ridiculizar al otro, sin siquiera detenernos a investigar a detalle tal o cual postura.

 

Bibliografía:

Fuenmayor, Alejandro, 2019, “Cómo convencer a tu amigo conspiranoico de que los reptilianos no existen y la tierra es redonda”, en: https://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/11158/Como-convencer-a-tu-amigo-conspiranoico-de-que-los-reptilianos-no-existen-y-la-tierra-es-redonda/, consultado el 22 de abril de 2020.

 

Lijtmaer,  Lucía, 2019, “La era de los reptilianos”, en: https://elpais.com/elpais/2019/03/21/opinion/1553190541_750395.html, consultado el 22 de abril de 2020.