Lo de Las Américas evidenció irresponsabilidad y clasismo

Irresponsabilidad de unos

Los lamentables hechos sucedidos en el Hospital de Las Américas, donde varias personas agredieron al personal médico y los acusaron de que habían asesinado premeditadamente a su familiar, nos reveló varias cosas que ya sabíamos, pero que no habían sido tan evidentes como ahora.

Lo primero, es que todavía hay mucha gente que no cree que sea real el peligro que representa el COVID-19, y que por lo tanto, no han guardado la cuarentena, ni los protocolos de sana distancia, por tres razones, 1) ya sea porque les es imposible dadas sus condiciones socioeconómicas, 2) porque viven en una profunda ignorancia, 3) o por irresponsabilidad.

Clasismo y discurso de odio de otros

Lo segundo que evidenció fue el discurso de odio y clasismo que predomina en buena parte de los mexicanos. Esto lo pudimos constatar con la publicación del artículo: “Los están matando”; faltó decir quiénes: la pobreza y desinformación”. En éste, él autor puso su empeñó en analizar una realidad que también afecta el desarrollo de la pandemia. En ningún momento se pensó escribir una apología y, mucho menos una visión que romantizara la violencia, por el contrario, línea tras línea se intentó describir un panorama al que se enfrentan miles de personas.

Las condiciones de pobreza no justifican la violencia. Provenga de donde provenga, siempre será rechazada. Incluidos los comentarios agresivos. La publicación de dicho artículo generó un número importante de comentarios repletos de odio y egoísmo.

Diatriba o reflexión crítica

Hay dos formas de abordar este tema, haciendo una diatriba en contra de esas personas que en efecto fueron irracionales, pero hacer eso, te convierte en lo mismo que se critica. Lo que muchos quieren es lincharlos en sus redes, salir a decir que se lo merecían. Es cierto que lo que les pasó, es consecuencia de sus propios actos y deben hacerse responsables, pero el texto en cuestión lo que pretende (y esta es la otra forma de abordar el tema) no es alimentar el discurso de odio, mismo que está a la orden del día, sino hacer lo contrario, mirar a esa realidad social que los llevó a actuar de esa manera.

Mirar el hecho desde la empatía humana, requiere mayor esfuerzo, además de que en este momento ese tipo de artículos son impopulares. La otra manera de escribir sobre lo acontecido, que sería sólo juzgando, es más popular, pero aquí hay una ética periodística que obliga a desentrañar la realidad.

Sobre el uso y acceso a Internet

Por ejemplo, lo del dato de Internet, las personas que agredieron llevaban celular y subieron sus videos a Internet, sin embargo, el autor no habla de su realidad concreta de los agresores, sino del contexto social de buena parte del municipio de Ecatepec, donde se ha creado un imaginario falso que sostiene que no existe Covid, el autor describe una realidad que ni siquiera imaginamos muchos mexicanos. Y lo peor es que lo del hospital de Las Américas es tan sólo el inicio de otras escenas, y quienes van a poner más muertos, son esas mismas personas en marginación, hacinamiento, en resumen, nos quedamos con lo que dijo Gatell ayer 2 de mayo, cuando comentó sobre estos hechos: si queremos buscar un culpable, es en la desinformación, pues esa gente no ve las conferencias de las 7pm (ojo, no porque no tenga un televisor, sino porque se “informa” a través de otros medios, lo mismo pasa con Internet, tener acceso al ciber espacio no garantiza que consumamos los mismos contenidos) y esos medios amarillistas son los mismos que lucran con notas falsas y luego juzgan a esa gente. No es romantizar al pobre, es describir una realidad.

Veamos más allá de nuestra realidad inmediata

Es mucho más fácil descalificar desde el individualismo que analizar una realidad más compleja. Responder a una problemática social con discursos de odio, no es más que la perpetuación del círculo vicioso de violencia y división que tanto daño le provoca al país.

La realidad más allá de nuestras redes sociales

Cada suceso de actualidad está atravesado por una larga serie de acontecimientos. Los sucesos del Hospital de las Américas no son la excepción. El acto agresivo contra el personal médico no debe observarse y juzgarse con la simplicidad acostumbrada en las redes sociales. Alrededor de este acontecimiento existen distintos factores, entre muchos otros, el de la pobreza, otro, la marginación, uno más, la ignorancia. Estas son las profundidades del artículo.

Lamentamos la delicadeza emocional con que muchas personas se enfrentan a las distintas realidades. No obstante, no podemos cambiar la ruta que hemos construido a lo largo de los años. La opinión sustentada en el análisis es nuestra mejor carta de presentación. No podemos, ni debemos, ni queremos cambiarla.

 

Atentamente

Comité Editorial de Revista Consideraciones