Parásitos retrata la lucha de clases pos moderna
Cuando vi Parásitos lo primero que pensé fue que reflejaba la lucha de clases en su versión posmoderna. Marx señala en el Manifiesto del Partido Comunista que la historia del hombre es la historia de la lucha de clases. En el sistema capitalista, esta lucha se da entre la clase proletaria, y la clase burguesa que posee los medios de producción. Los proletarios sólo tienen su fuerza de trabajo. Nada más.
Lucha de clases sin conciencia de clase
Parásitos es la lucha de clases posmoderna, con una muy evidente división de clases, pero poca o nula conciencia de clase. Lo que hace que la familia pobre entienda su posición son los acontecimientos que se van manifestando a partir de un hecho concreto que la pone en relación con la familia millonaria. Los acontecimientos ocurren en el microcosmos de la cotidianidad. Como estamos en el plano subjetivo, sobre lo que me interesa reflexionar es que la conciencia de clase de la familia pobre (que además ni siquiera es proletaria, pues está en el subempleo, más bien pertenece a los ejércitos de reserva que están a la espera de poder vender su fuerza de trabajo) se manifiesta a partir de la relación directa con la familia rica. Y la relación simbiótica (y parasitaria) que empiezan a desarrollar, me remite al pasaje de Hegel del Amo y el Esclavo, o más bien de la dominación y la servidumbre.
En este microcosmos de la cotidianidad, los aspectos subjetivos son muy importantes. Bolívar Echeverría señala que la civilización moderna capitalista se define por su cinismo. Echeverría también ha desarrollado la idea del ethos, o la forma en que las personas (explicado a grandes rasgos) desarrollan estrategias para soportar la vida en la modernidad capitalista y sus contradicciones. Son cuatro ethos: Barroco, Realista, Romántico y Clásico. No voy a detenerme a explicar cada uno, pero quiero señalar que a partir de este aporte de Echeverría, Héctor García Cornejo desarrolló la idea del ethos cínico, ethos que deviene del ethos barroco, en su sentido no peyorativo.
Ethos cínico
El ethos cínico, que es en donde sitúo a la familia pobre de Parásitos, “responde a específicas y distintas condiciones de la existencia que hay que interiorizar y de las que hay que dar una respuesta en términos de supervivencia, el ethos cínico debe vivir en y contra el capitalismo”. De ahí que, en apariencia, las acciones de la familia pobre, que parece que se está aprovechando de la ingenuidad y bondad de la familia rica, son abusivas o de ‘parásitos’, pero en realidad de acuerdo con esta visión del ethos cínico a lo que ha llegado esta familia es a responder a las circunstancias con una estrategia de supervivencia. Cabe decir que viven en la inmundicia, sin empleo, ‘robando’ la señal de wifi.
Cuando la lluvia “purifica” o descompone
Hay dos momentos en la película que llamaron poderosamente mi atención, y no me refiero al fin trágico y violento que puede ser plenamente justificado dadas las condiciones en las que se desarrolla la trama y las que por ahora no discutiré. Los dos momentos a los que me refiero son: 1) la familia rica hace todo el tiempo referencia al olor de sus empleados… a su peculiar olor; y, 2) la lluvia que no cesa en toda una noche. Al otro día, la señora de la casa le dice al chofer que fue maravilloso ver llover toda la noche, que la ciudad se limpió. La lluvia… significa tragedia para la familia pobre… su casa se inundó, lo perdieron todo, la lluvia reveló esa podredumbre en la que viven teniendo como metáfora el inodoro escupiendo aguas negras. La noche de abundante lluvia y los significados que tuvo para las dos familias me remitió al cambio climático… los más pobres van a ser o están siendo los más afectados.
Sin duda, pocas películas me han impactado tanto como la película del realizador coreano Bong Joon-ho. Completamente alejada del glamour de los Doramas y del K-Pop coreano, Parasite muestra la cruda realidad y la brecha cada vez más grande entre las clases desposeídas y los que todo lo tienen y viven en una burbuja sin querer ver más allá y sólo percibiendo con el olfato el olor peculiar de las clases más pobres que terminan por vivir en la clandestinidad o en las entrañas de la tierra.