Nacional

Bloque Negro, uno de los grupos de choque en la UNAM


25 noviembre, 2019 @ 11:51 pm

Bloque Negro, uno de los grupos de choque en la UNAM

Damayanti Midori Fortis

La verdadera violencia

Es violencia el hambre en el mundo, la desigualdad social, los asesinatos, violaciones y el acoso; es violencia el ethos (espíritu, esencia) del capitalismo, que divide a la población entre winners and losers (ganadores y perdedores). No es admisible permitirlo, es necesario resistir. La exigencia de las protestas a nivel mundial en contra de la violencia es legítima. Sin embargo, antes de la acción directa y violenta, la prudencia nos exige detenernos y observar el contexto, para poder tomar decisiones efectivas.

Históricamente, el malestar por las condiciones desiguales del Sistema Mundial Capitalista ha sido una constante, porque la desigualdad es estructural. El Sistema por su parte ha creado sus propios mecanismos para neutralizar a la disidencia. La más común, y también la más efectiva, ha sido la creación de grupos de choque, encargados de infiltrar los movimientos disidentes del poder hegemónico, para evitar la organización popular legitima. En los movimientos estudiantiles ha sido la constante que su desintegración comience al interior.

En las marchas han aparecido grupos radicales embozados

Recientemente, durante las manifestaciones de estudiantes, feministas y de la sociedad civil en general, las demandas de la manifestación se han visto superadas por la nota periodística amarillista que acentúa los destrozos causados por un grupo que viste de negro y cubre su rostro, quienes optan por la acción directa en las manifestaciones y terminan liándose a golpes con la autoridad.  Sin embargo, no se trata de señalar y decir que todos los que cubren su rostro, se visten de negro y se denominan anarquistas son infiltrados pagados por grupos de interés, dentro y fuera de la Universidad; sino de analizarlos como fenómeno social. Dada la urgencia de comprender qué sucedió el pasado 14 de noviembre en la Torre de Rectoría de la UNAM y el clima de inseguridad y de violencia que priva en todo el país y en particular en la Ciudad de México y en la Universidad Nacional (nuestro entorno inmediato), partamos de los concreto, no de lo abstracto.

Durante las movilizaciones de estos grupos que visten de negro, ocultan su rostro y se inclinan por la acción directa y violenta, aparecen pintas A.C.A.B. (‘All Cops Are Bastards‘, es decir, ‘todos los policías son unos bastardos’). Consigna que es utilizada por los movimientos antisistema del mundo. Actualmente es un acrónimo muy utilizado en conciertos y en eventos masivos de punk a donde asisten, en su mayoría jóvenes.

anarquistas unam

 

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Ilustración 1: En ambas imágenes se puede ver el acrónimo A.C.A.B  (‘All Cops Are Bastards’, es decir, ‘todos los policías son unos bastardos’).

En algunos contextos A.C.A.B es un acrónimo que significa la pertenencia a un grupo con tendencias ideológicas anti sistémicas que creen en la acción directa y violenta como una de las formas de visibilizar su lucha y su rechazo a las condiciones desiguales y de violencia del Sistema.

El bloque Negro

Algunos quienes pintan el acrónimo A.C.A.B en las paredes, durante las manifestaciones, en donde aparecen los grupos que cubren su rostro y se visten de negro, han sido identificados como parte de la “Brigada Negra”; grupo que apareció públicamente durante la toma de posesión de Enrique Peña Nieto (1 de diciembre de 2012) en donde, según ellos, surgieron como escudo entre los manifestantes y los grupos policiacos, pues su función es ser un GRUPO ORGANIZADO para resistir a la represión policiaca. “Si no existiera un grupo de gente listos para recibir y dar golpes con la policía, la policía pudiese golpear impunemente y no se llevarían daño…” El Bloque Negro, en sus propias palabras es:

“Una herramienta de organización en contra de la represión policial, en donde sus integrantes se encapuchan, usan indumentaria de color negro, para ser una masa homogénea, negra…

El reportero que lo entrevista interviene: “Para ser un grupo más identificable, como grupo con identidad, a eso me refiero.

Respuesta: Sí, Bloque Negro, eso es.

Interviene otro hombre, al parecer más joven, que cubre su rostro: “Una identidad que es colectiva (se refiere al Bloque Negro), no individual, hay que resaltar. Por eso no se muestra nuestro rostro, porque no importa realmente la identidad en específico de las personas, porque todos somos lo mismo. En todos los lugares en donde se ha presentado el Bloque combatiendo a la autoridad, es recurrente que comiencen a surgir señalamientos entorno a que el Bloque Negro es un grupo de infiltrados, pagados por la propia autoridad. Lo que demerita las luchas anarquistas o las de otros comunistas que también se enmascaran, hace que los demás manifestantes reaccionen de forma violenta ante nosotros; pero no somos infiltrados.  (…) Si bien es cierto que no todos, pero si muchos, estamos dispuestos a dar el cuerpo y estar ahí, enfrentando a la policía por defender a los manifestantes, el trabajo del anarquista no es sólo ahí, sino en las comunidades, haciendo trabajo de barrio y en las comunidades rurales…

Lo anterior, fue publicado en 2013 por La Jornada en Youtube, en donde un entrevistador del diario, cuestionó a dos personajes que se decían miembros de la Brigada Negra, sobre los principios políticos de su movimiento y de sus formas de manifestación, a lo cual ellos respondieron, argumentando que su forma de lucha era en legítima defensa en contra de la represión del Estado.

Varios de sus integrantes, provienen de situación de calle

Reconocieron ser un grupo organizado, que tiene como función enfrentar a la autoridad para evitar la impune represión; se consideran un grupo de vanguardia, encargados de defender a los manifestantes de las agresiones de la policía, para eso están preparados; además, se asumen como un grupo con conciencia social, que realizan trabajo de alfabetización y de difusión de la cultura (entre muchas otras cosas, según dicen), en comunidades rurales, barrios marginados y a personas en situación de calle, de donde muchos de ellos proceden (es decir, estos grupos asumen las tareas del Estado).

Para ellos es legitima su queja en contra de quienes los criminalizan por el simple hecho de seguir ese camino de lucha, el de la “acción violenta directa”, dado que se consideran a sí mismos la vanguardia de un movimiento social que busca la concientización de sus contemporáneos, para lograr la libertad, que se construye en acto, por el simple hecho de que nunca ha existido: “la libertad se vive, es lo que hacemos”, concluyen.

Marcha del jueves 14 de noviembre

En uno de los videos del pasado jueves 14 de noviembre, cuando recién llegan a rectoría los individuos vestidos de negro, embozados, cuando prenden fuego a la entrada principal con una bomba molotov, se escuchan varios gritos “¡¡Fuera Graue de la UNAM¡¡” “¡¡Fuera Graue de la UNAM…¡¡” Hasta que otro grito se escucha “¡Viva la anarquía¡¡” ¡¡viva la anarquía…¡¡Después, otra voz, comienza a cantar:

Negras tormentas agitan los aires…

(e inmediatamente todos los vestidos de negro con los rostros cubiertos, lo secundan en coro)

Nubes oscuras nos impiden ver

Aunque nos espere el dolor y la muerte

Contra el enemigo nos llama el deber…

Brigada negra unam
En la ilustración, en la extrema derecha, el de paliacate rojo, es quien entona las estrofas de “A las barricadas”. También, vale la pena señalar que los que lo secundan son muy jóvenes.

Así, por lo que pudimos observar y escuchar, no son grupos pagados, es decir, no son policías o militares encubiertos (según las evidencias); pero sí son grupos ideologizados que, por convicción, acuden a “cumplir un deber”. Aunque en ese video no se puede ver, los jóvenes entonan “A las barricadas.” Cuyas siguientes estrofas continuaban:

El bien más preciado es la libertad

Hay que defenderla con fe y valor.

Alta la bandera revolucionaria

Que del triunfo sin cesar nos lleva en pos…

Sus acciones parecen irracionales

Sin embargo, lo “irracional” de sus acciones, como arremeter contra los libros –ofensa sentida en carne propia dada mi profesión de historiadora y mi condición de bibliófila-, llama la atención y hace difícil el pensar legitima su lucha. Por lo que la opinión pública se ha inclinado más por la versión de que los hombres y mujeres vestidos de negro que cantan “A las barricadas” y enfrentan a la autoridad (fervientes imitadores de lo que sucede en Hong Kong, movimiento con el que comparan el suyo en las redes sociales), son “infiltrados pagados para deslegitimar a la protesta social”.

La UNAM denunció ante la Fiscalía General las agresiones a sus instalaciones

Por lo que en muchos medios se ha estado pidiendo la represión y la aplicación del Estado de Derecho.  “Los vándalos, quienes se dicen anarquistas, arremetieron contra puertas y ventanas, y prendieron fuego en la planta baja del inmueble”, declaró la máxima casas de estudios del país y se comprometió a colaborar con la procuraduría para integrar la carpeta de investigación, abierta después de las denuncias que presentó la UNAM por los daños, que también causaron en la librería Henrique González Casanova, ubicada al costado sur de la Torre. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum declaró:

“Claramente se vio la mano de un “grupo fascista” porque nunca en la historia de las marchas de universitarios había escalado tanta violencia contra instalaciones, el lábaro patrio y contra los libros. Yo soy universitaria, participé en varias marchas y sé cuando estas son genuinas o cuando grupos externos llegan a desestabilizarlas para provocar daños”.

Hay una mezcla entre jóvenes auténticos y los infiltrados

Al analizar las imágenes de los videos de lo sucedido en rectoría el pasado jueves 14, se puede observar que, si bien los participantes, en su mayoría son jóvenes estudiantes (no un grupo fascista o vándalos, como afirma el Gobierno de la Ciudad de México), también están integrados por personajes que parecen coordinar las acciones del grupo (tal vez esa sí la vanguardia fascista, de operadores políticos, de infiltrados para coordinar grupos paramilitares, tal vez, no sería raro, recordemos a los “Camisas Negras” de Mussolini o a las juventudes hitlerianas, valientes jóvenes llenos de sueños de cambio, ideologizados hacía la barbarie por profesionales de la violencia).

A esa vanguardia interna de los grupos de jóvenes vestidos de negro y que cubren sus rostros, se les puede ver participando directamente en las acciones de mayor impacto, por ejemplo: la pinta del mural de David Alfaro Siqueiros que se encuentra a un costado de la Torre de Rectoría de la UNAM; golpeando a la prensa, destruyendo la librería o incendiando la bandera. Por ejemplo, en las siguientes imágenes, el personaje de rojo, al que cargan para que pinte la “A” (de anarquía) en el mural del comunista David Alfaro Siqueiros (más rojo que su sudadera),  en otras tomas también se le puede ver al de la sudadera roja y los guantes negros, dando instrucciones y violentando a la prensa.

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En el centro, el personaje de rojo, pintando el mural de Siqueiros

 

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El mismo sujeto, observando cómo sus compañeros rompen el vidrio.
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En esta última imagen camina rumbo a Filosofía y Letras, al final de un grupo de por lo menos 40 personas que cubren sus rostros vestidos de negro, de donde él resalta, porque va de rojo y al final. Nótese la pulcritud de sus ropas.

Hubo dos marchas ese jueves 14

Algunos de los actores cotidianos de la vida universitaria como vendedores ambulantes, vigilantes, estudiantes y profesores, nos dijeron que las personas vestidas de negro  se reunieron en las inmediaciones del Metro CU, donde cubrieron sus rostros y se encaminaron a la Torre de Rectoría; que las personas de vigilancia de la UNAM los esperaban (incluso alguno de los reporteros declaró que, en son de burla, uno de los vigilantes le dijo, cuando se prestaba a retirarse con la manifestación de Cuautitlán, “Espérate, ya vienen los más locos…”).

De hecho, horas antes ya se estaba corriendo el rumor en Ciudad Universitaria de que dichos grupos se aprestaban a llegar a Derecho, por lo que sus puertas estuvieron cerradas por algunos momentos durante la mañana del 14 de noviembre. Algunos testigos aseguraron que, durante la protesta, había personas no encapuchadas que iban con los encapuchados, incluso muchas de ellas se enfrentaron a golpes con los reporteros, incluso había personas mayores que arremetían contra cualquiera que protestara por las acciones realizadas. Les gritaban: ¡Pocos huevos! ¡Esos muchachos son conscientes! (refiriéndose a quienes agredían a las personas) ¡Luchan por su libertad! Palabras que eran vitoreadas por un grupo y después ignoradas por la multitud, que continuaba protestando, hasta que la acción se tornó violenta y arremetieron en contra de los reporteros.

¿Grupos auténticos o pagados?

Para concluir, todo esto nos lleva a presentar las siguientes cuestiones: ¿Realmente son grupos sin rostro y surgidos de la espontaneidad colectiva que son conscientes de su circunstancia histórica y actúan en consecuencia, es decir, viven su libertad? O al contrario ¿Son grupos pagados por grupos de poder para generar presión política al nuevo gobierno? O ¿Son grupos pagados por el propio Estado para criminalizar a la protesta? U otra ¿Qué las manifestaciones tengan un poco de todo y que por eso nos cueste trabajo clasificarlos? No hace falta clasificar sino comprender; la tercera vía resulta más atractiva, nos permite preguntarnos por la naturaleza de estos grupos y de sus formas de manifestación, ateniéndonos a sus acciones documentadas.

Esos grupos radicales son el síntoma de esta enfermedad en la que vivimos: el sistema capitalista. Un sistema que ha devorado la naturaleza, que produce desigualdad social, y que hoy se encuentra en total descomposición con tanta violencia e inseguridad que vemos a diario, pero tampoco podemos cegarnos, esa militancia auténtica ha sido aprovechada por algunos para dirigir esa rabia contenida de los jóvenes, hacia objetivos específicos.

Por lo pronto, ahora más que nunca, no debemos quitar el dedo del renglón sobre la erradicación de la violencia dentro y fuera de la UNAM, hacía mujeres y hombres, respetando las distintas formas de lucha.

Las autoridades universitarias, capitalinas y federales, no deben desviar su atención de las demandas que se han expresado de forma pacífica; y no pueden seguir ocurriendo estos actos de violencia. Pero los grupos ideologizados, según las evidencias, no deberían ser tratados como “criminales”, “vándalos” o “fascistas”, sino como grupos ideologizados para enfrentar a la autoridad. Es prioritario identificar la cadena de mando, para ubicar claramente la “mano que mece la cuna” y desarticular a los profesionales que impiden la auténtica organización popular, para la paz que tanto anhelamos la Brigada Negra, las feministas, los anarquistas, los comunistas, los indígenas, los cristianos, los metodistas y, en general, todos los oprimidos del mundo.

 

¡¡Oprimidos del mundo, uníos¡¡

 

[1] Según una fuente consultada: “una banda llamada The 4-Skins, lanzó el álbum The Good, The Bad and The 4-Skins, que incluía, una portada que ponía a los policías como los malos (The Bad), y una canción llamada “A.C.A.B”. Es probable que esa haya sido la primera aparición del término en un producto cultural. Desde entonces, el término se volvió más y más popular al ser adoptado por punks, hooligans, fanáticos del fútbol, y de a poco la sigla se fue convirtiendo en uno de los principales símbolos de rechazo contra la autoridad.(https://www.chvnoticias.cl/trending/significado-acab-rayado-protestas_20191024/)

 

Espacio para nuestros colaboradores ocasionales, quienes amablemente nos comparten sus reflexiones. En la Revista Consideraciones caben todas las opiniones.

Un comentario
  1. Joel

    ¿Se consideran un grupo de vanguardia, encargados de defender a los manifestantes de las agresiones de la policía? Que bien defienden a los manifestantes, madreando a quiénes no están de acuerdo con sus métodos... sólo son niños de casa pendejos que no saben lo que es una verdadera dictadura o lo que es de verdad ser un guerrillero.

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