Xantolo: el festival de todos los santos
“El muerto al pozo y el vivo al gozo”
Refrán popular mexicano
Rafael Tolentino
Una de las tradiciones más representativas de nuestro país es la celebración del día de muertos, declarado en 2008 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta celebración se lleva a cabo los días 1y 2 de noviembre, en la que se cree que las almas de los difuntos regresan a visitar a sus familiares vivos. En toda la República Mexicana existen diferentes manifestaciones culturales de esta tradición, por ejemplo, Pátzcuaro en el estado de Michoacán, en la cual el lago y el panteón se iluminan con la luz de los cirios y velas que rodean la última morada de los michoacanos, la poco convencional tradición de Pomuch en el estado de Campeche, en la que exhuman de los osarios los restos de los difuntos y son limpiados cada 2 de noviembre o la fiesta del Xantolo, en la región huasteca, principalmente en los estados de Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo, tradición que se abordará en esta ocasión.
Xantolo; del castellano xanto (santo), y olo, del náhuatl olo (abundancia)
En la región huasteca, principalmente en los estados de Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí, se lleva a cabo la mayor fiesta de la región: el Xantolo, cuyas principales actividades se desarrollan los días 1 y 2 de noviembre. Aunque esta celebración tiene su origen en los rituales prehispánicos en los que se honraba a los muertos en su camino al Mictlán, también contiene elementos de la religión católica, resultado del mestizaje. Algunos habitantes de la región huasteca del estado de San Luis Potosí refieren que el vocablo Xantolo, proviene del término castellano xanto (santo) y del náhuatl olo (abundancia), y que significa todos santos, mientras que en el estado de Hidago cuentan que la palabra fue introducida al náhuatl por la deformación de la frase latina festiumominum sanctorum, que quiere decir fiesta de todos los santos.
La celebración del día de muertos abarca realmente cinco meses
Aun cuando los días principales de la celebración son el 1 y 2 de noviembre, ésta abarca aproximadamente cinco meses (30 junio-30 noviembre), pues coincide con los ciclos agrícolas de siembra y cosecha: inicia con la siembra de la flor de cempasúchitl a finales de mes de junio, después en el mes de septiembre al efectuar la última cosecha de frutos y semillas, el día 29 de ese mes en la celebración a San Miguel Arcángel, se presenta la primera ofrenda con los alimentos obtenidos de la madre tierra, mismos que serán ofrecidos a los difuntos los primeros días de noviembre.
Las principales actividades son el 1 y 2 de noviembre donde se montan los altares con las ofrendas de comida, bailan las comparsas en todo el pueblo, visitando las casas de los vecinos, quienes les comparten comida, bebida y dulces y en varios municipios del estado de hidalgo se lleva a cabo el certamen Señorita Cempasúchil, donde la ganadora, todo el año, se dedica a promover la celebración del Xantolo. A partir del 3 de noviembre y hasta el día 30 algunos altares son conservados pues se tiene la creencia que es un mes el que tardan las almas en regresar al inframundo. El ultimo día, en que se festeja a San Andrés, se recogen las semillas de las flores secas de cempasúchil, mismas que serán utilizadas para la siembra del siguiente junio.
Una de las características del Xantolo es que los habitantes forman comparsas o cuadrillas en las que salen disfrazados a bailar a las calles del pueblo. Generalmente los hombres son los que participan es estas cuadrillas y al requerir la representación femenina, algunos de ellos utilizan ropa, máscaras y pelucas de mujer para cumplir con el cometido.
Disfrazarnos de esqueletos para confundir a la muerte
La tradición huasteca refiere que para celebrar que sus difuntos los visitan cada año y con la intención de “ganarle tiempo a la muerte” para disfrutar de su compañía por unos cuantos días, decidieron “confundir” a la muerte, disfrazándose y utilizando máscaras de esqueletos, diablos y espectros, así la muerte se confunde y no sabe a quién llevarse de regreso al inframundo. La tradición marca un trato entre el pueblo huasteco y la muerte, una tradición que se mantiene viva a través de los altares, música, baile y disfraces.
Cada comparsa es única y se caracterizan porque pueden vestirse todos con una misma temática: esqueletos piratas, personajes de películas animadas, esqueletos de la realeza, esqueletos indígenas, entre otros tantos, pero lo que no puede faltar es la representación de 4 personajes: el huehue o viejo que representa la sabiduría, su mujer o la mamanina o mamá niña, que representa la fecundidad y la vida, pues siempre aparece embarazada, el diablo que, según la tradición católica representa la perdición y los pecados que corrompen al hombre y la muerte que representa el fin de un ciclo, el destino que todos los vivos tendrán. Todos estos personajes bailan sones como “la culebrita”, “el changuito”, “el gallito”, “el colás”, entre otros, los cuales son tocados por un trío huasteco, formado por violín, jarana y quinta huapanguera.
Finalmente el otoño propicia un ambiente ventoso y nostálgico en el cual se desarrollan muchas actividades entorno a esta celebración: la colocación de los altares con sus respectivas ofrendas, el baile y los disfraces, los concursos de belleza, los adornos de las calles y plazas principales con papel picado y demás adornos con figuras de esqueletos y calabazas en donde los colores predominantes son el morado, el naranja y el negro que, al mezclarse con los colores amarillos y cafés de las hojas de los árboles, característica inconfundible del otoño, regalan un escenario ideal para recibir a los difuntos en la fiesta del Xantolo.
