Joker ¿Anticapitalista? Más bien es la normalidad patológica
“Los hechos y personajes históricos aparecen dos veces,
una como tragedia, y la otra como farsa”.
Marx.
Ruth Dávila
Batman es en realidad el perpetuador del sistema de dominación
La cinta Joker parafrasea esta expresión al mostrar la vida como comedia y como tragedia. En la lógica temporal interna de la película, la historia de Arthur Fleck ocurre antes del capítulo El caballero de la noche desciende, pero los espectadores primero conocimos a Bane y después el surgimiento de Joker. La conexión entre estas dos películas es la rebelión que en ambas historias se presenta, pero con lógicas distintas. En el Caballero de la noche, Bane lidera la rebelión de los oprimidos, rebelión planeada, consciente y con un fin político: ‘expropiar’ a los ricos lo que han quitado a los pobres (ver Zizek Dictadura del proletariado en Ciudad Gótica), lo trágico es que Batman (hijo del millonario T. Wayne) restaura el orden liberal.
La rebelión en Joker es una farsa, la de Bane es trágica
La rebelión en Joker es una farsa porque no hay un objetivo, ni un líder y Joker lo deja muy claro cuando en el programa de Murray Franklin éste le pregunta si ha iniciado una revuelta contra los ricos y el dice NO. No hay un fin político. Es la violencia como fin en sí mismo, es la expresión de un Estado de excepcionalidad cuyo primer indicio es la huelga de los trabajadores de limpia. Un estado de excepción en el que vivimos permanentemente y en donde parece que se ha anulado la posibilidad del cambio, un estado de entropía que nos hunde más y más.
La supuesta rebelión termina en una orgía de sangre. Aunque hay elementos simbólicos que hacen suponer que hay en proceso una revuelta contra los opresores, pues los asesinados son figuras arquetípicas: los trabajadores de la bolsa, la madre, el compañero de trabajo que le da el arma y Murray Franklin, presentador de TV. De ahí la confusión de quienes pretenden usar como bandera a Joker y sus actos.
Joker es sobre todo una parodia de la realidad política de EU hoy en día
En Joker se refleja nuestro propio momento histórico y específicamente el de EU. En Ciudad Gótica un empresario se quiere postular como alcalde (Trump, empresario deviene en presidente). La historia es tragedia y comedia a la vez, como dice Arthur, porque el uno por ciento se solaza y se ríe del restante 99 por ciento viendo “Tiempos modernos” de Chaplin, quizá sin entender (o sí) que la película es una crítica feroz al capitalismo industrial. Ríen porque saben lo que hacen y lo siguen haciendo, de ahí su cinismo.

La lectura fácil y obvia es que Joker es una crítica anticapitalista
Arthur ya devenido en su personaje (Joker), en su nuevo yo, es la representación del sujeto actual y de sus enfermedades socioemocionales y psíquicas causadas por este sistema abominable. Esa es la lectura fácil y obvia. Yo más bien creo que es un sujeto empujado a mostrar la normalidad patológica de quienes están a su alrededor, y es lo que nos parece aterrador, porque se ha instalado en la locura de lo anormal en la que “habría que actuar anormalmente, como un loco, para curarse de la patología de la normalidad.” El origen de esa normalidad patológica “es el mundo cultural y socioeconómico en el que vivimos: un mundo englobado, gobernado y organizado actualmente por el sistema capitalista.”
Las personas (figuras arquetípicas) que mueren a manos de Arthur son completamente normales, pero patológicas. Viven vidas normales y tranquilas, trabajan, son personas respetables (trabajadores de la bolsa, presentador de tv famoso y reconocido, la madre (que esconde un pasado oscuro), el compañero de trabajo. Pero su patología radica en que aún siendo personas completamente normales son capaces de cometer las peores atrocidades: golpear a un pobre sujeto que se gana la vida personificando a un payaso, venderle un arma, engañar y corromper.
“Mientras los normales desvarían al maltratar a sus semejantes o al dejarse hipnotizar por ellos, el anormal da un paso atrás, y a veces otro y otro más, hasta quedar completamente loco. Y entonces, gracias a la sana distancia de su locura, puede observarlo todo muy bien, demasiado bien. Y al observarlo todo así, tan bien, puede ser que se pregunte por qué la gente normal es tan malvada y tan estúpida.” Entonces, más que al ahora Joker, antes Arthur Flake, habría que preguntarnos por los ‘normales’ que lo han agredido y vilipendiado y por el contexto y momento histórico que ha hecho posible su normalidad patológica: el capitalismo en su fase neoliberal. A Joker sólo le queda observar y preguntarse por la maldad y estupidez del mundo.
José Rafael Figueroa
Disiento. La clase dominante ante el terror y violencia que pueden generar las masas oprimidas. Ante la violencia revolucionaria que puede darse en La sociedades capitalistas, dejemos a un lado el modelo económico neocapitalista, el cual intensifica la explotación y la marginación de millones de seres humanos. Un dato: menos del 1% de la población mundial concentra el 70% de la riqueza mundial. Esos ricos empresarios o burgueses se curan en salud e inventan un personaje patológico, enfermo e incapaz , mismo que siempre a sufrido las peores vejaciones y burlas, de ahí su locura, con lun pasado obscuro y opresivo, no puede realizarse ni ser feliz, aunque él haya aguantado al máximo, ya solamente puede resolver su situación, asesinando sin ton y son, provocando el caos y el derrumbe hacia la nada hacia el vacío. Lo cual justifica la violencia del Estado. En otros términos, el guasón simboliza a los millones de oprimidos y hay, y todos están frustrados y locos, antes de que desestabilicen al régimen capitalista y acaben con el dominio de la clase dominante hay que meterlos en cintura, pues pueden destruir las instituciones sólidas de l sistema: la familia, la bolsa de valores, los medios masivos de comunicación, sistema de limpieza, entre otras y en el que la policía no es suficiente. El mundo capitalista, eso es lo que simboliza ciudad gótica, la antesala del medievo o de la barbarie, no queda más que el recurso de las fuerzas armadas, del estado de excepción o golpe de estado. Su visión maniqueísmo: cuerdos y millones de locos, no les permite entender la huelga de masas, sin violencia y con contenido y sentido político, tal cómo está aconteciendo en Ecuador. Quizás es una postura ortodoxa pero yo veo esa película , desde una postura ideológica-política de la clase dominante, más que de una perspectiva psicologízante. Saludos sobrina Candy. Un abrazo y un beso. También aprecio tu perspectiva y la considero valiosa e importante desde la perspectiva del psicoanálisis.