PRI Edomex: del centenario al cementerio
“El PRI y el Grupo Atlacomulco
son una estructura siamesa,
unida por el cordón umbilical de la corrupción”
Gilberto Molina
Fernando Martínez @fernandomtzf
El 2 de marzo se cumplieron 199 años de la creación del Estado de México. El 4 de marzo el PRI llegó a su 94 aniversario. Y este 4 de junio se van del Edomex.
Un poco de historia
El 4 de octubre de 1823 se firmó el decreto por el cual se creó el Estado de México. Su territorio abarcaba parte de lo que hoy serían los estados de México, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala y la Ciudad de México. El siguiente año, el 2 de marzo de 1824, se instaló el Primer Congreso Constituyente. Manuel Gómez Pedraza fue elegido primer gobernador del estado. Al no presentarse a aceptar el cargo, Melchor Múzquiz asumió el poder.
A lo largo de su historia, la capital del estado ha residido en cuatro lugares diferentes: la Ciudad de México, Texcoco, Tlalpan y Toluca. La Ciudad de México fue la primera capital, pero con la disposición del Congreso General de nombrarla residencia de los Supremos Poderes de la Federación, se vio en la necesidad de buscar una nueva sede.
Es así como en 1827 Texcoco se convierte en capital tras una votación cerrada, donde la diferencia fue de apenas un voto en favor de la cuna del Rey Poeta, Nezahualcóyotl. Ahí se firmó la primera Constitución y donde Melchor Múzquiz rindió protesta como primer gobernador constitucional.
Tan solo cuatro meses después la capital se mudó a San Agustín de las Cuevas por órdenes del gobernador Lorenzo de Zavala al considerar que Texcoco no tenía las condiciones para ser capital del estado. Esto transformó el pueblo en ciudad de Tlalpan.
Finalmente, en 1830 la capital se traslada a Toluca. La consagración de la nueva capital se dio con la instalación del primer Congreso Constitucional. De ahí la eterna rivalidad política entre Texcoco y Toluca, entre el Valle de México y el Valle de Toluca, entre el oriente y el poniente.
La Batalla Maestra
Desde antes de comenzar lo que Horacio Duarte denominó la “Batalla Maestra”, el PRI -a nivel nacional y estatal- reconoció algo: de ganar Delfina Gómez la gubernatura, Texcoco se convertirá en la nueva capital política del estado.
No es de extrañarse la afirmación, ambas candidatas cerraron su precampaña el mismo día, a la misma hora, en el mismo municipio y con apenas un par de kilómetros de diferencia. Gómez Álvarez no tenía mejor opción que tierra que la vio nacer y abrazada de su gente.
En cambio, Alejandra del Moral en Texcoco evocó el viejo estilo priista de la provocación y el acarreo. Días después, el PAN hizo lo propio desde la tierra de su difunto precandidato, Enrique Vargas, y del gobernador Alfredo del Mazo, Huixquilucan. Por último, un desangelado PRD le dio su respaldo en Valle de Chalco.
La salida de Movimiento Ciudadano y Juan Zepeda de la contienda, hizo la elección de dos; y una vez empezada la campaña, fue de una. Ni las dirigencias del PRIANRD, ni la comentocracia, ni los debates, ni los miles de espectaculares, ni las encuestas patito, ni las fake news, ni la compra de votos, nadie logró encender la campaña de del Moral.
Las diferencias se hicieron evidentes conforme terminó la campaña. Delfina recorrió cada uno de los 125 municipios y tuvo cuatro cierres de campaña. Alejandra -gastando más- visitó poco más de la mitad del estado y tuvo que cancelar su cierre de campaña en Tlalnepantla después de que ese mismo día se dio a conocer el desvío de más de 5 mil millones de pesos del erario estatal donde ella resultó involucrada.
Ni vivos, ni muertos
De la política y el fútbol hay que aprender algo: no existen los muertos. Simplemente vean lo que pasó el fin de semana pasado en la final de la Liga MX entre Guadalajara y Tigres. O cómo terminó la semifinal de vuelta de la Champions League entre Real Madrid y Manchester City el año pasado.
Por más que las encuestas digan que hay -por lo menos- una diferencia de doble dígito entre Delfina y Alejandra, peca de tonto aquel que crea que el PRI se quedará de brazos cruzados mientras se apoderan de su último bastión político.
Oportunidad histórica
La elección de Alejandra del Moral, más que apostar por la continuidad de un proyecto de gobierno, es una apuesta por el continuismo de las prácticas que representan ella, su partido y el grupo político que trae detrás. A eso se resume la elección: cambio o continuismo.
Después de casi dos siglos de vida del Estado de México y la mitad gobernados por el mismo partido, estamos frente a una oportunidad histórica. Por primera vez, es una realidad que se le puede arrebatar la joya de la corona al tricolor.
El pasado 4 de marzo el PRI celebró su cumpleaños 94, pero en la elección de este 4 de junio ni siquiera los 4 partidos que postulan a Alejandra del Moral podrán detener el arribo de la 4T al Estado de México. Los números lo dicen… y no, no hablo de las encuestas.
El PRI no solo no gobernará el Estado de México por un siglo, tampoco celebrará su centenario en Palacio Nacional.
