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La sucesión presidencial: del tapadísimo a las corcholatas

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8 febrero, 2023 @ 6:16 am

La sucesión presidencial: del tapadísimo a las corcholatas

Porque a falta de un tapado nos destaparon a siete

-Óscar Chávez

Jorge Grana @jorge_grn

“Somos un pueblo ritual”, escribió Octavio Paz en su obra El laberinto de la soledad. Paz se refiere a las fiestas o ceremonias que congregan al pueblo mexicano. Nuestra política está plagada de rituales heredados de nuestro pasado arraigado con lo ceremonial, mismo que se vinculó con los ritos católicos de los conquistadores.

Andrés Manuel López Obrador ha revivido el ritual representativo por antonomasia de nuestro sistema político: el tapadísimo. Ceremonia enmarcada en la sucesión presidencial que ahora podemos apreciar como un juego de corcholatas en donde sólo hay un ganador y perdedores resignados con cargos menores.

A lo largo del siglo XX la política nacional se caracterizó por una presidencia fuerte y por un partido hegemónico. La fortaleza del Ejecutivo provenía de la Constitución, aunque esta también poseía atribuciones que pensadores como Jorge Carpizo han nombrado metaconstitucionales; es decir, que están más allá de la Carta Magna.

La mayor facultad que poseía el presidente era la capacidad de escoger a su sucesor. Ante la ausencia de una ciencia política capaz de estudiar a nuestro sistema, la prensa bautizó el fenómeno como dedazo. La elección del candidato del partido oficial se hacia de entre algunos miembros del gobierno, a los prospectos se les conocía como tapados.

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Imagen: Imagen de Veracruz

El dedazo y el tapadísimo eran síntomas de la ausencia de democracia en los procesos internos de los partidos, misma de la que carecen actualmente. Quienes se opusieron a esta contienda antidemocrática terminaron muertos o expulsados del PRI, baste recordar a Henríquez Guzmán, Carlos Madrazo o Cuauhtémoc Cárdenas.

La presidencia de López Obrador restaura este modo de elección del sucesor presidencial. La encuesta con la que se pretende seleccionar al candidato de MORENA sólo busca legitimar la decisión del dedo presidencial. El juego del tapado ha sido sustituido por el de las corcholatas.

Hay una diferencia notable entre ambos procesos. En las viejas formas del sistema en donde el PRI era hegemónico y contaba con la estructura estatal a su favor, el candidato del tricolor tenía garantizado el triunfo electoral. MORENA no es un partido hegemónico y tampoco posee las ventajas con las que sí contó el viejo partido oficial. Aunque las encuestas aseguran un triunfo del partido guinda esto no garantiza que vaya a ocurrir.

La verdadera competencia por la presidencia de México está al interior de MORENA.  La alianza VaXMéxico por el momento no tienen posibilidades reales de competir ante el partido gobernante, al igual que Movimiento Ciudadano que es una fuerza política en desarrollo.

A finales de 2023 e inicios de 2024 sabremos quiénes estarán en las boletas electorales. Conoceremos al candidato o candidata de MORENA, y seguramente estaremos ante el titular del ejecutivo durante los próximos seis años. A la hora del destape sabremos si es tapón deveras o resulta corcholata.

 

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