Gato con Lentes

Las agencias de inteligencia y la cultura ‘woke’ de Hollywood

Ruth Dávila


mirfriden

6 diciembre, 2022 @ 7:38 am

Las agencias de inteligencia y la cultura ‘woke’ de Hollywood

A Fred Hampton

(1948-1969)

Últimamente he puesto atención en varias películas en las que se presenta algún personaje, real o ficticio, que representa a alguna agencia de inteligencia estadounidense, ya sea la CIA o el FBI. Estos personajes actúan en ‘solitario’, se caracterizan como personas que fueron arrojadas por las circunstancias, sin explicar en absoluto cuáles fueron esas circunstancias, cuál su contexto y más aún cuál la estructura que da soporte a dichas agencias de inteligencia y el papel terrible que tuvieron en las historias que se narran en, por lo menos, dos de las películas a las que hago referencia y que enseguida mencionaré. 

Judas y el mesías negro

Teodoro Adorno, filósofo de la Escuela de Frankfurt, dice que los tiranos se muestran en la industria cultural, específicamente menciona las series televisivas, como si fueran producto de su carácter, de sus decisiones personales e individuales, sin hacer ninguna reflexión a las circunstancias históricas que los producen en tanto tiranos. Lo mismo ocurre con la representación de William “Bill” O’neal, ex agente del FBI, en la película Judas y el mesías negro (2021). O’neal es reclutado por el FBI para infiltrarse en el movimiento de la Panteras Negras, es informante de cada uno de los movimientos de Fred Hampton y sus informaciones llevan al tiroteo que termina con el asesinato de Hampton. En la película se observa al infiltrado como un hombre solitario, casi que hace un trabajo individual y mi conclusión es que esta es una forma de lavar la cara al FBI y al programa de vigilancia a la disidencia de izquierda conocido como COINTELPRO.

Vigilando a Jean Seberg

Lo mismo ocurre en la película Vigilando a Jean Seberg (2019) en la que se narra la historia de la actriz Jean Seberg y su cercanía con las Panteras Negras al aportar recursos financieros al movimiento, y se muestra cómo fue sujeta de vigilancia del FBI. Al final, después de haber sido víctima incluso de campañas de desprestigio y acoso constante, el agente encargado de vigilarla se muestra ‘compasivo’ y pareciera que busca expiar sus pecados dándole información sobre las acciones de vigilancia sobre ella. 

Al igual que el primer caso, nada o casi nada se dice o explica de COINTELPRO, Programa de Contrainteligencia vigente entre 1956 y 1971, programa encubierto de vigilancia y espionaje ilegal instrumentado por el FBI con el fin de vigilar a la disidencia de izquierda norteamericana y a todas aquellas personas que como Seberg, entre muchas más, simpatizaban con grupos o movimientos de izquierda o pro derechos políticos y civiles. Noam Chomsky ha señalado incluso que la filtración a la prensa de este programa, que no tuvo mucho eco en los medios norteamericanos, fue más importante que el famoso caso Watergate que tuvo como resultado la renuncia del presidente Richard Nixon. 

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Imagen: Internet

Wakanda forever

Una última película que quiero mencionar, aunque no está basada en hechos reales y es más bien de fantasía, es la última entrega de Marvel Wakanda forever (2022). Aquí hay un personaje que es agente de la CIA y que actúa de manera benevolente y ‘compasiva’ por el agradecimiento que tiene con el pueblo de wakanda pues le salvaron la vida. En mi opinión estos personajes presentados como individuos solitarios, arrepentidos, con momentos de introspección que les hacen pensar en sus acciones son como los tiranos descritos por Adorno, incluso las audiencias pueden llegar a identificarse con su aparente bondad y arrepentimiento, sin cuestionar las estructuras que posibilitaron sus acciones que finalmente fueron destructivas y que sirvieron para legitimar el dominio y las acciones de aniquilación de la disidencia. Así, la industria cultural cumple su función ideológica. 

Este artículo lo quiero dedicar a Fred Hampton, miembro del partido Panteras Negras, quien fue vigilado y como resultado de dicha vigilancia se orquestó por parte del FBI su asesinato mientras dormía en un apartamento con miembros de su familia y compañeros de partido. Hampton apenas tenía 21 años, joven que como muchos otros jóvenes, hombres y mujeres tenían un sueño de libertad y justicia y que fueron acallados. El 4 de diciembre se conmemoró un año más del asesinato de Hampton. ¡Ni perdón, ni olvido!, ¡Hasta la victoria siempre!

Ruth Dávila

Doctora en ciencias políticas y sociales por la UNAM, comunicóloga y periodista de formación. Temas de interés: teoría crítica, marxismo, feminismo, mass media, industrias culturales, ideologías. Me apasiona la política, leer y una buena plática.