Histórica huelga del sindicato de Telmex
A las cero horas del 21 de julio, los trabajadores de Teléfonos de México estallaron la huelga. Es un acto histórico que no ocurría en 37 años. El sindicato reclama que Telmex no se desentienda de los jubilados y que deje de desahuciar a la empresa en beneficio de otras compañías telefónicas de la familia Slim. Es un deber de todos los trabajadores conscientes, militantes y jóvenes solidarizarse activamente y arropar desde ya a los trabajadores cuyo sindicato es democrático y tiene enormes tradiciones de lucha.
Es necesario presionar desde ya a los dirigentes de todos los sindicatos para que saquen pronunciamientos y emprendan acciones reales en apoyo a la huelga de telefonistas. El silencio y la simulación no pueden tener cabida con un sindicato que siempre ha sido solidario.
Una huelga es también una revolución en pequeña escala y un síntoma de doble poder. En una huelga los trabajadores se hacen más conscientes de su propia fuerza y entienden mejor la importancia de su papel en la sociedad. Esto parece bastante ordinario y trillado pero no lo es. El problema de la clase obrera es que tiene el poder en sus manos pero la mayor parte del tiempo no es consciente de ello. A los trabajadores se les educa para creer ciegamente en el poder de los capitalistas y en sus instituciones.
Para la mayoría de ellos la conciencia de clase avanza muy lentamente y enfrentando toda clase de obstáculos. A veces esta se detiene o incluso retrocede. A veces sólo aparece como una luz tenue al final del túnel.
No sabemos cuánto tiempo va a durar la huelga en Telmex, quizá se levante hoy o mañana. Tampoco sabemos si el resultado va a ser favorable o no a los trabajadores. Lo que sí sabemos y no debemos perder de vista, es que se trata de la primera gran huelga (en décadas) de un Sindicato Nacional. Esto es un paso adelante muy grande si tomamos en cuenta que muchas fuerzas y recursos operan continuamente para dividirlos y frenarlos. Con esta huelga el sindicato telefonista ha roto la inercia y la pasividad de muchas décadas. Los telefonistas están recuperando sus tradiciones de lucha y su memoria. En un par de días nos han demostrado que los capitalistas son gigantes con pies de barro y que el poder organizado de la clase trabajadora es el único que puede hacer tambalear incluso al hombre más rico del mundo.
La dirección política del sindicato de Telmex tendría que reconsiderar su estrategia y no conformarse con una simple mesa de negociación, ya que los Slim ganan tiempo para seguir desahuciando Telmex y fortaleciendo otras de sus empresas de telefonía como América Móvil y Uninet que no tienen ni sindicatos ni contratos colectivos y los trabajadores están subcontratados.