De Norte a Sur Nacional

Para fortalecer a la UNAM se necesita más autocrítica y menos orgullo universitario


raulraulgonzal1

29 octubre, 2021 @ 2:36 pm

Para fortalecer a la UNAM se necesita más autocrítica y menos orgullo universitario

Las declaraciones

Desde la semana pasada, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su opinión con respecto al desempeño de la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM), en las últimas décadas; primero dijo que se había vuelto individualista y por lo tanto viró hacia el neoliberalismo, después, señaló al exrector José Narro, como uno de los principales actores políticos en su interior, ayer, finalmente, desde la octava base militar área de Mérida, declaró que sus críticas se dirigían al “grupo dominante”, reconociendo la lucha de sus estudiantes y académicos, no sin antes puntualizar que respeta la autonomía y que no se afectará el presupuesto. 

Más allá de la airada discusión en redes sociales y medios de comunicación, dos hechos resultan innegables de esta polémica, el primero, que las declaraciones del presidente marcan la agenda del debate público, y segundo, que fue necesaria la postura de AMLO, para que la comunidad universitaria discutiera abiertamente las problemáticas que la aquejan desde que el neoliberalismo se insertó entre sus filas, empezando por la Facultad de Economía, entre finales de los 70s y principios de los 80s.

¿Neoliberalización de la UNAM?

En esta universidad convive tanto el nacionalismo como el neoliberalismo, Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari son los ejemplos más sobresalientes de ello, dos de los personajes que orquestaron el asalto neoliberal a espacios como el Colegio Nacional de Economistas en 1981, y posteriormente en la administración pública, a lo largo del resto de esa década. Los responsables del desmantelamiento del antiguo sistema económico, así como de la privatización de entidades paraestatales y la adopción del neoliberalismo.

Esta lógica también incidió directamente en la Máxima Casa de Estudios, los intentos de privatización en 1986 y en 1999, la amplia inversión en ciencia y tecnología en detrimento de las ciencias sociales y humanidades, la precarización de la gran mayoría de su personal académico, frente a un grupo reducido de privilegiados y funcionarios con sueldos onerosos, en parte como consecuencia del sistema de estímulos que premia el trabajo individual, y que también afecta la producción científica de los investigadores—tal y como lo explica la Doctora Diana Fuentes—pasando por la exclusión de cientos de miles de jóvenes de la educación media superior y superior, son solo algunos de sus efectos más graves.

Imagen: La Izquierda Diario

El verdadero problema de fondo

El problema no se trata de la crítica de Andrés Manuel a la UNAM, sino de la falta de autocrítica de la propia comunidad universitaria. Y es que no hace falta salir a defender la autonomía universitaria, mucho menos de suscribir las burdas opiniones de políticos como Santiago Creel, Ricardo Anaya y Rubén Moreira, o bien, los posicionamientos simplistas e institucionales emitidos por la administración central a través de sus comunicados. Lo que en realidad se necesita, es repensar el desempeño de nuestra institución en los últimos tiempos, hacer un alto en el camino para identificar las debilidades y retrocesos, dejar en segundo lugar las felicitaciones y reconocimientos que siempre se presumen.

Menos orgullo y más autocrítica

La Universidad Nacional no es intocable porque no es un monolito anquilosado, aunque ciertos grupos políticos en su interior si lo sean. Los estudiantes, profesores y trabajadores, diariamente y a pesar de la contingencia sanitaria, intentamos refrendar nuestro compromiso con la universidad que nos brinda educación gratuita y de calidad. Sin embargo, también existe la otra cara de la moneda, en donde diversos grupos de élite mantienen espacios de poder, o peor aún, de estudiantes y académicos que simulan su trabajo y participación, cuando en realidad destacan por su completo desinterés.

¿Posible reforma universitaria?

Estoy a favor de una reforma que sacuda a la UNAM, siempre y cuando se geste bajo el seno de la organización universitaria, que esta sea transparente, clara y plural. Y que esté alejada de la diatriba o la guerra sucia. Pero para que esto suceda, primero debemos conocer a nuestras autoridades, participar en los procesos de elección, involucrarse en las discusiones y debates que nos atañen, superar la discordia y la descalificación para construir un auténtico intercambio de ideas. Únicamente así, estaremos contribuyendo al mejoramiento de la Universidad de la Nación.

Semillero de los ideólogos e intelectuales más emblemáticos de nuestro país, quienes han participado en la disputa por el poder en el siglo XX y parte del XXI.

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Imagen: Yahoo Vida y Estilo

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.